Querido Vini,
unos estúpidos tuiteros dicen que eres muy malo, que no te quieren, que no mereces jugar en el Real Madrid. También a Michael Jordan le dijeron que no valía para el baloncesto y que mejor, estudiara. Ahora, seguramente, algún listo me estará leyendo y se reirá de mí. ¡Comparar a Vinicius Junior con Michael Jordan! Pero hay una cosa importante (y me vas a permitir el tuteo, y que te llame amigo, amigo mío es el Real Madrid del mismo modo que todas las personas que lo encarnan diariamente y que se presentan en el salón de mi casa, vestidos de blanco, dispuestos a acompañarme, sin importar si será buena o será mala la hora y media larga que estarán a mi vera en la tele) y es que tú juegas en el Madrid. Y, querido amigo, compararse con Jordan, con Maradona y hasta con Dios, cuando se juega con la zamarra blanca, no sólo es justo y procedente, sino necesario. Al fin y al cabo, si algo es el Madrid, es una aspiración eterna a la excelencia.
Al fin y al cabo, si algo es el Madrid, es una aspiración eterna a la excelencia
Tú ya estás en el Madrid, es decir, tú ya has llegado. Lo que naturalmente no implica que seas Balón de Oro ni que lo vayas a ser mañana. Al fin y al cabo, en el Madrid han jugado verdaderos tuercebotas, gente de dudosa categoría o directamente fraudes al estilo Faubert. Pero jugar en el Madrid significa algo. Por lo menos, en el mundo de ayer, significaba. Como hacer fotos para Life, escribir antes en el New Yorker, actuar en el Madison Square Garden o que te nombren cardenal: estás donde hay que estar para llegar a lo más alto. Quizá no signifique nada en el mundo de mañana, ese ridículo mundo de superligas y nbas que va cogiendo cada vez más siniestra forma en el oscuro horizonte. Pero aún no hemos llegado a ese mundo. Jugar en el Madrid todavía significa algo. Significa ocupar el proscenio del escenario más grandioso hasta ahora concebido.
Ocupas el foco. Entero.
Hace un año se decían las mismas cosas de ti. Que no puedes aprender, que eres lo que eres, que no tienes más cera que la que arde. Se reía la gente porque llorabas, porque el Abraham cruel del Bernabéu te había llevado al borde del colapso. Se decía que sólo eras un saltimbanqui, que no tenías madera de fuoriclasse, como dicen los italianos. Ya sabes, todas esas tonterías con las que se niega a Heráclito en esa ciénaga que regurgita fango todo el tiempo y que se hace llamar opinión pública en torno al fútbol. El fútbol sin embargo es un juego sencillo a pesar de que vivamos tiempos oscuros en los que una caterva de ganapanes con YouTube y de zascandiles con elevadísimos estudios presuman de intentar descifrarlo a base de una erudición impostada. Pues resulta que tú, que has demostrado tu valía con menos de veinte años, en un Madrid de retales y a medio hacer, en noches grandes de la Copa de Europa, en el Wanda, en el Camp Nou o en el Clásico decisivo por la Liga, en el Bernabéu, no lo entiendes. Que no entiendes el juego.
Pues resulta que has demostrado tu valía con menos de veinte años, en un Madrid de retales y a medio hacer, en noches grandes de la Copa de Europa, en el Wanda, en el Camp Nou o en el Clásico decisivo por la Liga o en el Bernabéu
Te voy a hablar un poco de la catadura moral de esa gente. Te puedo hablar con propiedad pues yo soy uno de ellos. Me consuela saber que por lo menos, pertenezco a la rara especie de los que han, aunque sea poco, aprendido algo. Yo, en mi superlativa imbecilidad, me permití durante años menospreciar al mejor futbolista que ha vestido la camiseta blanca desde Alfredo Di Stéfano. Me hacía gracia inventar motes con que despreciar a Cristiano Ronaldo, o sumarme a los que en Tuiter, cuna de infinitos fénix de ingenios sin par, inventaban sin parar. Me reía de sus en apariencia inocuos pichichis, de su naturaleza caníbal, de su megalomanía, de su insaciable sed de goles, de su sufrimiento personal a lo largo de los asaltos que jalonaron su increíble combate con Messi. Y con la Historia.
Aprendí tarde a disfrutarlo. Pero lo conseguí. Aprendí muchas cosas entonces. Aprendí, también, que no hay nada más volátil y caprichoso que lo que un aficionado al fútbol opina sobre el objeto de su pasión. Un tarugo que cobra, supongo, como periodista, pero que es un auténtico apologeta del odio, un vomitador satánico de idioteces y de antimadridismo, dijo en Tuiter una vez que los hechos mutan. No sé si lo llegó a borrar, a mí me tiene bloqueado desde hace mucho tiempo, y desde la distancia remota del anonimato tuitero he contemplado atónito su encumbramiento en la profesión: siempre supe que le iba a ir bien, no en vano el periodismo es el reino de los lameculos y de los cursis. En eso, este sujeto es un genuino maestro. No obstante, aquel tuit, aquello de que “los hechos mutan” me parece cada vez más oportuno. ¡Un hallazgo! Imagino que, sin quererlo, aquel mendrugo dio con un descubrimiento filosófico-semántico, del mismo modo accidental y por completo fortuito con el que un mandril, jugueteando sobre el suelo con una brocha de arqueólogo, puede llegar a descubrir un mosaico romano del siglo I antes de Cristo: un partido de fútbol es un acontecimiento que por su propia naturaleza cinética, por ser un drama en movimiento, sujeto a las más elementales leyes de la imprevisibilidad y de lo aleatorio, no puede ser juzgado en su integridad hasta el pitido final del árbitro. ¡Pero entonces, no existiría ni el periodismo deportivo, ni Tuiter, el trampolín de lo instantáneo, ni siquiera existiría el futbolerismo!
No hay nada más volátil y caprichoso que lo que un aficionado al fútbol opina sobre el objeto de su pasión
Siempre queda la gracia, el chascarrillo, que es imbatible, por supuesto: con la gracieta no puede nadie. También a ti te llaman muchas cosas muy graciosas. Ficticius, por ejemplo. ¡Qué requiebro, qué arabesco de humor! ¡Qué barroquismo! No sabes rematar, ni chutar a puerta, ni vales nada más que parar correr como un antílope que huye de la garra del león: magras cualidades para hacer carrera en el Madrid, aseguran los padres de la Iglesia. No importa que Zidane cuente contigo, te cuide y administre tu presencia en el campo con su método inclasificable, pero de probada eficacia. Todo da igual, el tirano que domina el ánimo iracundo del aficionado medio te ha sentenciado. No vales, igual que el Madrid jugaba mejor sin Zidane, primero, y sin Cristiano, después. Igual que yo mismo una vez quise cambiar a Ramos por un central alemán y a Ronaldo por un extremo holandés de medio pelo. ¡Cuánto puede la vanidad que da creerse con un altavoz!
Pero tú, Vini, tienes la llama. Arde el fuego dentro de ti. Te quedan muchas cosas que aprender todavía, pero hasta Miguel Ángel se murió aprendiendo. Dicen que te afecta la caricaturización memética que de ti se hace en Tuiter y en Instagram. Que una de tus principales virtudes, la pasión con que saltas al campo, a comértelo en nombre del Madrid, te hace vulnerable emocionalmente. Si hace treinta años hacías un partido malo y sólo se acordaba un puñado de los que te hubieran visto en el estadio, hoy fallas un gol cantado y el vídeo te persigue toda tu vida como un cobrador del frac. Da igual lo que hayas hecho antes, no importa lo que vayas a hacer después, ese instante queda inmortalizado y se convierte en una cadena perpetua, en un meme. Así es la naturaleza despótica del fútbol contemporáneo. Decía Mourinho que era imposible controlar el cien por cien de las pequeñas fases en las que se dividía un partido, que se trataba de ser mejor en algunas y no meter mucho la pata en las demás. El resultado final determinaría entonces la percepción global de las cosas, pero hoy basta con un juicio sumarísimo en el minuto 50 de un partido cualquiera en el mes de octubre para elevar una consideración circunstancial a categoría moral absolutamente invariable: así, por ejemplo, vemos a gente que sigue considerando a Zidane un mero alineador con suerte y a Cristiano, un goleador sin más.
Pero tú, Vini, tienes la llama. Arde el fuego dentro de ti
Si Donald Trump quiere prohibir TikTok en América yo propondría capar Tuiter en los días de partido, pues la idiotización colectiva que antes quedaba regulada por la suave dictadura del cronista deportivo, que dictaba áulica sentencia una vez a la semana desde su rostra particular en el periódico, se sucede a un vértigo disparatado en estos días. No hagas caso. No debes hacer caso. Cuando salgas al campo de nuevo, seguirás vistiendo de blanco, y eso es lo único que cuenta. Tendrás, otra vez, la oportunidad de hacer algo grande en el sitio donde muchos otros antes que tú alcanzaron la posteridad. Tú afán de aprendizaje y la fuerza amazónica que forman parte de ti son tu espada. Confía en ella, fíale tu porvenir. Se juega como se ama, sin guardarse nada. No eres el que mejor centra, ni el mejor rematador, ni el mejor cabeceador, ni el que tiene el mejor regate, pero sobre todo en este Madrid arteriosclerótico, de ti se podría decir como el New York Times de Lola Flores: no se lo pierdan, porque con Vini, siempre pasa algo.
Atentamente, un madridista.
Fotografías Getty Images.
Excepcional.
Tiene mucha razón
Queridísimo humo, tú eres la razón por la que el fanatismo rancio siga existiendo, aunque se intente utilizar una verborrea poética, solo son palabras , palabras que se lleva el viento como el humo que se pretende vender. Vinicius, velocidad, intensidad y compromiso pero
en definitiva un tuercebotas más.
Este chico va a tapar muchas bocas en menos tiempo del que mucha gente se espera... al tiempo.
Esta idiotización colectiva del madridista twitero q alimenta su ego por creerse un altavoz referente por soltar el insulto gratuito, el vilipendio ingenioso a cualquiera de sus jugadores (o su entrenador) q es aplaudido y jaleado como un corifeo ocurrente para el menosprecio de gatillo fácil, ya sea pueril, falaz o inventado, esto, decía, no sería tan abundante, ni estaría tan normalizado si no existiese esa mala praxis del periodismo deportivo que nos tima al conjunto de la ciudadanía y en especial, al madridista, con su perverso proceder que cala porque es lanzado desde sus potentes altavoces mediáticos y genera imitación.
Si la prensa deportiva en su opinión, esa que nos da como si fuera información y no la deducción, imaginación, suposición basada en sus fobias contra el RM que nos ofrecen a diario, es mezquina, insidiosa, difamatoria, vehemente, drástica, ¿por qué va a estar mal copiar ese proceder e imitar sus cuestionamientos insidiosos? Muchos madridistas son víctimas de estos caldos de cultivo tan podridos en la forma como en el fondo, que a fuerza de repetir e insistir, aunque la realidad les lleve la contraria, son percibidos como un normal y correcto proceder en un asunto tan frívolo como el fútbol y por eso es tan habitual y tan extendido, que haya tanto madridista que sea el primero en denostar al club de sus supuestos amores.
No es que sea causa y efecto pero que ayuda, ¡vaya que ayuda!
Mientras en el campo solo está el rival a batir, el enemigo, ése que te quiere mal anida en los medios... esos medios que nadie sigue, ni ve y ni hace caso claro, claro, claro.
p.d.: sois minoría los que conocéis el nauseabundo doble rasero de la prensa deportiva contra el Real Madrid, muy pocos comparados con la extendida ciudadanía que se considera madridista y q lo único que reciben sobre noticias de su club es a través d elos potentes altavoces mediáticos.
De acuerdo en todo, exceptuando el último párrafo. ¿Es verdad que es minoría la que se da cuenta del doble rasero de la prensa deportiva ?. Sé de la influencia de los medios de comunicación en la opinión "personal". Sin duda, a nivel global , condicionan la percepción de los aficionados no madridistas...pero, creo que el madridista medio siente aversión por los citados y repugnantes medios.
Ese madridista medio que dice que no hace caso a los medios pero que repite las mismas cantinelas que los medios, que no conoce La Galerna ni ElRadio, que dice no escuchar los medios, que incluso va al campo (tengo un amigo así), necesita que se le recuerde que el enemigo está en los medios y que esa cantinela q repite es falsa. ¿Cuántos de ellos creen y repiten que Zidane no sabe? Eso no se diría si nada más nombrarle entrenador del primer equipo no se estaría diciendo en todos los medios, insisto q condicionan a la ciudadanía, que era una apuesta arriesgada porque no sabía.
Y luego, los madridistas más forofos o intensos son minoría frente a esa inmensa mayoría víctima de los medios que apenas siguen las noticias del RM pero que les gusta que el RM gane y ven, no siempre, el partido... supeditado a los planes familiares, no como yo, que supedito los planes familiares y demás a la hora del partido del RM. Aquél es mayoría frente a mí, que soy minoría. Aquél es víctima d elos medios deportivos.
Probadlo cuando se pueda en los bares, en las charlas de los parroquianos de esos lares... tanteadles a ver si repiten las letanías falaces. 😉
Vagawain, tienes más razón que un santo.
.........Qué lastima ser minoría, bueno más vale pocos y buenos........ O lo malo, abunda.....
Saludos
Doy fé, vagawain. Tengo muchos conocidos así y algún amigo (aunque menos).
No tiene que ser fácil bregar con toda esta basura mediática e inmoralmente intencionada en contra del Real Madrid. Tengo claro que Vinicius es un futbolista de mucha calidad y que es fuerte mentalmente. El Real Madrid es un club de mucha exigencia y no es fácil tener todos los minutos que un gran futbolista demanda. El bueno de Vini ha de perseverar y luchar para seguir progresando. "O termo progresso aparece na bandeira do Brasil."
Estoy muy de acuerdo, Don Floquet. Y, además, por si alguna vez me entran dudas, me basta con recordar la inquina que le tienen los anti; ellos nunca gastan mucha pólvora en jugadores del Madrid que consideren de segunda fila. En otras palabras, podría enunciarse una especie de regla que dijese que la excelencia de un jugador del Madrid es directamente proporcional a la campaña que el Tinglao ha montado en su contra. La fórmula sería algo así:
E= Cc (n x a2)
donde
E= Excelencia del jugador.
Cc= Campaña en contra.
n= intensidad de la campaña (entre 0 y 10)
a= constante anti madridista elevada al cuadrado.
☺️
Ah! Se me olvidaba las unidades de medida:
Excelencia= medida en diestefanos.
Cc= Campaña en contra, medida en sporks por minuto.
a= constante anti madridista, medida en nicolasitos percusatos.
Increíblemente cierto....
:-)) :-))
Explicación tan apropiada como pedagógica. Sin computar omaítas y madridistas disfrazados ( culerindios infiltrados) me atrevería a afirmar que -en la Galerna- los lectores , por su ingenio e ironía, son merecedores de los correspondientes articulistas.
A nuestro Vinicius, en su bendita juventud, le falta algo que a otros, no necesariamente mucho mejor dotados que él, les aportó en sus comienzos y durante toda su carrera en muchos casos, el plus que necesitaban para llegar a lo más alto. Ese algo es competir con uno mismo, superarse día a día, suplir con inteligencia lo que desbaratan los nervios, corregir con el valor más rabioso los avatares del día a día y de los que te enfrentan dentro y fuera del campo. Ese algo se lo vimos a Raúl, tal vez no mucho más dotado que Vini para esto del fútbol. Lo tenía CR7, quien sabe de sobra aún hoy que si hubiese sido un delantero más, otro que marca goles, en lugar del mejor, no hubiera llegado a ningún sitio y mucho menos a donde está.
Cierto es que solo él puede aplicarse ese algo, que pensamos que es la madurez, pero creo yo que va un poco más allá. La verdad que Raúl no le queda muy lejos, pudiera ser que algunas charlas terapéuticas con él le enseñaran algunas cosas sobre lo que debe ser él mismo.
Mientras tanto solo toca esperar.
No soy muy dado alago fácil. Cuando digo que me gusta un jugador es por que tiene algo diferente. Y Vinicius lo tiene. No ha entendido el juego. Cierto. Pero tiene condiciones de crack. Es de los pocos jugadores de la plantilla por los que pagaría una entrada. Contaba Guardiola, permitidme que le cite, que la diferencia entre Cruyff y el resto era que el holandés enseñaba por que sucedían las cosas. Es decir por que juegas mal, por que creas menos ocasiones, por que no robas. Y ese entendimiento era la clave para comprender el juego. Mi sensación es que Vinicius es un talento en bruto. No se trata solo de entrenar, se trata también de que entienda el ritmo de la jugada, cuando es necesario correr y cuando pararse, no precipitarse, levantar la cabeza, respirar. La pausa, la observación del juego y los rivales... todo ello le va ayudar a ser mejor jugador. Ahora mismo es un purasangre desbocado. Zidane debe guiarle.
Reconozco que he sido un fan de Vini, esa forma de jugar a la antigua usanza, como extremo puro me ganó, con su velocidad, su constancia, y esa energía que sólo se tiene a esas edades tempranas, esta temporada empiezo a temer que le sobre valoramos, por las ganas que teníamos de encontrar un sustituto de Cristiano, me da que carece de la calidad necesaria para ser titular en el Madrid, además le perjudica la moda estúpida de jugar a pierna cambiada, algo que debe ser un recurso y no una obligación, teniendo en cuenta que el chaval brasileño su principal virtud es el desborde en el uno contra uno y su consecuencia la asistencia, y su principal defecto la finalización, donde muestras carencias casi incompatibles con el fútbol de élite. Disquisiciones aparte el muchacho debe seguir jugando, y ahora que Hazard, ha vuelto, ( menos mal) pasar a Vini, a la derecha, aunque esto signifique que Asensio se quede en el banco
del Mallorquin ya sabemos lo que nos puede dar, el techo de Vini, aunque lo intuimos no lo sabemos con certeza, lo que no puede ser son los ataques y los insultos de la morralla blanca sea en foros o en las redes sociales, debemos ser intransigentes y acosar sin piedad a los provocadores e insultadores profesionales.
Dice D. Antonio y dice bien: entre paréntesis ( No sé si lo llegó a borrar, a mí me tiene bloqueado desde hace mucho tiempo, y desde la distancia remota del anonimato tuitero he contemplado atónito su encumbramiento en la profesión: siempre supe que le iba a ir bien, no en vano el periodismo es el reino de los lameculos y de los cursis. En eso, este sujeto es un genuino maestro)
Así me gusta con el machete entre los dientes
Este artículo es la antítesis de los comentarios tuiteros.
Vinicius no tiene categoría para jugar en un Real Madrid. Sí, como muchos otros en la historia, pero eso no quita para admitir que su traspaso fue una auténtica locura y hasta su ficha.
No pasa de ser un jugador alocado y mediocre que sólo tiene voluntad.
Aunque, tú Vini no tienes la culpa de todo eso.
Gracias amigos por llevar la razón de todo y cuanto has dicho de nuestro Vini que es nuestro y algunos ni se dan cuenta y menos se enteran por qué de eso se trata de mientras unos estúpidos se crecen o se creen grandes por sus estupidisimas opiniones otros como usted y nosotros le digamos a nuestro Vini adelante que mientras te tengamos tenemos asegurada la sonrisa y la emoción que otros ni apenas dan gracias por estar aquí un abrazo desde Cuba para ti