Patton y el miedo

Buenos días. Seguimos entre dos aguas, como si la situación no fuera tan grave como para quedarnos anclados en el horror clausurando nuestras mentes a la emoción y el escapismo del Clásico, pero al mismo tiempo tampoco tan normalizada como para abrazar sin reservas dicha emoción. Entre la aprensión y el ansia por respirar. Entre la congoja por lo acontecido, el temor a lo que podría acontecer y el prurito del forofo que sueña con meterle cuatro a Claudio Bravo.

Nadie refleja hoy mejor esta esquizofrenia colectiva que Mundo Deportivo.

Ahí lo tenéis. Horror, honor y Luis Suárez. Y el caso es que se nos hace complicado reprocharles nada. Uno podría discutir qué partición de la portada era la más adecuada. Uno podría sugerir que se hubiera dado más espacio a lo de Wembley, que al fin y al cabo es de cuantas pueden ser destacadas la noticia que más te reconcilia con el ser humano en estas fechas donde predominan la dolorosa incredulidad, el meneo de cabeza y las manos a los ojos. Otro podría sugerir que el destacado fuese para la suspensión de Hannover, que es al final del día la que te hace comprender lo esencial, por lamentable que sea y a saber: que no estamos bien, que la pesadilla no ha finalizado y que hay miedo, porque lo hay. Puestos a poner pegas, podríamos haber estado de acuerdo con la partición siempre y cuando cambiáramos a Luis Suárez por James, pero ya sabemos que ese trueque ligero, como de vodevil rijoso, no nos lo habría comprado Mundo Deportivo, y en cierto modo nos consuela saber que hay algunas cosas que siguen en su sitio. "Golazo de Messi en el partidillo-test". Siguen siendo los de siempre, y qué queréis que os digamos, en las presentes circunstancias nos resultan hasta entrañables y nos dan ganas (de verdad) de darles un fuerte abrazo antes de mandarlos a paseo. Pero de verdad.

"Golazo de Messi en el partidillo-test". Gracias por seguir ahí, chicos. Gracias por seguir dándonos cosas reconocibles.

As se decanta por destacar la escalofriante Marsellesa en Wembley y nos preocupa, porque es justamente lo que habríamos hecho nosotros. Es una primera plana tan atinada que nos hace dudar. Si antes decíamos que el golazo de Messi en el partidillo-test (¿qué coño es un "partidillo-test", y qué hay más inconcebible que ese guión en medio de las dos palabras?) nos reafirma en el reconocimiento de los chicos de Godó, no reconocemos en cambio a Relaño en esta portada tan irreprochable. Mejor dicho, reconocemos (sí) al excelente periodista que fue antes de lanzarse a organizar akelarres antiFloPer y ouijas sonrojantes.

Lo de Wembley debió de ser, como decía Fantantonio en un tuit, algo para contar a los nietos. Si un inglés cantando la Marsellesa es una cosa para grabar en vídeo, miles de ingleses cantando la Marsellesa es una cosa para grabar en miles de vídeos. Afortunadamente, algunos de esos miles han hecho el camino hasta youtube y están a vuestro sencillo alcance. Nos gustaría pensar que en España podría (con ayuda de miles de pasquines consignando la letra) haberse organizado algo parecido, aunque sinceramente tenemos nuestras dudas. Soñar es gratis, así que dejad que nos ensimismemos durante unos segundos en la idea de un Calderón o un Bernabéu enardecido entonando una Marsellesa macarrónica y electrizante.

Sport, que ayer nos emocionaba con su business as usual, demuestra hoy que tal actitud no está reñida ni con el mantenimiento del miedo (dedica la foto principal a las medidas de seguridad del Clásico) ni con continuar siendo un panfleto de la peor especie (al fin y al cabo, su business as usual es ese). Gracias, también, por seguir siendo reconocibles en medio del espanto, Sport.

"El árbitro del dedazo a Mou", dicen refiriéndose a Fernández Borbalán. No sabemos qué tendría que ver el árbitro de aquel partido (que también será el de este) con un incidente acaecido cuando aquel encuentro ya había finalizado, como también ignoramos a cuento de qué se sigue refrescando un incidente que ya fue resuelto entre ambos interesados, sin que por desgracia uno de ellos pueda ya opinar más al respecto. Lo que sí sabemos (no lo creemos, sino que lo sabemos) es que es indigno tratar de incidir en el arbitraje sacando a colación cosas así, y que lo es más aún el hacerlo en circunstancias donde todos deberíamos estar más inclinados a toda la concordia posible dentro de un contexto de máxima rivalidad deportiva. No es que echemos en cara a Sport que haga algo así hoy. Es que. además de reprochárselo, y sobre todo, no sabemos cómo tienen ganas. Y nos maravillamos ante esas ganas, si se nos permite, con un mohín de repugnancia.

Qué pena. Por no decir qué vergüenza.

Marca se zambulle en el Clásico sin apenas mirar atrás, salvo por una referencia superior a la suspensión del Alemania-Holanda, y nos parece bien. También se consignan unas declaraciones de papá Neymar que muy bien, literalmente, podrían haber salido de la boca de Artur Mas hace muchos meses (hoy ha superado el matiz dubitativo de la frase). Qué bonito es ver cómo se incrementa por minutos la homogeneidad entre el Barça y su entorno. Un mundo en el que lo que dice papá Neymar y lo que dice Artur Mas son cosas casi idénticas es un mundo más justo.

Por lo demás, insistimos, Marca tiene ya las miras puestas en el Clásico. Parece que tanto plantilla como entrenador vikingos coinciden en la idea de afrontar al Barça con valentía, y esa idea de ser valientes armoniza de maravilla, claro, con lo que vivimos en lo extrafutbolístico. Valiente no es quien no tiene miedo. Valiente, como decía Patton, es quien no toma nota de su miedo.

Seamos valientes. Tomemos nota de lo que ocurre, pero no del miedo que nos da.