He soñado con Pedri en el Madrid como si fuera un cuento de Tintín. Pedri en el Madrid es como Tintín en el Congo, no por lo raro (aunque puede que también) sino por la forma. Yo no sé si el Madrid podría contener a Pedri, ahora que se habla libidinosamente de un golpe florentiniano.
Me refiero a que tanta emoción no es fácil de soportar. Y no sólo la emoción sino, por ejemplo, que tiene dieciocho años. Y que con dieciocho años juegue todos los partidos. Con dieciocho, he dicho bien. Un joven de dieciocho años debe descansar como es debido porque dieciocho años ya es toda una edad como para empezar a cuidarse.
Pero es que es un elegido. Lo hemos oído a los padres del mejor periodismo deportivo del mundo, y ahí está el quid. En el Madrid no podría soportarse el almíbar pedriano, claro que en el Madrid dejarían de embadurnarle. Sólo por eso debería acometerse el fichaje. Como experimento sociológico.
En el Madrid no podría soportarse el almíbar pedriano, claro que en el Madrid dejarían de embadurnarle. Sólo por eso debería acometerse el fichaje. Como experimento sociológico
Cómo Pedri dejaría de ser un elegido al fichar por el Madrid sería un caso extraordinario de estudio. Asistiríamos al auge y declive de un juguete roto, quizá. O a la conversión de un ángel. El torcimiento de un adolescente. Y cosas más (mal) pensadas, no faltaría más. Ya se ha visto lo que se hizo con Odegaard, por ejemplo, que no tenía ni dieciocho, hasta que se fue a la Real Sociedad, o hasta que Zidane decidió no ponerlo a jugar.
Esta sería otra opción. Si Pedri fichara por el Madrid y Carletto decidiera no darle todos los minutos, ese periodismo contendría la respiración antes de darle por perdido para su causa. Pero qué bomba sería el fichaje de Pedri por el Madrid. Sólo imaginarlo ya me pone en la barandilla para ver pasar esta procesión. Pedri, ese patrimonio, cambiando de dueño. Y con dieciocho años.
Pedri, el mismo que ha hecho llorar con su juego a la España de 2021 igual que Joselito con sus siete cascabeles a la de los sesenta. Pedri, el de los pómulos. Pedri, “un chico normal”. Pedri, el que le encanta a Xavi. Pobre Pedri, tan joven (¡dieciocho años!, por si no lo sabían). Lo están poniendo perdido.
Si Pedri fuera Joselito, Dani Olmo sería Marisol. Quién lo hubiera dicho este reverdecer español con Morata en La ciudad no es para mí y Manolo Gómez Busi, entre otros, en Las chicas de la Cruz Roja. Aunque nada sería como Pedri en el Madrid, ni siquiera Jordi Alba como José Luis López Vázquez en La escopeta nacional.
Fotografías Imago.
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