Nada más viejo que el periódico de hoy

"Nada más viejo que el periódico de ayer", reza una vieja greguería de la profesión periodística, y de la que no lo es. Nosotros nos venimos aquí cada día a hablar del periódico de ayer sino del de hoy, pero no cabe duda de que tanto el auge de la tecnología (y el de las redes sociales asociada a ella) como -por qué no decirlo- la falta de pujanza del oficio ha arrastrado en su obsolescencia a la prensa de hoy también. Las portadas que aquí comentamos, primeras páginas de diarios que físicamente salen a la luz en la primera hornada de la mañana, quedan con frecuencia desfasadas a las tres de la tarde. A las de hoy les gustaría que así fuese. Les gustaría que su vida útil hubiera llegado a las tres de la tarde. Porque lo cierto (ay) es que ya nacieron desfasadas.

Lo preguntamos sin ironía ni afán de hacer sangre: ¿a qué hora cierran sus ediciones en papel As y Marca? Cada día más pronto, al parecer. La verdadera noticia de ayer (y por tanto el verdadero centro de comentarios hoy) son las declaraciones post-partido de Sergio Ramos, en las que el de Camas, en un tono inequívoco, por si había quedado alguna duda en su conferencia de prensa de la víspera, censura a Piqué y le responsabiliza por los silbidos que sufre.

A un porcentaje del madridismo, difícilmente computable pero que se antoja nada despreciable, le importaba y le importa un pimiento el partido de ayer. A un porcentaje elevado del madridismo le importa la alegría inmensa de ver cómo su nuevo capitán se comporta al fin como tal y sale en defensa del club que le paga aun cuando esa gallardía le pueda costar algún disgusto en el equipo nacional. Nos parece que Sergio, que tantas críticas (muchas justas, otras excesivas, algunas incalificables) ha sufrido por sus (frecuentemente desatinadas) manifestaciones públicas se merece esta vez todas las loas posibles. Nos da la sensación, y esperamos no equivocarnos, de que el camero ha encajado tanto su generosa renovación como su recién estrenada primera capitanía exactamente como muchos esperábamos que lo hiciera, es decir, precisamente como muchos negaban que pudiera suceder. Es el capitán del Real Madrid, y mientras de él dependa nadie faltará al respecto al club sin pagar un precio por ello. No, al menos, mientras el ofensor no formule disculpas de una modo convincente y entone un mea culpa acompañado del imprescindible propósito de enmienda (si es que tal cosa es posible para Piqué). Y no parece que la componenda de quedar bien en el seno de la selección vaya a frenar al nuevo Ramos en este papel. Bravo, Sergio.

Sin embargo, nada de esto parece interesar a As y Marca, quienes han venido aquí a hablarnos del partido, del autogol de los eslovacos y de cosas que nos la traen (lo decimos con todo el respeto) lánguidamente floja, si cabe la redundancia.

De la edición de hoy de Mundo Deportivo nos llaman la atención dos cosas.

1. Parece que al diario que, en una línea más bien oficialista, representa el principal canal de comunicación en prensa escrita del club que oficial e institucionalmente aboga por el proceso de construcción nacional catalán está sin embargo muy interesado (hasta el punto de dedicarle su portada) en lo que haga la selección española de fútbol. Nosotros cada día entendemos menos. Como en cierta ocasión nos dijo un viejo editor mexicano, "yo ya lo ignoro todo".

2. Genialidad (táctica) la del recuadro dedicado a Pogba, a quien el Barça no ha logrado fichar este verano para este invierno pero sí para el otro verano (o para el otro invierno), según cabe deducir del titular "El blindaje del fichaje a Pogba ha funcionado". He aquí cómo vender como un éxito no el que un jugador haya fichado por el Barça, sino el que NO haya fichado por el Madrid. Hagamos pues gala de deportividad y felicitemos al Barça por el blindaje de los fichajes de De Gea, Reus, Lewandowski y Hazard, que como todos sabemos no han fichado por el Madrid gracias al blindaje para el futuro ejecutado por Bartoméu.

"Cuestión de estado" es lo que a Sport le sigue pareciendo el proteger a Piqué de las incalificables agresiones acústicas que injustamente sufre en forma de pitidos allá donde va a jugar la selección. Seguimos en la línea del comentario anterior: cuestión de estado, de acuerdo, pero ¿de qué estado? ¿De ese ominoso al cual por el momento pertenece Cataluña, o del nuevo y refulgente estado independiente que con tanto júbilo se atisba ya en lontananza? Es lo malo de los periodos de transición: se produce una confusión en el ámbito de las competencias que puede dejar sin atender asuntos tan cruciales como la defensa a un defensa central, ciudadano del estado en ciernes, de las ofensas más groseras.

Eso sí, el cuerpo central de la portada va dedicado a la lesión de Claudio Bravo. Deseamos (y aquí no hay menor ironía) una pronta recuperación al buen portero chileno.

Pasad un gran día.