Laurita (aka Chenoa) no pudo evitar anoche el éxtasis emocional -y nosotros la entendemos- al volver a cantar con Bisbal (aka Bisbal). El sentimiento fue creciendo en su interior durante la acaramelada tonada y se desbordó en un final de confeti digno de un empacho de algodón de azúcar. Los viejos tiempos se agolparon en el pecho de Chenoa y no pudo evitarlo. Mientras, David parecía simplemente interpretar la canción, no sin innegable verosimilitud, pero solo interpretaba. Laurita no. Laurita la vivía, la revivía, estaba en un carrusel de verbena. Los efluvios del romanticismo hicieron tanto su labor, que se lanzó a darle un beso al cantante de los gorgoritos y las piruetas sin que este acusara recibo, el muy desalmado. La cobra parece llamarse el gesto de rechazo del almeriense. Una pena, un oprobio, una desolación es esta operación cobra de la que no nos hemos recuperado, queridos galernautas.
Chenoa es hoy ese Atleti que llega a dos finales de Copa de Europa aupado por parabienes e intensidad para recibir sendas cobras de campeonato, nunca mejor dicho. Bisbal es ese Barcelona que campa a sus anchas con el gorgorito de su ajado discurso metafísico queriéndose intocable en la pirueta de su autodeclarada pureza ejemplar dinamitada -también nunca mejor dicho- por una mortífera botella de agua lanzada desde la grada de M-estalla.
Hoy juega el Barcelona contra el City de Pep, uno de esos equipos humildes y en construcción que Guardiola gusta de ayudar a poner en pie, una banda de solteros y casados cuando se enfrenta al Madrid que torna en el Brasil del 70 cuando se mide a los catalanes. Más o menos como torna Chenoa: una mujer segura de sí misma y hasta con un toque malote que se deshace cual azucarillo en los (interminables) dos o tres minutos que dura su canción con David 'Cobra' Bisbal.
Así que "Operación triunfo", titula Marca, sabedor del acontecimiento sociológico-musical (?) que ha supuesto el reencuentro de los triunfitos 15 años después de su despegue académico, hecho que provocó que algunos de ellos -nos cuentan que todos- comenzaran a sacar discos al mercado como quien saca cobras de un cesto de mimbre. Ya nos perdonarán si el titular de Marca nos parece un tanto traído por los pelos del Pisuerga que pasa por Gestmusic, ya que se nos antoja algo pronto -primera fase de Champions- para hablar de triunfo alguno. En todo caso, pese a que nuestro corazón está hoy y siempre con Chenoa, solo podemos esperar que la cobra bisbalina haga de nuevo acto de presencia cuando toque para que el Barçético no cometa la desfachatez de tomar Cardiff como si le hubieran invitado.
No, Chenoa, Cardiff es la casa de Gareth Bale, y allí van aquellos que quiere Gareth Bale que vayan, faltaría más. Sería muy feo lanzarse a tomar la ciudad galesa, lanzarse a robarle un beso sin su permiso, aunque por supuesto las reglas son que pueda intentarse. Confiamos en que en la puerta de Cardiff se plante no solo Keylos Navas, sino sobre todo el renovado (party time!) jugador madridista para evitar intrusismos, para propiciar el paso firme y seguro del Madrid hasta su casa (Cardiff, la de Bale; la Copa de Europa, la del Madrid), para hacer la cobra a todo aquel elemento extraño que desconozca el protocolo y las buenas maneras; todo aquel que, emocionado por la canción del himno de la Champions, busque el beso de la gloria blanca.
Si decíamos que los triunfitos sacan discos -nos cuentan que algunos lo siguen haciendo hasta con éxito-, Sportivo sigue sacando portadas, o mejor dicho, sigue sacando a Messi en portada. El mismo disco de siempre, del revés y del derecho, rayado, extenuante, casi ya un soniquete que solo escuchamos por el deber adquirido por esta sección.
Solo esperamos que el bonus track del citado disco -el de las mantas polares que vende el bicéfalo medio catalán- vaya acabando ya, por Dios bendito. Clemencia, amics, clemencia. Y aún más en estos momentos en que Bale renueva por el Madrid hasta 2022, como ya hicieron otros y mucho que nos gustan, ahora sí, estas operaciones. Mucha más clemencia precisamos ahora que Mundo Deportivo parece tener tan adentro la citada renovación, que solo se le ocurre recoger una declaración del galés sobre su sueldo. A papá gorila con plátanos verdes, amics. Los pájaros contra las escopetas. La paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio. El entorno culé hablando de dineros. "Cosas veredes", amiga Chenoa.
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