La ocasión la pintaron calva

El análisis de las portadas de los periódicos deportivos de hoy

Hoy la tierra y los cielos nos sonríen, queridos galernautas. Y bien sabemos que el partido de anoche en Mendizorroza empezó con no pocas incertidumbres y con cierto tembleque de piernas. Y casi mejor sabemos que Hernández Hernández permitió más brusquedad de la debida por parte de los jugadores del Alavés. Pero mejor sabemos que el Madrid es capaz de lo mejor, tanto más mejor (perdón por la expresión) cuanto más peor (otra vez perdón) pinten calva la ocasión.

Así lo relatan las portadas deportivas madrileñas, como si de una resurrección se tratase, como si fuera un regreso al estado de vigilia tras una somnolencia pesada y lúgubre. Y algo de eso hubo anoche, sobre todo gracias al despertador/metrónomo de la pareja Modric-Kroos, que cuando juega como ayer -y lo hace muchas veces- se convierte en casi un solo jugador total, perfecto, tan eficaz como bello. En efecto, fue Kroodric, o si lo prefieren, Modroos el jugador del partido: la vieja Europa actualizando sus postulados y dejando constancia de su larga tradición ilustrada, lumínica y lustrosa, o, como más prosaicamente dice Marca, "partidazo de Modric y Kroos".

Mención especial, como casi siempre, merece Benzema, protagonista por mérito propio de ambas portadas tras marcar dos estupendos goles que confirman que si estuviéramos ante un jugador de fútbol estaríamos ante uno de los mejores, cuando en realidad estamos -lo hemos dicho otras veces- ante un bailarín, un coreógrafo, un artista del movimiento grácil, leve, aéreo. Esto es sabido incluso cuando Karim no marca; esto es glorioso cuando anota dos goles para que los que solo saben de cuentas también sepan de baile.

Calva, decíamos, pintaba la ocasión. No había otra que ganar y tanto mejor de este modo, por fin con una amplia goleada de un Madrid al que le está costando cerrar sus partidos y que nosotros podamos ver sus minutos finales con cierta calma más que merecida tras tanto crujir de dientes. Lo supo incluso Hazard, a quien vemos con maneras de querer seguir recordándonos lo mucho que le necesitamos, a quien vemos ir regresando de su lejanía, como a Omar Sharif en aquel largo plano de Lawrence de Arabia, formidable de color y maestría y tiempo y espacio.

Y calva doblemente era la ocasión porque nuestro calvo titular se quedaba en casa (recupérate pronto, Zidane) y le suplía en el banquillo su segundo, Bettoni, en conexión telefónica con el de Marsella para apuntalar lo que pudiera estar mostrando fugas de agua. Apenas las hubo. Todo volvió a funcionar. Solo querríamos saber por qué no lo ha hecho más veces esta temporada, especialmente la fatídica semana pasada, y solo queremos seguir confiando en que lo de ayer se repita mañana y pasado y...

Koeman pide fichajes desde la portada de Sport y Eric García y Depay se le conceden desde la portada de Mundo Deportivo. Dicho y hecho. Así se las gastan en la prensa deportiva culé. Que no falte de nada, salvo el dinero para esos fichajes, claro. Pero qué es el dinero más que vil metal para atraverse a poner límites a lo que quiera el socio, el entrenador y la propaganda. Ya puestos, reconocemos estar un poco aburridos de ver a Eric García en las portadas y añoramos el eterno retorno del hijo del padre de Neymar Jr., que tanto nos alegró la vista durante días, meses, años.

"En algunas posiciones necesitamos más competencia", dice Koeman. Nos parece inaudito. A fuerza de no parar de contarnos el cuento de la lechera, nos habíamos creído que de la Masía salían jugadores como churros de mañana de domingo. Pensábamos que no cabían posiciones que pudieran quedar poco cubiertas en el més que un club, a fuerza de no parar de crear no solo jugadores nuevos para esas posiciones, sino también posiciones nuevas para cualquier jugador, nuevos cuentos chinos para cualquier no chino, nuevas viejas formas de intentar tomarle el pelo a la concurrencia sin que su propia concurrencia le afee ni un mínimo su afán fabulador.