El Real Madrid de Pablo Laso perdió ayer, pero antes de empezar el partido ya se había ganado el respeto y admiración no sólo de sus simpatizantes, sino también de muchos aficionados de otros equipos.
Hoy el Madrid de Zinedine Zidane jugará la vuelta de semifinales de Champions League. Le valdría, para llegar a la final, cualquier empate a dos goles o más y, por supuesto, una victoria. No precisa, pues, de un resultado extraordinario, sin embargo sí es extraordinario que en las circunstancias vividas el equipo esté donde está.
Si hay una nota común entre Laso y Zidane, además de su gloriosa calva, es que, además de grandísimos entrenadores, son tipos que, desde la sencillez, cada año engordan el palmarés del club. Lo hacen sin quejarse a pesar de las dificultades, con un respeto enorme a la institución que representan y creando un ambiente en el que los jugadores se dejan la vida por el Madrid, pero también por ellos.
Sin embargo, lo de este año excede a lo habitual. Las circunstancias en ambos equipos han generado una dificultad máxima. En baloncesto el equipo ha perdido a tres de sus jugadores principales y por el camino ha sufrido numerosas bajas. Sin ir más lejos, en esta eliminatoria contra Anadolu Efes que nunca olvidaremos, el Real Madrid jugó también sin Tavares y con varios jugadores muy tocados. Cuando Laso dispuso de todo su equipo ganó la Supercopa. A partir de este momento todo ha sido un ejercicio de resiliencia puesto que el club ha considerado oportuno no ir reponiendo las piezas que se perdían (salvo el caso de Tyus) ante la dificultad económica del momento y la certeza de que no había jugadores de ese nivel en el mercado. A pesar de todo ello, el Madrid acabará líder de la liga regular batiendo el récord de victorias (va 32-1) y ha estado a punto de jugar una nueva Final Four. Un equipo mejor y más entero ha necesitado llegar hasta el último minuto del último partido para eliminarle.
El Madrid de Zidane está cerca de las 60 lesiones esta temporada. La ausencia de pretemporada y lo cargado del calendario seguro que explican parte del problema, aunque imagino que desde el club se estará analizando qué se ha hecho mal en comparación con otros clubes con calendario parecido y la mitad de lesiones. El caso es que el número excesivo de bajas ha obligado a Zidane a repartir los minutos entre menos jugadores y algunos de ellos ya pasan la treintena. Sin duda está siendo admirable la implicación y esfuerzo de la plantilla, pero cómo desligar esto del papel de Zidane. Un Zidane que nunca ha puesto una excusa, nunca ha pedido públicamente nada más que respeto para su equipo y que le dejasen competir hasta el final. Y vaya si lo está haciendo. A día de hoy el Madrid de Zidane está en disposición de ganar un doblete que “no le tocaba este año”. No tocaba porque probablemente la transición desde una generación irrepetible hasta otra que intente emular a la anterior, todavía no se haya dado. Y no le tocaba porque la temporada ha sido un ejercicio continuo de luchar contra la adversidad.
Es posible que ninguno de los dos equipos gane ninguno de los títulos que quedan. Sin embargo, mi madridismo vive uno de sus momentos de mayor orgullo y plenitud. Me siento totalmente identificado con estos tíos y por supuesto me siento orgulloso de tener estos entrenadores.
Si alguien quiere saber lo que es la esencia del madridismo que se asome al equipo de baloncesto del Real Madrid.
Orgullo y honor. Gracias.
Lo suscribo totalmente. Yo también me siento orgulloso de ambas plantillas al completo. Ya lo puse ayer en el comentario de otro artículo.
Lo estoy repitiendo estos días, pero no puedo sentirme más orgulloso de estos equipos, y de las chicas y del Castilla.
Abrazos madridistas
..............¡¡¡¡¡¡¡¡¡hasta el final vamos real¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
fieles siempre¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Grande Laso y grande Zidane. Esperemos verles muchos años más. Los títulos llegarán.
Lo que expresa el articulista es el sentir general de los madridistas auténticos. Es evidente la calidad profesional y humana tanto de Zidane, como de Laso. De cualquiera de los dos se puede decir aquello de que es un "buen hombre". Ojo, qué no un hombre bueno. Un buen madridista y un buen hombre , en la sociedad en que vivimos, ha de tener una dosis adecuada de mala hostia.
Hasta tengo la sensación de que sobra decir que no albergo dudas sobre que, junto al maestro Pedro Ferrándiz, son los mejores entrenadores que ha tenido el Real Madrid. Y tiene mucho mérito lo que están consiguiendo y, no lo duden, conseguirán al frente del equipo blanco.
No es la primera vez que se comenta, pero un magnífico indicador del nivel top de ambos individuos es la envidia y demás sentimientos de animadversión que generan. The Tinglao los tiene como blanco preferencial de sus ataques. Para ellos, que no estuviera ninguno de los dos sería un alivio elocuente, como si desalojaran del recto ese enorme elemento allí insertado.
Sobre títulos, sigo pensando lo que he comentado varias veces desde hace meses. Solo tengo puestas expectativas, y no pocas, en la liga ACB. Pero si, por aquellas de las causalidades -de causa- ,surgieran contrafuerzas de última hora con rivales que lucharan contra pateti y "més que un club" igual que contra el Realísimo, tendría un resquicio para la esperanza en la liga "española". Mi corazón, es obvio, lucha contra el cerebro y pide llegar a la final de Estambul. Pero, es que hay tantísimo en contra...Desde luego, es decepcionante percibir tan diáfanamente como lo extradeportivo incide en los resultados deportivos. Tengo muy claro que sin tanto politiqueo y chanchullo, el Real Madrid tendría bastantes más ligas de fútbol y baloncesto de las que ya tiene. Idem en cuanto a los máximos trofeos continentales. Es una especie de maldito estigma con el que debemos convivir tanto como combatir. ¡ HALA MADRID !
Honor y gloria, el Madrid de Laso.
Saludos.