¿Por qué la NFL supera al fútbol?

De la homilía anual del presidente del Real Madrid ante la asamblea de socios compromisarios, las alusiones más esperadas fueron las referentes a la Superliga. Más allá de que, como le ocurriera a Mark Twain, los informes sobre su muerte eran bastante exagerados, esta competición busca un radical cambio de paradigma dentro del fútbol europeo, que pierde fuelle a pasos agigantados frente a otras formas de entretenimiento, y también frente a otros deportes. Florentino Pérez explicó como la NFL, la liga de fútbol americano estadounidense, ha arrasado en cuanto a valor de marca y pujanza económica al viejo fútbol europeo. Los datos están ahí y admiten poca o nula discusión. Como respuesta del inmovilismo imperante en los medios, nuestros queridos ‘rubenesurías’ se apresuraron a señalar todo lo que es de complicada implementación aquí del deporte estadounidense. El draft, los traslados de ciudad de las franquicias, la ausencia de ascensos o descensos o la supuesta falta de pasión fueron los argumentos irrefutables que levantaron y mostraron como la azafata que pasea por el ring de boxeo el cartel con el número del siguiente asalto. Nada se ha destacado de los aciertos de la NFL o la NBA a la hora de expandirse a nivel mundial. No hay problema. Para eso está La Galerna, que trae alguno de los aspectos que han colocado a la NFL en la posición que antes estaba el fútbol europeo, aunque seguro que faltan muchos más.

• Estabilidad económica. El deporte de elite se paga con dinero, guste o no guste. La NFL no solo es rentable, es extremadamente rentable. Los propietarios de los equipos saben que es muy difícil que sus brutales inversiones les acaben llevando a la ruina. Hay topes salariales para construir las plantillas y se negocia con el sindicato de jugadores los máximos y mínimos de sueldos en convenios que se van renovando y en los que también se incluyen aspectos como el número de partidos que se pueden disputar al año. El marco legal es mucho más estable y genera equilibrios para que todas las partes implicadas en el negocio (que es lo que es el deporte profesional) se beneficien. El hecho de que la liga sea cerrada y los propietarios tomen las grandes decisiones (traslados, expansiones…) también favorece la gobernabilidad y viabilidad de una liga que, a diferencia de lo que ocurre con el fútbol europeo, no tiene problemas de solvencia económica.

• Expansión internacional. Precisamente el año pasado se añadió una fecha más a la temporada regular, tras una durísima negociación con los jugadores. Sería el 17º. ¿La razón? Simple, que todos los equipos jueguen cada campaña un partido oficial fuera de sus fronteras o en una región estadounidense que no cuente con representación en la Liga. Además de Inglaterra, Alemania o México, la expansión contempla muchas más visitas a Europa, Asia, Oriente Medio o Sudamérica. Un deporte que es profundamente estadounidense está sabiendo conquistar el mundo con un audaz plan a largo plazo, tras fracasar su intento de crear franquicias europeas. Por cierto, los aficionados que acuden a los estadios no pierden nada. Su abono sigue incluyendo los 8 partidos que disfrutan desde hace años.
• Transcendente. El modelo del fútbol contempla añadir más y más encuentros a todas las competiciones para intentar ganar más dinero. Se prevé que la Champions crezca, las Supercopas e Intercontinentales se van a convertir en torneos con más y más equipos y se avanza hacia la celebración del Mundial cada 2 años. En la NFL en cambio, cada equipo juega anualmente 17 partidos de temporada regular y 4 rondas de ‘Playoffs’ (los que se clasifican) a vida o muerte para encontrar al campeón. Toda la actividad se concentra entre septiembre y principios de febrero y cada partido se afronta al máximo porque puede condicionar la temporada. Además, no se satura al aficionado, que aguarda impaciente el inicio de cada temporada.

• Promoción online. Los videos de las mejores jugadas o de las polémicas proliferan casi al instante en las redes sociales. La NFL no solo no persigue, sino que fomenta que se publiquen contenidos online. No solo es una gran promoción, además es gratuita. En España, un ejército de vigilantes se dedica a tumbar cuentas que publiquen cualquier mínimo clip, principalmente por rascar cantidades irrisorias a los medios online que pagan por monetizar esos resúmenes. Es muy vieja la confrontación entre invertir para crecer o ganar algo, lo que sea, pero hoy.
• Infraestructuras. Los estadios de la NFL son en su mayoría imponentes. Muchos de ellos se sitúan entre los más modernos del planeta. Y numerosas franquicias poseen planes para reformar sus recintos. El concepto de un partido también es completamente diferente. Lo que se busca es que los aficionados pasen en el estadio o sus alrededores mucho tiempo, y por eso hay muchas más posibilidades de consumir, comprar y entretenimientos de todo tipo para que los múltiples parones del juego no hagan tediosa la experiencia. En cambio, en un estadio de fútbol en Europa solo interesa lo que pasa entre el minuto 1 y el 90. En EE.UU. se busca que el aficionado disfrute, se entretenga en todo momento y consuma más.

• Retransmisiones. Las retransmisiones de la NFL han cambiado de dueño televisivo numerosas veces, y lo más común es que haya varios canales que compartan los derechos. Pero la Liga es bastante estricta en el tratamiento del producto, en cómo se explica y en cómo se lleva a las pantallas de todo el mundo. Comentaristas y exjugadores se preparan los partidos de forma excelente y no hay extravagancias sin interés alguno, como entrevistar a cantantes o mostrar la reacción a una gran jugada de un narrador de radio. Además, desde hace años existe un NFL Game Pass que te permite verlo todo, cuando y donde quieras por menos de 200 dólares anuales en el extranjero y por entre 40 y 80 en Estados Unidos. No se concibe tener que pagar un montón de servicios que no quieres para disfrutar de la Liga. La política de precios bajos y tecnología de streaming para disfrutar de la NFL en cualquier parte ha traído a muchos nuevos fans, también de la generación Z. El fútbol americano también está perdiendo audiencia (los datos de las últimas Superbowls así lo señalan), pero está intentando revertir esta tendencia yendo a buscar al espectador allá donde está.

El presidente Florentino Pérez insistió en varias ocasiones en que algo se estará haciendo muy bien en Estados Unidos. Una vez más, tenía toda la razón.

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