Con motivo de la retirada de Pau Gasol el 5 de octubre de 2021, reflotamos el presente artículo.
Dijo el poeta que todas las muertes son la misma muerte. Lo mismo puede decirse de los parones de selecciones: son todos el mismo aunque las fechas traten de mover a equívoco. A fin de entretenernos en este nuevo y nefando parón —que es el de siempre—, emprendemos esta serie titulada “El que nunca llegó”, en la que cada autor galernauta ha escogido un gran jugador que le habría gustado ver de blanco y que, a veces a pesar de las especulaciones, nunca llegó a recalar en el Madrid.
Cuando Jesús Bengoechea me propuso este artículo, tuve claro desde el inicio quién era ese futbolista que me habría gustado ver de blanco: Marco Van Basten, el holandés más talentoso y elegante que jamás vieron mis ojos. Pero eso habría sido sencillo y como amante de los retos me propuse encontrar mi deseo frustrado en el gran rival: un culé que me gustara como jugador y como persona, un buen tipo al que habría deseado ver vestido de blanco.
Créanme que me costó pensar en jugadores que cumplieran ambas facetas. Carles Puyol, un auténtico capitán de la seriedad ante las mamarrachadas de algunos de sus compañeros, fue un tipo que siempre me gustó y convenció. Un tío legal. Descarté a Andrés Iniesta, que cumplía la faceta de gran jugador, pero lo hice por su silencio cómplice como capitán del Barça ante la deriva indepe de su club, o con los silbidos al himno, sobre los que jamás se pronunció.
Pau Gasol es de largo el mejor jugador español de baloncesto de todos los tiempos
Así que tuve que alejarme del mundo del fútbol y acercarme al de los canastos para encontrar a ese tipo único, especial, grandísimo jugador, cuya presencia en el Madrid, aunque hubiera sido una sola temporada, habría agradecido como en su día la llegada de Zidane o Cristiano. Me refiero, cómo no, a Pau Gasol, de largo el mejor jugador español de baloncesto de todos los tiempos. Parafraseando a Groucho Marx, que decía que “no suelo olvidar una cara, pero en su caso haré una excepción”, yo no suelo regalar estos títulos, pero en el caso de Pau haré una excepción.
Número 3 del draft, Rookie del año en la NBA, dos veces campeón de la mejor liga del mundo con los Lakers, 6 veces All-Star, una de ellas como titular, dos veces en el segundo quinteto ideal de la NBA, otras dos en el tercero… Hablo de uno de los cuatro jugadores de toda la historia de la NBA con más de 20.000 puntos, 11.000 rebotes, 3.500 asistencias y 1.900 rebotes. Las otras tres leyendas que lo lograron son Kareem Abdul-Jabbar, Kevin Garnett y Tim Duncan. Casi nada.
Pau lo ha logrado todo en el mundo del baloncesto, excepto la Euroliga y el título olímpico, donde competimos dignamente con los Kobe, LeBron, Durant y compañía hasta los últimos minutos de dos maravillosas finales (Pekín 2008 y Londres 2012). Siempre quise a Gasol en mi equipo, sobre todo viendo esos partidos de la selección. Un gran jugador que progresa año a año, que sigue puliendo sus casi inexistentes defectos, que se reinventa sobre la cancha para ser más efectivo en cada campeonato… talento y trabajo. Y por encima de su calidad baloncestística, un líder sobre la cancha al que resultaba sencillo aunar el resto de talentos del equipo. Generoso en el esfuerzo y con los compañeros, solidario en defensa, y cien por cien solvente, confiable. Todos los compañeros de una selección rebosante de calidad eran mejores jugadores con Pau, quizás por el gen competitivo que este logró insuflarlos. Así cayeron tres oros europeos, un Mundial (Japón 2006) y varias platas y bronces más. Hay suertes en el deporte que definen la solvencia de los mejores jugadores de siempre, su capacidad de ser competitivos aunando la cabeza fría y el corazón caliente. Los penaltis en el fútbol o los tiros libres en el baloncesto, por ejemplo.
En la famosa semifinal de Saitama en 2006 frente a Argentina, en la que estuvimos a un tiro de Nocioni de quedarnos fuera, los tiros libres de los últimos minutos nos estaban crujiendo. José Manuel Calderón, un tipo tan fiable en esta suerte que llegó a tener el récord histórico de aciertos consecutivos de la NBA, falló dos de cuatro en esos últimos minutos. Pues bien, Pau se rompió el tobillo en ese último minuto (estaría tres meses de baja), pero aun así quiso tirar los dos tiros libres en esos momentos en los que al equipo le temblaba el pulso. Acertó los dos y se retiró cojeando al banquillo. No jugaría más, ni tampoco la final, pero ese liderazgo invisible hizo que sus compañeros se dejaran la vida para brindarle el triunfo, como así ocurrió.
Con Pau también recuerdo el único momento de mi vida en el que le he gritado a un tío que salía por la tele que quería un hijo suyo. Ocurrió durante la semifinal del Europeo de 2015 en Lille frente a los locales, y fue tras aquel mate salvaje irrumpiendo en la defensa de los franceses. Aquel día Pau anotó 40 puntos de los 80 que logró nuestra selección. 14 tiros libres consecutivos sin fallo en los momentos clave, prórroga incluida, y una actitud muy madridista en todo momento con la que le estaba diciendo a los franceses que iban a derramar algo más que sangre, sudor y lágrimas porque no se iba a dar por vencido en ningún momento.
Pero Gasol no es solo un jugador de baloncesto excepcional, sino que además me parece un gran tipo. Embajador de UNICEF, colaborador habitual en campañas contra la desnutrición en África, creador junto a su hermano de una Fundación para el fomento de hábitos saludables, Premio Princesa de Asturias de los Deportes… fue elegido en 2015 como NBPA Global Impact Player por sus contribuciones deportivas, pero también benéficas y sociales. Recuerdo un reportaje hace tiempo sobre su estancia en Memphis y la costumbre que adoptó de visitar a niños hospitalizados. Se le ve un tío puro, sano, alejado del divismo de otras estrellas de la NBA. Para mí, Gasol es una de esas pocas figuras universales a las que no se puede criticar en este país, como Rafa Nadal, como Antonio Banderas o Carlos Sáinz, pese a lo cual, habrá quienes lo hagan. Gasol es tan buen tipo que dejó el Barça con solo veinte años, tras arrasarnos en Liga y Copa. Sinceramente no sé si algún equipo europeo habría podido frenarlo en esos años.
Embajador de UNICEF, colaborador habitual en campañas contra la desnutrición en África, creador junto a su hermano de una Fundación para el fomento de hábitos saludables, Premio Princesa de Asturias de los Deportes… fue elegido en 2015 como NBPA Global Impact Player por sus contribuciones deportivas, pero también benéficas y sociales
Sé que el salario de Gasol en sus mejores años de la NBA lo convertían en un jugador imposible para cualquier equipo de Europa, incluso para los turcos, el CSKA de Moscú o el actual Barça del talonario infinito, y también sé que nunca sonó para el Real Madrid, entre otras cosas por sus orígenes, familia y escuela, pero yo creo que hubo un momento, no muy lejano en el tiempo, en el que esa posible llegada habría sido maravillosa. Durante el lockout de 2011, el Madrid contó durante unos meses con Serge Ibaka y con Rudy Fernández, que se quedaría años después para protagonizar una gran historia de éxito con Pablo Laso. Pero no es ese el momento en el que Pau podría haber llegado, porque además, de haberlo hecho, en plenitud de forma, habría jugado con el F.C. Barcelona. A Laso le costó encontrar el modo de sacar partido a sus pívots altos, a los centers que tenía en plantilla. Othello Hunter, Borousis, Salah Mejri, jugadores con cartel que no terminaban de encajar en los sistemas de Laso, al contrario que pívots más bajos y versátiles como Randolph, Ayón, Reyes o Thompkins.
Entre esos años y la incorporación de Edy Tavares, coincidiendo además con la salida de Pau de Chicago Bulls y su peregrinación por Milwaukee, San Antonio y Portland, el barcelonés podría haber recaído en el club si las condiciones económicas lo hubieran permitido (que ya digo yo que no lo eran). Imaginaos haber juntado en el mismo equipo a Luka Doncic, Sergio Llull, Rudy, Carroll, Thompkins, Nocioni, Sergio Rodríguez, Felipe… Se ganaron dos Euroligas en cuatro temporadas (2015 y 2018), pero es que me cuesta imaginar que no se hubieran ganado todas ellas con Pau en la plantilla.
Se ganaron dos Euroligas en cuatro temporadas (2015 y 2018), pero es que me cuesta imaginar que no se hubieran ganado todas ellas con Pau en la plantilla
De verdad que le deseo lo mejor en su nueva etapa en Barcelona a título individual, que recupere sensaciones y se ponga a punto para despedirse por todo lo alto en los Juegos de Tokio, si finalmente se celebran. Mi deseo lógico es que el todopoderoso Barça de los millones no se lleve la Liga ni la Euroliga, pero si lo hace, ojalá la estrella sea ese gran tipo que es Pau Gasol. “De Sant Boi, de Barcelona, de Cataluña, de España”.
Fotografías: Imago.
Índice de El que nunca llegó:
Capítulo 1: Futre, el que nunca llegó
Capítulo 2: Dominique Rocheteau, el que nunca llegó
Capítulo 3: Joaquín, el que nunca llegó
Capítulo 4: Oscar Schmidt, el que nunca llegó
Capítulo 5: George Best, el que nunca llegó
Capítulo 6: Totti, el que nunca llegó
Capítulo 7: Patrick Vieira, el que nunca llegó
Hay algo más que emparenta a Gasol con los intereses de los madridistas: aunque haya sido de forma involuntaria, su marcha a la NBA ha privado al Barcelona de muchísimos títulos. Eso también se lo agradecemos desde nuestra sincera admiración.
Solo espero q en un futuro no hablemos en esta seccion de Haland.
Al final esto es un pudo ser y mal no nos ha ido..pero estamos hablando del proximo delantero centro por 10 o mas años q o lo disfrutamos ..o si se va encima q los del pais de mas arriba lo sufriremos..
Dia horrible hoy entre lo de Haland y la sesion de Ramos..
ASCAZO DE PARON DE SELECCIONES Y DE SELECCIONES
Lesion de Ramos queria decir
Desde luego, Pau Gasol , a los hechos me remito, y por hechos me refiero a talento, conducta y personalidad, tiene mucho más de madridista que de culer. Uno en el foro de Mundo Delictivo, y con tal de encabronar al culeramen, es capaz de hacer chascarrillos además de alguna que otra burla sobre su avanzada edad (que ya nos gustaría tener a muchos). Por cierto, ya puestos, quiero agotar el cupo de loas a lo "azulgrana". Pau es un gran tipo, no solo en cuanto a tamaño. Es muy inteligente dentro y fuera de la cancha. Pero, a donde iba, no finaliza el asunto ahí, no. Su hermano Marc es un extraordinario deportista. Y buena gente, aunque en la pista , y hace bien, sabe "defender" su territorio. Al respecto quiero decir que a ningún deportista , sea en baloncesto o fútbol, le he visto una evolución tan extraordinaria como a Marc Gasol. Tu observabas, en su globalidad, a Pau con 17 años y ya podías augurar que iba a llegar alto. En cambio, Marc, con 17-18 años era tosco y patoso. Sufrió una metamorfosis rutilante, de patito feo a cisne blanco. En el foro de Mundo Delictivo he restregado su amor por los colores blanquiazules. Y, ahora, hacen de tripas corazón. No podía ser de otra manera, el culer es así. Pero a Pau Gasol. los que ahora les hacen palmas y reverencias , se han hinchado a descalificarlo y despreciarlo tildándole, básicamente, de "botifler". Sí, Pau, te faltó el broche de oro (blanco).
Amiguete Barney:
Si pudieras hablar con Fred Gwynne para que , a su vez, lo hiciera con don Florentino Pérez. La jugada maestra no es Mbappé y el gigantón noruego, no. Es Mabppé & Marc Gasol.
Transmitido, Don Floquet. Vía Twitter, que haya transparencia. Pero le he dicho que no por ir a por estos dos debía olvidarse del gigantón noruego, que si falta hueco se lo hacemos.
Coincido en lo que indica sobre la mejoría de Marc y su progresión, brutal, pero el crack sin duda era el mayor de los hermanos. Puro talento.
Gracias, caballero.
Pau Gasol siempre me ha parecido un gran profesional y mejor persona.... Ha sido, es y será cule... Y aunque eso me fastidie, respeto su amor por su club de toda la vida.
Para mí, de los mejores deportistas españoles de la historia... Aunque juegue contra nosotros, es un jugador que siempre fue muy respetuoso con nosotros y por ello, merece mi aplauso.. (todo lo contrario del boca chancla de Piqué).