Si el fútbol viviese solo de realidades no sería el deporte más popular del mundo. Cada inicio de temporada o competición trae consigo miles de posibilidades y millones de aficionados sin nada en común quieren creer que, esta vez sí, les toca a ellos. Y no, realmente no suele tocar. Hasta los que más ganan tienen que afrontar un mayor número de decepciones. Las derrotas siempre superan a las victorias, incluso para los que más éxitos acumulan. En nuestro país se han disputado 89 ediciones de Liga y el Real Madrid la ha ganado 33 veces. El club que más títulos tiene. O, por seguir el maniqueísmo tan en boga en el ¿debate? futbolístico, el que menos la ha perdido. Y, aun así, son más de 50 ocasiones en las que acudimos al mercado veraniego desde la derrota, desde la necesidad de cambiar algo para salir triunfadores. Para que esta vez sí.
En ese clima tan propio del fútbol, que, además, se ha radicalizado hasta abrazar el absurdo, surgen con cada ventana de fichajes nuevas ilusiones; ilusiones que, portando escudo ajeno, hacen soñar a unos y otros. ¿Quién no quiere atar al próximo Di Stefano, al nuevo Cristiano, al sucesor de Modric?
Alguno dirá que a qué viene tanta introducción sin mencionar siquiera al jugador que da nombre a este artículo. Es una queja lícita. Así que, vamos a lo que nos ocupa: Havertz se presenta a sí mismo con suma claridad. Bastan unos minutos para darse cuenta de que estamos ante un jugador que hiere al rival, que entiende el juego como eso que pasa antes de llevar el balón a la red. Un futbolista vertical, astuto, de los que lo hacen tan sencillo que te provoca ganas de llamar a unos amigos y marcar un par de goles.
Hay mil análisis posibles, divinos y humanos, que incluyen aspectos tácticos, emocionales o físicos… Pero hay algo que todos hemos visto: nuestro equipo carece de jugadores que acompañen a los atacantes, que sepan manejarse en ¾ del campo rival y que aporten frescura y definición.
Kai Havertz es la prueba de que una nueva era ha llegado para quedarse. El alemán es un futbolista total que desafía aquellos viejos mantras que nos han acompañado siempre a la hora de analizar jugadores, como desafía a quienes pretenden ceñirle a un puesto o a un rol determinado. Es un jugador capaz de alterar un partido desde su pegada, pero también puede hacerlo activando a sus compañeros con su visión de juego, luchando balones divididos o dando un respiro al equipo lanzando pases en largo. Sus propias virtudes lo acercan de manera natural al área rival porque la felicidad llega a través de los goles, pero estaríamos dibujando el retrato equivocado si quedase la idea de que su remate es lo único que destaca de su repertorio.
Kai Havertz es una anomalía. Es un joven que no necesita recurrir al futuro para ser deseable, que no vive de un momento icónico; que es una realidad. Así de fácil. Tan fácil como su juego. Pero, para los amantes de los datos, dejo un par de detalles finales: 17 goles en Bundesliga esta temporada. 20 años recién cumplidos. 1,88 de estatura. 105 partidos disputados. Un encuentro perdido por lesión desde su debut. El sexto debutante más joven con la Mannschaft desde 1980. What else?
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Para dar valor al texto y aportar mayor contexto a la aparición de Havertz, me gustaría dedicar unas líneas al Bayer Leverkusen. Es esta una institución que, como todos recordaréis, estará permanentemente ligada al Real, con Glasgow como testigo de esa unión. Disputada esa final en el 2002 y teniendo Kai 3 años, uno espera que no guarde rencor a ZZ por su antológica volea. Desde esa noche, el club ha sido participante ocasional de la Liga de Campeones y no ha logrado levantar ningún título. No obstante, en los últimos años se ha caracterizado por realizar un juego ofensivo, de transiciones rápidas y presión alta que ha puesto en valor a jóvenes jugadores como Heung-min Son, Julian Brandt, André Schürrle o Hakan Calhanoglu. Descubridores de talentos como Arturo Vidal, Lucio o Berbatov saben que en Havertz tienen a su jugador más trascendental desde Michael Ballack. Traspasado por 6 millones al Bayern tras la final, veremos si se repite la historia de nuevo. Desde estas líneas animamos encarecidamente al Madrid a impedirlo.
Es como Asensio, pero con ganas y personalidad.
Entonces, como el Asensio de antes.
También se fogueó un joven Toni Kroos en el Bayer Leverkusen de la mano de el gran Jupp Heynckes cedido por el Bayern.
Hay que esperar a que cumpla 25/26 años a Zidane no le gustan jóvenes, le gustan ya cocidos y crecidos, sino ya veremos este año a Vinicius, Rodrygo, Jovic, Kubo y Brahin a chupar banquillo. Los descartes los jóvenes que no tuvieron ninguna culpa del fracaso de la temporada pasada
Un chaval con clase este, eso es cierto. De todas formas, más allá de hacer un análisis en el que se relacione precio con calidad (en el cual a saber quien sería el mejor), yo creo que en términos absolutos Pogba es la mejor opción para el centro del campo del Real Madrid. Es el que más calidad técnica tiene, además de presencia física, contención del juego y talento, todo ello unido a una gran llegada a gol con potencia. Ojalá le fichen.