El mérito persiste

Sería excelente poder encelar a Mendy con un competidor distinto de Marcelo, pues no parece sentarle óptimamente la titularidad asegurada; y sobre todo convendría poder hacerlo con Courtois, un portero soberbio cuyo juego con los pies regala demasiados balones por partido, mandándolos directamente fuera o al rival, pues me cuesta pensar que no pueda entrenarse tal cosa. Pero son pelillos a la mar, comparados con la racha victoriosa del Real, que esta tarde pudo con un Granada tan aguerrido como el Getafe de hace pocos años, capaz de ganar sí o sí buena parte de los balones divididos, casi inexpugnable por alto y capaz de resistir la presión alta sin apenas alterarse.

Para doblegar a conjuntos tan trabajados es preciso mantener una concentración que los merengues solo perdieron durante el bache de octubre, a despecho de competir cada tres días con una plantilla recortada por el imprevisible colapso de Hazard y Jovic, a quien insisto en considerar heroico, y tan excelso por momentos –por ejemplo ante el Mönchengladbach, el Atlético o el Éibar- como el mejor de los recordados.

Hoy, en el último minuto del primer tiempo, Asensio pasó mal un balón relativamente fácil de convertir en muy peligroso, aunque a los diez del segundo enmendó esa impresión con un centro de crack, cabeceado en gran estilo por Casemiro. A partir de entonces fue creciendo hasta convertirse en el mejor de los 22, que bien pudo marcar poco antes con el desvío de tacón estrellado en el palo, pues –como observó Valdano- jugadores de su calidad no salen a jugar sino a ganar los partidos. Es una pena la lesión de Rodrygo, un muchacho tan joven como Vinicius pero incomparablemente más asociativo, y ojalá Valverde recobre la plena forma para el próximo compromiso, porque exprimir demasiado a Modric dejó esta tarde la huella de su ausencia en la creatividad del equipo.

Vinicius se agiganta cuando el Madrid juega mal, hasta el punto de ganar algún partido casi solo, al revés que Rodrygo, y -si no ocurre algo tan improbable como el retorno de Isco y Marcelo a sus mejores versiones- el futuro pide a gritos tres o cuatro jugadores de repuesto, cuando tal cosa no parece posible. De ahí el mérito de seguir en cabeza, tanto en la Liga como en Europa, con algún plomo ya en las piernas de Ramos, Kroos y Benzema, actuales colosos del conjunto. El francés volvió a demostrar que es el delantero más en forma del mundo, y crucemos los dedos ante lo incierto del mañana.

Con su once de gala descansado, incluso sin Hazard, el Real demostró que puede prevalecer sobre cualquier adversario. Toca esperar que Zidane siga haciendo virguerías hasta que el astro belga reaparezca, Asensio confirme sus dones, Valverde aumente su rendimiento, Rodrygo se recobre, y quizá Jovic y Mariano nos sorprendan como en su día Vinicius. Se diría que todo pende de poder dosificar a los indudables ases del equipo.