Palo y zanahoria

Hoy juega el Madrid contra el Chelsea, que ya no entrena Mourinho, con lo cual es esperable que la prensa deportiva patria mire al equipo londinense con mejores ojos esta temporada, o si acaso no lo mire con ninguno, cosa que creemos mucho mejor para el Chelsea. Este año la bicha será el Manchester United, con Pogba o sin Pogba, que sigue pasando reconocimientos médicos sin terminar de pasarlos hasta que llegue el reconocimiento médico final, vayan ustedes a saber si tal vez en Madrid con los calores de agosto haciendo de las suyas y la calculadora de Relaño echando humo.

Pues eso, que esta noche disputa el Madrid su segundo partido de pretemporada, y remarcamos lo de segundo y lo de pretemporada por si alguien ya comienza a observar en el equipo los síntomas de irremediable decadencia con los que, por otra parte, convive el Madrid todos los años cada vez más pronto. Ya puestos a la detección temprana de fines de era, problema insalvables y caídas de la casa Usher, proponemos que cuerpo técnico y jugadores regresen de sus vacaciones pidiendo perdón por la falta de actitud demostrada durante sus días de playa: "No hemos estado atentos a esa caipirinha", "salimos confiados a la piscina", "hemos cogido más sol del que habíamos hablado en el vestuario"... Cosas así podrían ayudar a que el aficionado-detective (otros dirían cenizo) se instalara en la nueva pretemporada con todo el derecho del mundo a poner a parir al equipo lo antes posible, que como todo el mundo sabe es lo bonito del fútbol, y sobre todo la mejor manera de demostrar cariño, de evitar las úlceras y tal.

Tras el primer partido, es Marco Asensio el protagonista de buena parte de los comentarios en torno al Madrid, hasta el punto de que Marca nos deleita con un titular a modo de juego de palabras que refresca un poco los calores estivales: "Un marco de lujo", dice el medio madrileño para referirse al citado encuentro contra el Chelsea; pero, claro, luego nos pone al lado de Asensio a Diego Costa con su permanente expresión de asalto a las murallas de Jericó y como que el refresco pierde sus burbujas, amarga un poco y ya no queremos mirar más la portada de Marca, platino de Messi como agravante.

Menos mal que la sonrisa de Zidane nos espera y aquieta en As, una sonrisa que contrasta con las declaraciones destacadas por el periódico de Relaño, en las que el entrenador francés pide mejoría al equipo con respecto a su duelo contra el PSG. Buena petición es esa y buena sonrisa es aquella. Palo y zanahoria parece ser uno de los métodos de Zidane para obtener lo mejor de sus jugadores, y cómo no intentar hacerlo mejor si quien te lo pide es el tipo de la volea de Glasgow y además sonrisa en ristre. Claro está que el método del Cholo debe de ser distinto, un 2+2 que siempre da 4, o lo que es lo mismo, un Oblak como mejor jugador del partido y un gol de Godín para ganar 0-1: quintaesencia del cholismo, escuela zen del fútbol intenso que durante una época no lejana se llamó antifútbol.

Mientras tanto, en Barcelona, aparte de insultar a Higuaín -"el último traidor", dice Sport abajo como quien no quiere la cosa-, siguen sacando perlas de la cantera, como corresponde al sólido ideario de su proyecto sin mácula. No se rían. Aunque no lo crean, Mario Gómez es originario del Alto Ampurdán, Mandzukic nació en Manresa y Bacca es hijo predilecto del bonito pueblo costero de Palafrugell, por no hablar de Luan, Calleri y Gabriel Jesús, tres brasileños del mismísimo centro de Llagostera que Sport nos presenta en su portada de hoy.

Se comprueba una vez más que la Masía no se toca, y además literalmente, y que el Barcelona tiene clarísimo su nuevo fichaje, basado en todos los delateros posibles que quepan en una portada, un, dos, tres, responda otra vez. No descarten que hasta Julio Salinas haya vuelto a tocar pelota por si acaso tiene que volver, tal vez para disgusto del Lobo Carrasco, quien solo conoce lo sublime y sufre con lo humano, demasiado humano.