No he visto ninguno de los recientes partidos de la selección española de fútbol. Y creo que a este paso no voy a volver a ver ninguno más. Yo voy a ver al Madrid y punto. Se supone que tengo que divertirme con mi afición futbolera, así que no me va a quedar más remedio que apartarme de semejante toxicidad. Lo último, al parecer, tiene que ver con un corte de mangas y, cómo no, con Gerard Piqué, ese pobre chico "sano", como le describía Del Bosque, que siempre está, o le meten, en todas. No es que haya que prescindir de Gerard (#GerardQuedateHasta2058, aprovecho para impulsar el hashtag), y me dirijo directamente a los cavernícolas, sino de las mangas. Yo hubiera preferido que hubiesen sido las mangas las que anunciaran su retiro de la selección, por lo del corte, y de este modo no se daría pie a conflictos internacionales. Una manga diciendo que se retira es totalmente intrascendente en comparación a si lo dice Piqué, cuando se alcanza el momento exacto del Big Bang del Universo. Yo todavía veo pasar rozándome trocitos de planetas (incluido el catalán) y a cientos de Gerards subidos en ellos como cientos de surfistas idénticos e interestelares. Cómo ser Gerard Piqué no tiene respuesta porque, por si aún no lo saben, Gerard Piqué es único. Pero tampoco es para tanto. Los habrá que después de la enésima polémica con participación del famoso futbolista (aunque aquí me surge la duda: ¿qué es más Piqué, futbolista o polemista?) aprovechen para rendirse pleitesía a sí mismos a través de sesudos razonamientos que, curiosamente, suelen comenzar empollando un huevo y terminar con el nacimiento de un pollito Piqué traviesísimo y monísimo como surgido del ámbar que van dejando otros por el camino. Algunos quizá deberían cortarse un poco esa manga ancha. Y no me refiero sólo a Gerard Piqué, el protagonista de la Creación (sin su existencia no habría nada: "Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día y la noche..." (Génesis, 1:15), sino también a los que hacen camisetas y todo tipo de merchandising en uno y otro sentido con sus monerías, ya sean cortes de mangas, escupitajos y hasta peinetas con mensaje intrínseco o sin él.
Anoche me deleité con la película "Un ladrón en la alcoba" Ernst Lubischt 1932. Una deliciosa comedia que recomiendo.
Se preguntarán que tiene ésto que ver con el "malvado independendista", pues bien al padre de la comedia sofisticada, se le atribuye el llamado TOQUE LUBISCHT, una forma de hacer reir con su característico sello.
El jugador catalán ha conseguido con el asunto de las mangas, la penúltima vuelta de tuerca, a lo que yo llamo el TOQUE PIQUE.
Mucha gente, con la que por lo general suelo estar de acuerdo, dicen que este caso Gerard, no se ha equivocado que simplemente le molestaban las mangas, y que no hay que darle mayor importancia. Por lo que a mi respecta, como si quiere jugar con barretina, pero no dudo que lo del corte de mangas estaba pensado y bien pensado.
Reconozco que el sr. Piqué, actúa con inteligencia, pero al contrario que el director berlinés, no pretende hacer reir a todos, a todos los que disfruten de su humor, por supuesto. Si no a los suyos y cabrear al resto. Además cuenta con el beneplácito de practicamente toda la prensa, lo que ayuda, y de que manera. Ha conseguido como en la película que mencioné antes, que el camarero le ponga "ésa luna en la copa de champaña", y que cualquier crítica que se le haga, sea cosa de madridistas tuiteros y casposos.
Como dice que hasta el 2018 no se va, seguro que nos quedan más episodios del TOQUE PIQUE, para nuestra desgracia.
Muy acertado y cinéfilo comentario, concuerdo.
Piqué no es, ha sido ni será jamás una víctima. Jamás.
AMEN, suscribo tus palabras de la A a la Z
Ahí le has dado, Mario. Siempre recuerdo la película "Merlín", donde el mago tiene que luchar contra su discípula Morgana -que casi era luchar contra sus propias armas-. El único modo que tuvo de vencerla fue haciendo que el resto del mundo ignorara su existencia.
Habrá más, D Mario habrá más!