En 1974, el equipo de baloncesto del Real Madrid consiguió la triple corona; esto es, se proclamó campeón de la Copa de España, Copa de Europa y Liga Nacional. Dirigía aquel equipo Pedro Ferrándiz, el responsable, junto a Raimundo Saporta, de que el Real Madrid se convirtiera en muy poco tiempo en el mejor equipo del mundo.
Antes de aquello, en 1965, se había obtenido por primera vez la triple corona. Coincidió con la consecución de la primera Copa de Europa, tras derrotar en la final a doble partido al gran dominador del baloncesto continental por esos años, al por entonces conocido por TSKA, ahora CSKA, por mor de la traducción del cirílico al alfabeto latino; Chesca, si usted quiere convertirse en el perfecto snob.
Curiosamente, la entrada del Madrid en la élite continental no se produjo de la mano del dúo Saporta-Ferrándiz, sino que el primero había dejado momentáneamente la dirección de la sección, pasando el segundo a ocupar su puesto y haciéndose cargo del banquillo Joaquín Hernández. Con Hernández llegó la primera Copa de Europa y la triple corona, y tal habrían llegado más, pero una inoportuna enfermedad le obligó a dejar el banquillo, volviendo Ferrándiz a ocupar el puesto. Lo demás es historia, convirtiéndose el Madrid en el club más laureado de la historia del baloncesto europeo ya en la década de los sesenta, puesto que, pese a la decadencia de la sección desde los años noventa, nunca ha abandonado.
En mayo de 2014, el Real Madrid de Pablo Laso había batido todos los records en Europa y en España. Con un juego vistoso y arrollador, destrozaba rivales uno tras otro. Pero en el peor momento se cruzó en su camino su archienemigo en Europa, el Maccabi de Tel-Aviv, para tirar por tierras las ilusiones del club de recuperar el trono europeo y de paso generar una crisis que se llevó por delante los records, la liga y casi al entrenador.
Pablo Laso llegó al Madrid tras la turbulenta segunda temporada de Ettore Messina, entrenador que no logró recuperar la senda de los éxitos del club, pero que al mismo tiempo sufrió en sus carnes el ensayo de la campaña que dos temporadas después provocaría la salida de Mourinho.
Laso llegaba con un perfil bajo y con poca experiencia en los banquillos. Presentado como un hombre del club, al menos fue capaz de calmar las aguas en torno al equipo y poco a poco fue cambiando la cara de este. El equipo pasó a jugar a campo abierto, olvidando la defensa para jugar alegre y al ataque. Un estilo que en la primera temporada sirvió para ganar la Copa del Rey y por fin plantar cara al Barcelona tras muchos años de decepciones, pero quedaba mucho trabajo por delante y muchas lagunas por rellenar.
Lagunas que poco a poco se fueron eliminado, hasta que la temporada 13/14 terminó de la peor manera posible, de forma que hace tan sólo un año Pablo Laso estaba más fuera que dentro del club.
Pero Laso aguantó. Sin precedentes en el baloncesto y tal vez en el deporte, la dirección de la sección entendió que la solución era reemplazar a los ayudantes de Laso y así, Hugo López y Jota Cuspinera fueron despedidos, pasando a ocupar sus puestos otros dos hombres "de la casa", como Chus Mateo y Zan Tabak.
La crisis parecía cerrada en falso, más aún cuando los refuerzos de pretemporada tampoco parecían mejorar la plantilla. Pero Laso aguantaba en el cargo.
Y con estas llegó la Supercopa y se saldaron cuentas con el Barça. Algo de oxígeno para Laso que duró poco, porque para diciembre y enero volvía a tener la soga al cuello tras encadenar una racha de derrotas que sembraban la incertidumbre de nuevo. Mientras el presidente de la FEB se relamía pensando que ya tenía sustituto para Orenga, Laso aguantó.
Y por una vez, la dirección de la sección no se precipitó y se le dio tiempo a Laso. Es que el equipo no quiere repetir el error de hace un año y ha empezado a medio gas para llegar frescos a mayo, se decía. Demasiado optimista parecía esto visto lo que se veía en la cancha...
Y en febrero empezó a cambiar la película. Cayó la Copa del Rey, de nuevo derrotando al Barcelona en la final y la soga desapareció del cuello de Laso. La FEB se quedó sin seleccionador y el Madrid empezó a mejorar.
Tras un Top 16 bastante irregular, se accedió a los cuartos de la Euroliga, donde, sin mostrar un juego brillante, se superó al Anadolou Efes para plantarse en la Final Four en casa, donde esperaba un viejo conocido, Zeljko Obradovic, tantas Copas de Europa él sólo como el Real Madrid y responsable de la última del club, hacía ya 20 años.
Y por fin se recuperó el trono de Europa. Tras 20 años por el desierto, la temporada que tal vez parecía más difícil lograrlo desde que Laso llevaba al frente del equipo, la constancia dio frutos y, tras superar al Fenerbahce de Obradovic, en la final se supo sufrir y bajar al fango para imponerse al Olympiacos. El Madrid había perdido brillantez, pero había ganado en competitividad. El miedo a meterse en las trincheras de temporadas anteriores había desaparecido y, la madurez de técnico y plantilla, junto a, por fin, la demostración de que los fichajes sí habían sido acertados devolvió la Copa de Europa a Madrid.
Y para cerrar una temporada que parecía que iba a ser una pesadilla y que acabó siendo la mejor de la historia del club, hace una semana se ha conseguido el título de liga, tras arrollar a un FC Barcelona que no tuvo opciones ante un equipo ya lanzado.
Desde 1974 no se obtenía la triple corona, a la que hay que sumar la Supercopa para cerrar una temporada histórica. El Madrid vuelve a lo más alto y Pablo Laso entra en la historia del club. Pedro Ferrándiz y Lolo Sáinz han sido los dos grandes entrenadores de la historia de la sección. Lolo Sáinz, sin ir más lejos, no logró la triple corona, lo que habla del mérito de lo conseguido por el equipo esta temporada.
Tal vez dentro de una o dos décadas esta plantilla de 2015 forme parte de la mitología del club. Allí donde están la autocanasta que cambió las reglas del baloncesto, la primera Copa de Europa, los duelos contra Meneghin, el Maccabi y la Cibona de Drazen Petrovic; la liga de Mirza Delibasic, Fernando Martín, los 62 puntos de Drazen, Arvydas Sabonis y tantos y tantos momentos que convirtieron al Madrid en el mejor de Europa.
No sé si eso llegará a ocurrir. Mientras tanto, nadie nos quitará disfrutar del momento ni darle la razón a Camilo José Cela cuando escribió que quien resiste gana.
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El problema es que a hora, llegaran los cantos de sirena, y sera difícil mantener este equipo, ademas la calaña periodística, abrirá otra brecha contra Florentino, ya que no podrán consentir que el REAL MADRID, tenga un proyecto ganador, tan superior al del Barcelona.
Seguramente Llull se marche a Houston. Aquí ya lo ha ganado todo y si es cierta la oferta que dicen que tiene, significa que le van a dar minutos (nadie ofrece 7 kilos al año por agitar toallas). El Chacho y Rudy, veremos. No sé hasta que punto es cierto que pueden volver a la NBA o eso forma parte de la campaña de la que hablas.
En cuanto a la campaña, hay un punto que favorece al Madrid y es que Laso sí es amigo del equipo médico habitual prisaico-marquista y, mientras esté él, las críticas serán moderadas. Ahora, como Laso salga del equipo, sobre todo silleta un día que lo haga de mala manera, se puede preparar Florentino...
Volviendo a Llull, su salida es un problema serio, porque no hay un jugador de sus características en Europa.