Una crisis del Madrid tiene más analistas que una caída masiva en bolsa del IBEX 35. Todo el mundo opina y, si no fuera por lo de Cataluña, en España no se hablaría de otra cosa. Las crisis del Madrid que más jugosas les resultan a los españoles son las que suceden a cosechas históricas de triunfos. Podría entenderse como el júbilo de los Davides al ver rodar la cabeza de Goliat. Pero a mí me gusta escuchar a los buenos. A los que saben. Al fin y al cabo, un aficionado no es sino un diletante; un aficionado que escribe, además, es un diletante con más ínfulas. Dijo Modric al terminar el partido de Wembley del otro día que “mi opinión es que el mayor problema es el fútbol”. Y a Modric hay que escucharlo.
A Luka Modric conviene escucharlo siempre que habla porque además de ser el mejor centrocampista del mundo es uno de los futbolistas más inteligentes que se han visto sobre un terreno de juego. Esto no es común, o por lo menos, no es tan común como cabría esperar. Futbolistas hay muchos, y futbolistas buenos, también. Das una patada en una esquina y te sale un puñado de virgueros, y más desde que los niños en España crecen en pistas de fútbol sala y no en las calles o en campitos de albero (uno de los escasos dones de la burbuja inmobiliaria fue sembrar España de pistas de futbito). Pero futbolistas listos, que conozcan su oficio y que jueguen antes con el cerebro que con las piernas, hay menos. Modric también es el mejor en eso.
“No creo que sea un problema de físico porque físicamente estamos bien. Es un problema de fútbol. que no estamos jugando como nosotros podemos, como hemos jugado hace poco tiempo. Tenemos que hacer todo para recuperar nuestro juego porque física y mentalmente estamos bien, pero en el juego no estamos como tenemos que estar y hay que ver por qué. Tenemos que estar juntos y no pensar que todo es desastre.”
Esto dijo Modric tras perder contra el Tottenham en Londres. Fútbol, fútbol, contradiciendo las locas teorías acerca de diversos síndromes de barriga llena, autocomplacencia deportiva e institucional, nulidades tácticas del entrenador, etc.
Se puede estar de acuerdo o no con Modric, por supuesto. Una vez contó Belmonte que un belmontista, aficionado suyo hasta la médula, le estuvo explicando durante tres horas seguidas en la puerta del Palace de Madrid cómo daba él los pases de pecho. Seguramente alguien pensará que conoce mejor los problemas del Madrid que el jugador que hace jugar al Madrid, que el keyplayer. Esto es probable. También lo es que Modric tenga razón, además de por su experiencia y conocimiento del juego, porque al ser su español algo limitado cada vez que habla se ve urgido a decir lo que quiere decir de la forma más concisa posible. Es decir, a ir al grano. Al contrario, naturalmente, que quien firma este texto, por ejemplo.
Cuando se dice que a un equipo le ocurre algo que sólo tiene que ver estrictamente con su fútbol cuesta adivinar en realidad a qué se está haciendo referencia. Fútbol es una palabra ambigua. Fútbol puede ser muchas cosas. Un problema de fútbol también es que no haya un 9 homologado por la Unión Europea capaz no sólo de competir con un puesto por Benzema sino de sentarlo, o que sólo esté el niño-Dios de 20 años para suplir al que vino para ser el segundo jugador franquicia del equipo. Pero en el sentido en el que Modric se expresó, fútbol remite literalmente a lo que ocurre dentro del rectángulo verde. En estos partidos que el Madrid ha perdido o empatado, salvo el de Gerona, el Madrid ha sido mejor que el contrario en términos relativos, pero ha perdido o empatado; o sea, ha sido peor, porque ser mejor no sólo es aposentarte frente al área contraria como un ejército instalando su campamento delante de una ciudad sitiada y ya está. En eso el Madrid ha sido mejor, particularmente contra el Betis, Levante y Tottenham en el Bernabéu.
Pero en el resto de facetas del juego, en el repliegue, en lo que ahora se llama balance defensivo, en la capacidad resolutiva dentro del área contraria, en el control del tempo del partido, los rivales lo superaron. Eso es fútbol, al fin y al cabo. En eso también fue superior el Madrid el año pasado, cuando generalmente sus críticos le reprochaban no jugar a nada y ganar, o salir vivo. “Cuando pierdes en el Madrid todo es más grande que en otros equipos, pero estamos acostumbrados”, dice Modric. Hay que agradecerle a Puigdemont que se haya embarcado en este vodevil contra el Estado: nos ha permitido llegar a Navidades con las facultades mentales intactas a los madridistas de infantería que preferimos escuchar a los que saben y no a los que dicen saber.
Buenas tardes al foro, estoy de acuerdo con Modriç,( en parte), se olvida del tema arbitral, que si no fuera por la banda de desalmados que juzga( es un decir) los partidos de primera división, estaríamos a 1 o 2 puntos como mucho de Un Mundo Feliz, ( alias Barcelona), lo repito estoy de acuerdo con Modriç, porque con el elenco de centrocampistas que tenemos, el mejor y más completo del mundo, no he visto todavía un partido bueno del Madrid, en toda la temporada, rachas, trozos sueltos, pero partidos enteros buenos ni uno, el equipo gana por calidad individual, pero por juego colectivo, nada de nada, entiendo que en el triunfo influyen muchas circunstancias, suerte, arbitraje, estados de ánimo, pero jugar bien al futbol debería ser obligado en un equipo como el Madrid, la prueba inequívoca es la cantidad inusual de goles que recibimos, el equipo no esta trabajado en defensa,, antes jugando con 3 atacantes se asumían muchos riesgos, ahora con el 4-4-2, es imperdonable. No me pidan un porque, lo ignoro, haber si entre todos somos capaces de averiguar porque no jugamos un pimiento
Saludos blancos, castellanos y comuneros
Hola,
Es cierto que se debería jugar mejor al fútbol. A mí me gustó cómo jugó el equipo a partir del segundo gol a la UD Las Palmas. Parece que quitándose de encima la presión del resultado, nos demostraron que no se les ha olvidado jugar. Lo que hecho de menos es intentar hacerlo fácil cuando las cosas no salen bien. Por ejemplo, la baja forma en la que empezó Gareth Bale se debía haber compensado haciéndole entrar una y otra vez por banda izquierda a ponerla al centro (es el que mejor lo hace y lo que mejor hace). Recuerdo que Gordillo era el inicio de muchas remontadas (en resultado y en juego) haciéndolo así. Más paciencia (que no parsimonia), un mejor ajuste defensivo y de la presión. Creo que el fútbol se parece en algo al baloncesto, que se remontan los partidos defendiendo. La portería a cero debería ser primera prioridad. Y eso no depende tanto de la calidad individual, sino del esfuerzo de noventa minutos y de la concentración. Desde ahí creo que podemos recuperar la seguridad que poco a poco nos lleve a jugar mejor y con más confianza.