El Real Madrid anunció que Alejandro Sanz inauguraría el nuevo estadio Santiago Bernabéu. Se trata de un músico de gran trayectoria y reconocimiento internacional, pero, por lo que sea, la elección del club no fue acogida con demasiado alborozo en la redacción de La Galerna.
Varios colaboradores se sublevaron e intentaron convencer a Florentino para que otro artista o grupo fuese el encargado de estrenar musicalmente el nuevo templo blanco. Ante el fracaso de dichas tentativas, iniciamos esta sección en la que cada articulista rebelde propondrá su opción musical para inaugurar el nuevo Bernabéu. Al finalizar, podréis votar por vuestro artista favorito para que sea propuesto formalmente al club.
Hombre, se me ocurre un millón de candidatos (candidato arriba, candidato abajo) más apropiados para inaugurar el nuevo Bernabéu que Alejandro Sanz, dicho sea con todos los respetos hacia el pedorro del corasón partío. Pero ninguno tan apropiado como Plácido Domingo, nuestro Plácido, que pasó de pelear por que no le protestaran la letra del motocarro a convertirse en el músico español más universal, lo cual ya constituye de por sí un milagro biográfico que le acredita inapelablemente como madridista iuris et de iure. Pero es que además Plácido nunca ha ocultado su pasión por el Real Madrid, con el que ha colaborado, como es sabido, en diversas ocasiones (que en una de ellas lo hiciera de la mano de José María Cano, cuyo bodrio lunático también estrenó Domingo en algún teatro de ópera —más o menos—, sólo puede atribuirse a la bondad expansiva del personaje, que siempre ha sido propenso al crossover y a juntarse con artistas populares, los cuales tienden a ser más de lo segundo que de lo primero).
Plácido Domingo, en efecto, es madridista desde su nombre mismo, desde ese nombre sonoro y de gozosas evocaciones a la holganza del séptimo día que fundó Dios, ese madridista, precisamente siete días después de tomar posesión de su divina plaza y de empezar a ejercer, creando el mundo y haciendo esas cosas que hace Dios. O sea, para situarnos en el tiempo, un cuarto de hora antes de que Plácido Domingo comenzara su exitosa carrera (pero esa es otra y larga historia sobre la que volveremos más adelante). Plácido nos lleva, desde la mera enunciación de su nombre, a las tardes de su apellido, que son lánguidas cuando no juega el Real Madrid, pero absolutamente dichosas cuando lo hace. Lucir por el mundo ese nombre denota un buen gusto exquisito, una elegancia natural, un saber estar a prueba de esas cursiladas a que tan dado es el barcelonismo, y una fijación muy saludable hacia el día de la semana en que con más frecuencia el Madrid hace de este pícaro mundo un lugar un poco mejor. Convendrá conmigo, amable lector, que no sería lo mismo si en lugar de tener a bien elegir un nombre con tanta dignidad, nuestro protagonista hubiera hecho caso al gran Tip y hubiera dado en llamarse Jodío Lunes (nombre que, ahora que lo pienso, está naturalmente predestinado a ser elegido por cualquier ídolo del Atleti; quién sabe, tal vez cuando busquen sucesor a ese jovenzuelo llamado Sabina). No, definitivamente no sería lo mismo.
Plácido nos lleva, desde la mera enunciación de su nombre, a las tardes de su apellido, que son lánguidas cuando no juega el Real Madrid, pero absolutamente dichosas cuando lo hace
Hablaba antes de la longeva carrera de Domingo, y es que Plácido, como el Real Madrid, lleva triunfando desde que el mundo es mundo. Ignoren las biografías, reseñas y wikipedias al uso, que yerran groseramente poniendo la atención en fechas y detalles que a nadie importan. Plácido, como el Real Madrid, es eterno. Lleva toda la vida (la suya, la nuestra) cantando como el Real Madrid lleva toda la vida ganando, y por tanto no hay memoria de un mundo sin Plácido como no hay memoria de un mundo sin el Real Madrid (mundos que, de haber existido, serían sin duda mucho más desagradables y antipáticos que el que iluminan la gloria inextinguible del Madrid y el timbre bruñido de Plácido). Para sustentar tan exigente eternidad, Plácido ha tenido que reinventarse varias veces, y así, si en sus inicios era un claro tenor lírico-spinto, no tardó mucho en abordar papeles más dramáticos y pesados (¡ese Otello!) y acabó por adentrarse incluso en los heróicos papeles de heldentenor wagneriano, antes de comenzar a acometer roles de barítono cuando su timbre se fue oscureciendo y las limitaciones de la edad le impidieron seguir acometiendo papeles de tesitura más aguda. Aun así, siguió dando muestras de una capacidad inaudita y de un valor temerario para afrontar con éxito los más diversos desafíos, desde el dramático y oscuro Rigoletto hasta el chispeante y desenvuelto Fígaro rossiniano. En todos ellos ha conseguido siempre dejar la impronta de su innata musicalidad, de ese timbre que aún conserva la capacidad de conectar directamente con el corazón de la audiencia, y de esa vis escénica irrefrenable, esa fuerza de la naturaleza a cuyo lado todo se ensombrece en cuanto pisa el escenario.
Y es que Plácido, como el Madrid, siempre ha despreciado la zarandaja esa del estilo. Muchos críticos musicales, de los que todo lo observan desde la atalaya de su estirado envaramiento, le han censurado a Domingo su glotonería, su apetito insaciable para abordar papeles, para negarse a limitarse a un repertorio (salvo que entendamos por tal los más de 150 papeles que Domingo lleva cantados), para desafiar las leyes de la lógica e incluso de la naturaleza, desoyendo las severas admoniciones de quienes le auguraban que tal o cual papel arruinaría para siempre sus cuerdas vocales. Y no sólo eso: también ha desoído a los puristas del estilo, a quienes pretenden encorsertar la ópera, aislarla del resto del mundo, recluirla entre las viejas paredes de los teatros con foso. Domingo no sólo ha sido protagonista e impulsor de acontecimientos planetarios (que diría la otra) como los tres tenores, sino que también ha firmado auténticos pelotazos como el Perhaps love que grabara junto a la estrella del country John Denver, disco que le catapultó definitivamente a la fama en Estados Unidos.
Plácido Domingo leva toda la vida (la suya, la nuestra) cantando como el Real Madrid lleva toda la vida ganando, y por tanto no hay memoria de un mundo sin Plácido como no hay memoria de un mundo sin el Real Madrid
Nada de ello ha empecido, sin embargo, la calidad artística de Domingo. Más bien al contrario, la frenética actividad de Plácido Domingo, que supera la de cualquier otro músico conocido y que constituye una auténtica marca de la casa, parece alimentarse a sí misma, y explotar una inextinguible veta creativa. Porque además de lo reseñado, Plácido Domingo se ha prodigado también como un competente director de orquesta, al mismo tiempo que ha ejercido cargos de responsabilidad como director general de la Washington National Opera y de Los Angeles Opera, sin dejar por ello de interpretar nuevos papeles por todo el mundo. Como el propio Plácido dice cuando le preguntan por ese infatigable frenesí en el que aún vive a sus 80 años, "when I rest, I rust" (cuando paro, me oxido). Y no le falta razón, porque desafiando el viejo adagio. Domingo consigue abarcar y apretar simultáneamente, que debe de ser lo más parecido a sorber y soplar al mismo tiempo. No es casualidad que los oyentes de la BBC le eligieran hace unos años como el mejor tenor de la historia, ni que, sobre las continuas ovaciones con que el público premia sus actuaciones, haya merecido elogios tan singulares como el que le dedicó un tal Sir Laurence Olivier, que algo sabía de interpretar a Shakespeare, tras presenciar en el Covent Garden el Otello de Verdi cantado por Domingo: "interpreta a Shakespeare tan bien como yo; pero además, esa voz...".
Nos dejamos muchas cosas en el tintero en la reseña del gran Domingo, como su carácter afable y cercano, siempre dispuesto a ayudar a sus amigos. Es conocida la anécdota de aquella ocasión en que el director de la Opera de San Francisco, ante la baja inesperada del tenor protagonista el mismo día del estreno, llamó a su amigo Domingo, que estaba en Nueva York ensayando Los Troyanos, a las cuatro de la tarde para preguntarle si él podría sustituir al tenor que habría de hacer el Otello. Ni corto ni perezoso, Domingo se subió a un avión, y a las 10:30 de la noche entraba en el War Memorial Opera House de San Francisco para interpretar al antihéroe verdiano entre el entusiasmo de la multitud. También dejamos deliberadamente fuera los indecentes intentos de manchar la memoria del gran Domingo utilizando para ello la formidable apisonadora del Me too, del Yo te creo, hermana, y demás obscenas canalladas de que ha sido objeto recientemente, y que no tienen más fundamento que las acusaciones de ser el equipo de Franco que siempre ha tenido que soportar el Real Madrid. Indignas servidumbres que lleva aparejada la grandeza, como muy bien sabemos los madridistas, que son propagadas por enanos morales que sólo encuentran sentido a su propia existencia cuando retozan en el más negro rencor, y que no alcanzan a ensombrecer la luz esplendorosa y eterna de este madridista universal.
Pues eso, al Bernabéu. ¿Quién mejor?
Fotografías Imago.
Anteriores capítulos de la serie:
-Julio Iglesias en el nuevo Bernabéu
¿Plácido Domingo? De verdad propones a este ACOSADOR DE COMPAÑERAS (reconocido por él mismo) para inaugurar el Bernabéu?
¡¡¡Menudo ASCO de personajo!!!
¡¡¡Amosandaytirayapallá!!!
Ya es que ni voy a escribir mi propuesta; no quiero que esté en el mismo texto en el que está un ACOSADOR DE COMPAÑERAS (vuelvo a repetir lo de que lo reconoció él mismo).
Lamento decirle que está usted mal informada, Maribel.
Sí? Seguro que soy yo la mal informada?
Evidentemente no soy testigo de nada pero si busca usted en internet verá que estoy en lo cierto.
Estará usted conmigo en que el hecho de que sea un madridista no le convierte en inocente, ¿verdad?
La vergüenza que seguirá pasando su familia y/o amistades no creo que sea plato de gusto. Vamos, que digo yo.
Efectivamente, yo creo en la presunción de inocencia hasta que se demuestre la culpabilidad, sea el acusado madridista o culé, y tenga o no tenga un apéndice entre las piernas. Y, le guste o no, la mal informada es usted: Plácido Domingo jamás ha confesado o admitido acosar a mujer alguna, fuese o no compañera de trabajo. Traiga esas declaraciones o tenga la decencia de no vertir acusaciones tan graves sin la menor prueba. Buenas noches.
Verter, quise escribir.
Por supuesto que SÍ a la presunción de inocencia pero...hizo las declaraciones a la Agencia EFE.
No hay más ciego que el que no quiere ver.
Por mí...fin del tema.
Que descanse usted bien.
Fue a Europa Press, no a la Agencia EFE.
Imagine usted el calvario que habrán pasado sus compañeras. Pfffff, menudo ASCO!!!
Usted piense y crea lo que quiera pero...yo sí que LAMENTO decirle que el mal informado es usted, John.
Buenas noches.
Infórmate bien antes de mentir:
https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKEwjJ7NCk35ryAhXVA2MBHYvzDiYQFnoECBUQAQ&url=https%3A%2F%2Fwww.larazon.es%2Fcultura%2F20210613%2Fyd3gz7b3jnbtlo7vou6dinqdbq.html&usg=AOvVaw2kCbLGCxBExD7qMkvIwzun
Uy, qué "gallito" te pones conmigo, Alekhine, ¿y eso? Te lo digo porque "te he visto" en el artículo de Athos Dumas (The Rolling Stones) y NO LE DICES NI MEDIA PALABRA A Jose... a pesar del término que utiliza. Anda, mira tú!!!
No será porque él se llama Jose y yo Maribel, ¿verdad que no?
Evidentemente, no. No suelo saltar a la primera. Además, él dice “el acusado de violador” y tú, que Plácido Domingo había reconocido esas acusaciones. Son dos cosas totalmente diferentes. Es verdad que había sido acusado pero, es mentira que lo hubiese reconocido. Por eso te he dicho que te informaras bien antes de mentir.
No es cuestión de ponerse “gallito”. Es cuestión de ajustarse a la verdad y no difamar sin base alguna.
Ahhhhh, que no sueles saltar a la primera. Entonces me estás diciendo que has saltado a la segunda porque "ACOSADOR DE COMPAÑERAS (reconocido por él mismo)" es más grave que "acusado de violador"? Pues vaaaaya con la finura de tu piel. Bien es cierto que a cada cual le molesta lo que le molesa.
NI ME INVENTO NADA, NI DIFAMO...reproduzco lo que ha salido publicado, que ACOSABA A SUS COMPAÑERAS y que él lo reconoció. Eso es todo.
Ahora sí que sí dejo el tema.
Magnífica voz.Tuve la posibilidad de acompañar a una persona melómana muy versada en música a uno de los últimos conciertos - si no el último- de Plácido Domingo, fue en el Liceu. Era además en una localidad magnífica. El caso es que esa misma noche el Real Madrid jugaba la final de Euroliga contra el Efes. . Y si no , era la semifinal de la FF. Lo cierto es que escogí Real Madrid tras plantearme la situación. Lo cual para un apasionado del baloncesto madridista dice mucho en favor de Plácido Domingo. Decliné la invitación con tiempo de antelación suficiente para que “mi” entrada fuera aprovechada por otra persona. Y ya está (que diría Zidane).
Para no ser atacado ,sin conocimiento de causa por nadie, he de decir que fue el último concierto antes de que se airearan sus “presuntos” acosos. Es un tema muy desagradable , tanto si es falso, es verdad o puede haber algo de cierto en alguna proposición un tanto escabrosa...
Yo estoy en contra de los acosos; pero, ojo a lo que voy a decir , me da igual que piensen que es vacile, he sufrido acoso , incluso sexual, por parte de algunas mujeres. Y es desagradable , pero no he denunciado a nadie por ello ni me ha traumatizado, a la vista está.
Solo quiero sugerir que ya sabemos como son las modas y tendencias sociales , los deseos de hacer daño y las ambiciones personales.
Seria perfecto.
La presunción de inocencia es uno de los mayores logros de la civilización y algunos quiere acabar con ella y volver a la barbarie.
No hay que dejarse amedrentar por esta gente, por muy ruidosos que sean.
Lo que diga Falstaff. Siempre.
Mi voto para Plácido Domingo.
Cualquiera que sepa un poco del mundo de la ópera reconoce en Plácido Domingo una de las figuras más importantes de toda la historia. Sería un gran honor la participación de Plácido Domingo en la inauguración de nuestro estadio.
Por supuesto q yo voto por Plácido Domingo. A pesar d las acusaciones. Pero es el mejor tenor y mejor madridista. Quien sabe quien perseguía a quien??
No solo es uno de los fenómenos del arte musical más importante de la,historia.
Además ha demostrado en múltiples ocasiones es, que también como ser humano es excepcional y las acusaciones perversas que le persiguen es un montaje malévolo y ruin.
Sea o no madridista, si le eligiesen para la,inauguración del Bernabéu, sería un honor para el Real Madrid y para España entera.
Mi voto incondicional para Plácido.
No mezclemos temas. Somos el país más cainita de la Tierra.
Si Plácido fuera extranjero las feministas se lo perdonaría.
Que país!.