No, no, esto no puede estar pasando. Grecia ganó una Eurocopa "de aquella manera", que diría Relaño. Portugal la ha ganado ahora de aquellísima manera. El Madrid gana Copas de Europa de aquellérrima manera... Pasamos por todos esos aros vergonzantes con la cabeza agachada en señal de contrición. Pero ¿esto? Esto ya es lo último. Queremos pensar que es la influencia de los Juegos Olímpicos, donde es sabido que el deporte rey deja de ser el fútbol para pasar a reinar el atletismo -tan ancestral- sobre él. Sí, debe de ser eso. No se nos ocurre otro modo cabal de justificar que venga ahora la UEFA a poner a Cristiano y a Bale entre los tres mejores futbolistas del año. Menos mal que al menos el tercero en disputa es Griezmann, circunstancia que salva mínimamente del despropósito. Vean y escandalícense como nosotros.
"Cristiano, Griezmann y Bale optan a mejor jugador del continente", dice Marca en aséptica frase. No nos lo podemos creer. Y encima parece que Cristiano se revela como el principal favorito para hacerse con el premio (otro más). Ignoramos en qué momento se torció todo y se empezó a valorar el gol como máxima virtud en el fútbol. Qué locura. El goleador más goleador de la historia ganando premios. ¿Qué será lo próximo? ¿Un escritor ganando el Premio Nobel de Literatura? Qué mundo este.
Pero es que además está Bale en la terna. Un jugador (por decir algo) que, aparte de seguir ocultando al mundo su hernia -cómo demonios lo hará el tío; lo imaginamos sumido en indecibles dolores cada noche al llegar a casa-, no sabe jugar al fútbol, sino correr, driblar, ganar espacios, pegarle duro, cabecear como pocos, dar asistencias y marcar goles, virtudes todas ellas ajenas -qué decimos, ajenísimas, antipodérrimas- al balompié. Desde siempre este deporte ha ido de césped y toque en corto, de doble tirabuzón y birdie, de volea liftada en la red y, si nos apuran, de tiro con arco. Por eso no se entiende que ni Messi, ni Luis Suárez compitan este año por el citado galardón. La UEFA podrá decir que es un premio de fútbol, pero a nosotros no nos engañan, a nosotros no nos venden esa moto (la de Bale frente a la bici de Bartra, por ejemplo), no nos dan gato por liebre.
Menos mal que no estamos solos en la sorpresa y aun en la denuncia. Relaño nos entiende como nadie, y por eso se asombra como toda persona de bien ante la citada ausencia de los jugadores culés. Incomprensible, queridos galernautas. Hagan lo que hagan, ganen lo ganen y, sobre todo, pierdan lo que pierdan, los Messi, Suárez y Neymar tienen que estar invariablemente destacados en todas las listas de premios, si es que de fútbol hablamos, y no de atletismo. Ganar está muy feo, y mucho más corriendo para ello, marcando goles, levantando trofeos con el club y con la selección, o llevando en volandas a un pequeño país a las fases finales de una Eurocopa. El mundo al revés. Los pájaros contra las escopetas.
Por lo menos, de ese modo típicamente sutil que es todo lo contrario a la sutileza, el trío principal que opta al premio no empieza por Cristiano en la portada de As, sino por Griezmann, este sí, un jugador de fútbol con todas las de la ley, incluidos sus márgenes cholistas. Después, en claro orden descendente en cuanto a relación con el deporte del que hablamos, aparece Cristiano y, al final -ya tal, que diría Rajoy- Gareth Bale. Gracias, Relaño, por intentar poner un poco de cordura en todo esto. Los poderes fácticos parecen irreductibles -léase en este caso la UEFA y, en todos los casos, el florentinismo-, pero por nosotros no va a quedar. Dormir con la conciencia tranquila es lo mínimo que merecemos los que aún luchamos por un fútbol libre de goles del Madrid.
La noticia (el oprobio, la desfachatez) no encuentra el eco que esperábamos en la prensa deportiva culé, tal vez porque ellos sí esperaban lo que, dicho sea de paso, todo el mundo esperaba (menos idealistas como nosotros y Relaño). Así que Mundo Sportivo acusa recibo del asunto y pasa a otras cosas, sin duda mucho más interesantes, tales como el culebrón de la portería azulgrana (bostezo número uno), la dizque puesta en venta de Isco por parte del Madrid (bostezo número dos), el buen rendimiento de un central brasileño llamado Marlon (bostezo número n que tiende a infinito y máximos respetos a Brando) y la casi segura salida de Vermaelen a la Roma, asunto sobre el que Sport, por una vez desviado del camino de baldosas amarillas que guía los pasos culés, titula "historia de un fracaso".
Ojipláticos nos quedamos, galernautas. No puede ser esto que leemos. ¿Un medio deportivo catalán catalogando un fracaso del Barcelona como fracaso? Se nos bajan las defensas, el azúcar y la tensión a la vez. Por favor, por clemencia, por Relaño, que gane Griezmann el premio ese de la UEFA para que quede algo en pie en este mundo.
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Un comentario en: Los pájaros contra las escopetas
Enhorabuena al autor del portanálisis de hoy... hacía mucho tiempo que no me reía tan agusto con algo relacionado con el fútbol.... qué arte utilizando la ironía, por Dios¡¡¡