Orgullo y perjuicio

Buenos días. Empezamos así, a bocajarro. ¿Qué sentís? ¿Qué os transmite este ejercicio de debilidad mental? "Unos vuelan y otros se estrellan". No cada cosa por su lado. No. No un gran titular para la clasificación del Barça para semifinales de Copa y otro más discreto para insistir en la hecatombe blanca ante el Leganés sino un titular para las dos cosas porque ambas representan una fuente de gozo de la misma magnitud para estas almas mediocres, incapaces de disfrutar de sus propios éxitos si no van acompañados de la debacle del rival. Es la envidia, la ordinariez, la sarna, la grosería, la horterada, el mal gusto. Todo en uno.

Nos hemos dirigido a los lectores de La Galerna y ahora nos vamos a dirigir a los jugadores del Real Madrid que leen La Galerna (nos consta que los hay). ¿Qué sentís? ¿Sentís un mordisco en vuestro orgullo, como nosotros lo sentimos en el nuestro? ¿Se sigue usando la práctica de empapelar papeles de vestuarios con portadas provocativas de la prensa no afín (perdón por el pleonasmo) para que sirvan de acicate a la autoestima y con ella a la furia? ¿O se ha perdido la sana costumbre en beneficio de la fardonería inane de Instagram?

Mirad. 300 millones para una revolución. "You say you want a revolution. We all wanna change the world". La prensa afín (perdón esta vez por el oxímoron) habla de borrón y cuenta nueva, de empezar de nuevo, casi de cero. Habla de dar la vuelta a la plantilla como a un guante. ¿Qué tal tu orgullo ahora? ¿Te dice algo la opción de caer al vacío con la vuelta del guante?

El otro representante de la prensa afín (jajajajajajaja) no se sustrae a la tentación de abrir una ventanita de escarnio, una comparativa entre la clasificación del Barça y el fiasco copero del Madrid, igual que Sport en el fondo, aunque sea en un recuadro de dimensiones magras: "El Barça se lo tomó en serio". El final de la frase no aparece pero se desprende de la lengua por sus propios medios: "No como el Madrid".

¿Y ahora? ¿Hay una punzada de orgullo y rabia como la que sentimos nosotros? Lo preguntamos de corazón y no es pregunta retórica. Simplemente no sabemos la respuesta. ¿Habéis registrado esa punzada, o sigue plana la línea en el encefalograma?

Cristiano ha mandado un mensaje de ánimo en las redes sociales, sí. "Ánimo, madridistas. Aún nos quedan muchas batallas por ganar". Es muy de agradecer. No sabemos si Cristiano tiene la mente fuera del Madrid, pero sí sabemos que tiene el orgullo dentro. Es el líder (uno de ellos) en quien confiamos para imbuir al resto de la partida del espíritu adecuado para dar la vuelta a la situación recuperando unas sensaciones que puedan conducir a la vuelta del buen juego -algo se vio ya ante el Dépor- y con él a la clasificación para la Champions y quién sabe si a la conquista de la propia Champions, el más difícil todavía. Como decía Jesús Bengoechea en El Español: "Aquella Final de Kiev donde nos zambullimos en la gloria a veintiocho puntos del Barça y eliminados por el Leganés, la voltereta sin red y triple tirabuzón del mito".

El perjuicio moral que estas portadas pueden causar en el alma baqueteada de muchos madridistas debería herir vuestro orgullo. Roll over, Jane Austen. Mundo Deportivo, que hace tres días se descolgaba con la vergüenza de la portada del selfie gore de Cristiano, es hoy el menos lacerante de los cuatro jinetes del Apocalipsis. Quién lo iba a decir. Casi hay que darles las gracias. Dan fe de la clasificación del Barça y poco más. Nos otorgan su compasión.

Compasión. Si la compasión del adversario no desata el orgullo, si su compasión no desencadena la rabia, no sabemos ya qué nos queda.

Nuestro humildísimo consejo es hoy de decoración de interiores. Recortad estas cuatro portadas -sobre todo la que denota compasión- y colgadlas en alguna pared del vestuario. Las viejas recetas de soliviantamiento del ardor guerrero no han podido caer en tanto desuso, y si lo han hecho deben ser resucitadas. Necesitamos que pongáis en juego toda vuestra rebeldía interna, vuestra intolerancia al ridículo. Al final del camino hay un final digno y en el último recoveco antes de salir, quién sabe, puede encontrarse agazapada la gloria.

Pasad un buen día.