Pitos contra la estética

Es noche de partido grande y nuestra prensa deportiva se viste de gala, más o menos. Muchos aficionados al fútbol tienen hoy una ocasión perfecta para sentarse frente al televisor bien provistos de viandas y deleitarse con toda una final, la de la Copa del Rey, la primera de ellas presidida por Felipe VI. El madridismo, en cambio, tiene excusa perfecta para echarse a la calle e inundar cines, bares sin tele y restaurantes, aunque solo sea porque alguien tiene que incentivar el decaído consumo en un país que, si no nos fallan los datos, tiene diecisiete comunidades autónomas.

En buena lógica, Marca dedica casi todo el espacio de su portada al evento, sin mostrar la más mínima inquietud por la alta probabilidad de que se produzcan pitos al himno o por la presumible existencia de banderas independentistas en las gradas del Camp Nou. Tal vez haya optado Marca por destacar solo la cosa futbolística y no ponerse parches antes de que produzca la herida. O tal vez estos madridistas de La Galerna seamos unos cenizos y estemos aquí levantando sospechas infundadas, cuando de todos es sabido que la política y las emotivistas reivindicaciones territoriales nunca -pero nunca jamás de lo que se dice nunca- se han inmiscuido en la fiesta del fútbol. Eso sí, es de justicia valorar que el Diario de la Hernia dedique al madridismo la franja superior de su portada, o más bien a Benítez, encuadrando el escudo del Madrid de un modo ciertamente gratificante para los que hoy disputan la Copa del Rey. Coherencia ante todo.

Menos espacio le dedica As a la final de Copa, dando por favorito al Barcelona en su titular. Aduriz y Messi son los protagonistas gráficos elegidos, en un diseño tan original como el de Marca y como el de cuarenta y cinco mil setecientas portadas que hayamos visto. El Diario de la Ouija sí entra al trapo de los posibles pitos, pero advirtiendo que el Barcelona es una institución que nunca -pero nunca jamás de lo que se dice nunca- ha osado transitar por esas sendas que mezclan política y fútbol. Es bien sabido que si el Barcelona es més que un club es justamente por esta firme delimitación de parcelas, y solo por eso. En consecuencia, nada tienen que ver con lema tan humilde noticias como la que -perdonen que vayamos a por la lupa- aparece muy abajo en la portada de As: "El Santos denuncia al Barça y a Neymar ante la FIFA". Qué gente insolidaria esta del Santos, qué ganas de aguar la fiesta blaugrana, qué falta de consideración con un ocupadísimo Blatter, noble trabajador en pos de la limpieza, la justicia y la moral universal. No como Florentino, un tipo que organiza unas giras larguísimas en verano, que -dice As- preocupan a Benítez, en perfecta coherencia con la preocupación, siempre bienintencionada, de Relaño.

Confirmando el gesto de originalidad de As y Marca, Mundo Deportivo también presenta a Aduriz y Messi en su portada, con la brillante aportación de colocar al argentino en el lado izquierdo y al español (con perdón) en el lado derecho. Impresionante hallazgo estético-formal, agrandado aún más si cabe por repetir también la innovación de colocar el trofeo de esta noche en medio de ambos. Las facultades de diseño y bellas artes tienen aquí -y no solo hoy- todo un filón por explotar. Por lo demás, qué aficionado al fútbol -pero al fútbol fútbol- no querría la cubitera del Barça para simplemente admirarla y no usarla, no mancillarla, no osar beber nada que contenga. Ya deberían saber que el goce máximo está en los preliminares y no en la ingesta, no en los goles, esos impostores.

Pero disculpen que escribamos estas últimas líneas de pie y sin sombrero, ante la maravilla del diseño que nos ofrece hoy Sport: una Copa del Rey con varios jugadores del Barcelona colmando su interior. Bravo. Qué belleza, qué alarde kitsch, tal vez en juguetona alusión a la cubitera que ofrece la competencia de Mundo Deportivo. Siendo notable el montaje, no alcanza las altas cotas de calidad de las palabras que ocupan la portada: "Sin doblete no hay triplete", dice Sport, y no podemos más que aplaudir ante la brillante tautología, propia de un poeta, un filósofo, o un niño de cuatro años, con perdón para los niños de cuatro años. Pero hay más, porque es ya sobresaliente el subtítulo, donde la exclamación se eleva hasta la gloriosa incorrección ortográfica. "¡¡¡Queremos esta copa!!!", grita Sport, así, con tres signos a cada lado, acaso para que se oiga hasta en Qatar y para que la RAE, esa apolillada institución española, sienta en el cogote el aliento del desafío lingüístico. No conviene relajarse en eso de ser més que un club.