Otra vuelta de tornillo

Empezar metiendo un golazo a los tres minutos encarriló todo, con lo cual cupo jugar a la superioridad toque por toque que Zidane ha descubierto como martillo pilón para demoler la moral del adversario; pero empalmar la chilena que venía resistiéndosele desde su llegada al Madrid, y perdonar dos o tres tantos adicionales, sitúan a Cristiano en un orden de realidad tan innegable como inverosímil, pues superarse está más o menos al alcance de todos, aunque ampliar logros ya extraordinarios es privilegio del héroe homérico. Recordar cómo se desesperaba por falta de acierto a finales del otoño, y verle ahora guiñar el ojo con media sonrisa a pocos minutos del pitido final, tranquiliza al corazón que se complace con los éxitos merecidos.

La tele confirma que Isco acertó el cien por cien de los pases, y que Marcelo la tocó más de 80 veces, dos datos expresivos del rodillo aplicado por el Real cuando le salen las cosas, por no decir cuando pone realmente la carne en el asador. Carvajal, por ejemplo, no estuvo iluminado al centrar, y Varane sigue obtuso por lo que respecta al remate de cabeza, otrora una de sus artes habituales; pero la capacidad de ambos para cumplir el resto de sus funciones deja intacto el engranaje, e incluso cuando a Modric se le resiste el pase impecable, como anoche, los adversarios parecen abocados a la demolición antes o después.

isco acertó el cien por cien de los pases

Son casi los mismos que el Leganés apeó de la Copa, y el Barça humilló con un 3-0 en casa hace pocos meses, aunque ser falible no altera un tipo de coordinación entre calidad individual y esfuerzo colectivo inventado a mi juicio por Zidane, donde las decisiones tácticas adoptadas ante cada rival no alteran una estrategia de tratar al balón con ingenio. El tiqui-taca tradicional se defiende teniéndolo, y aprovechando la posesión para acercarse al área pequeña; pero si no me equivoco este entrenador propone que manejar la pelota con esmero en cualquier zona del campo equivale a crear ocasiones de gol, porque lo esencial del buen juego es justificar la autoconfianza de cada uno.

Por lo demás, volvió a salir Benzema, y de nuevo exhibió falta de garra y peligro, sin perjuicio de lo cual la honorable Juventus fue laminada. He ahí una medida de lo que Cristiano y el resto pueden dar de sí, y la confirmación de que hasta diez y medio pueden ser demasiados, cuando la apuesta por el ingenio cunde en toda la línea.