Ningún jugador ha logrado en las Copas del Mundo de fútbol lo que Edson Arantes do Nascimento, el incomparable Pelé para todos, que nos ha dejado más huérfanos de fútbol que nunca.
Eso sí, en los cielos ya se frotan las manos con los partidazos que van a poder ver allí arriba con Di Stéfano, Puskas, Maradona, Cruyff y Pelé. Volverá a combinar con su querido amigo Garrincha. Y con Vavá. Y con Didí.
Su Triple Corona, tras las victorias de Brasil en 1958 (Suecia), con tan solo 17 años, 1962 (Chile) y 1970 (México), sigue siendo única en el mundo y posiblemente pasarán algunos lustros hasta que alguien le llegue a igualar.
Los últimos países vencedores, España, Alemania, Francia y Argentina, no han sido capaces de repetir victoria (menos aún 3 trofeos, obviamente), por lo que ganar tres veces parece una absoluta quimera.
Ningún jugador ha logrado en las Copas del Mundo de fútbol lo que Pelé
En Europa, por desgracia, no pudimos disfrutar en demasía del inmenso talento de O Rei, ya que su equipo de toda la vida, el Santos paulista, apenas jugó por estas tierras, aunque sí que dio buena cuenta en las Copas Intercontinentales de 1962 y 1963 del Benfica y del AC Milan. Al Benfica de Eusebio le endosó el Santos un 8-4 entre los dos partidos, con 5 goles de Pelé y al Milán de Gianni Rivera, tras un partido de desempate, ya que ambos duelos acabaron con 4-2 para los equipos que jugaron como locales. Pelé marcó los 2 goles de su equipo en San Siro pero no pudo participar en los siguientes por estar lesionado.
Quien les narra, por motivos de edad, apenas pudo disfrutar del fútbol de Pelé, aunque sí recuerda una tarde de junio (debían de ser las 7 o las 8 de la tarde, ya que el partido comenzó a las 13h, hora local de México D.F.) de 1970, en el viejo televisor familiar, blanco y negro, por supuesto, una exhibición brutal de fútbol entre Brasil e Italia por el cetro mundial.
Un niño de apenas 8 años quedó embelesado por el partido, y por el gol que marcó Pelé de gran cabezazo para inaugurar el marcador (1-0) mediada la primera parte. Italia era un equipo poderoso, una mezcla de las glorias del Inter (el capitán Facchetti, el duro defensa Burgnich, el elegante Sandro Mazzola, el delantero Boninsegna, autor del único tanto transalpino) y del recién proclamado campeón de Italia, el Cagliari de Cerdeña, con el inmenso Gigi Riva, Angelo Domenghini y el meta Albertosi, que le arrebató la titularidad al gran Dino Zoff, la mayoría de ellos campeones de la Eurocopa de 1968.
La selección canarinha, irrepetible, con Gerson, Carlos Alberto y Jairzinho (los tres anotaron para el 4-1 final), más los magos Rivelino y Tostao, todos ellos conocidos en España gracias a las colecciones de cromos de la Editorial Fher, y liderados por el Lobo Zagallo en el banquillo (compañero de éxitos de Pelé en el terreno de juego en 1958 y en 1962) y, por supuesto, por quien entonces era ya nombrado en todos los rincones del planeta como O Rei.
Descansa en Paz, Edson Arantes, figura de talla mundial y conocido y querido en cada rincón del planeta. Genio del balompié, eterna sonrisa que cautivaba a todos los que le conocieron en persona
Pelé maravilló a aquel niño, que recuerda curiosamente tres jugadas fabulosas en aquella Copa del Mundo que no acabaron en gol: el célebre no gol en la fase previa ante Checoslovaquia y su guardameta Viktor (un lanzamiento desde el centro del campo), el paradón (considerada como la mejor atajada jamás hecha por un portero) del inglés Gordon Banks a disparo a bocajarro de Pelé y una jugada preciosa en semifinales ante Uruguay y su arquero Mazurkiewicz, al que amagó increíblemente O Rei, pero no logró batirlo.
Como dice nuestro querido N1, hermano mayor de los Faerna, el mejor homenaje es poner la música de Vinicius de Moraes (junto con las actuaciones de María Creuza y Toquinho). Si se animan a escuchar estos 40 segundos, comprobarán que coinciden milimétricamente con la jugada completa del gol del 4-1 a Italia en 1970: tras el robo de Tostao, Piazza combina con Pelé y Gerson, ceden a Clodoaldo, que tras unas fintas abre a Rivelino en banda izquierda, combina con Jairzinho que cede a Pelé, para que el mago de Minas Gerais controle, pause y filtre el pase a Carlos Alberto que acaba por fusilar a Albertosi. Una obra de arte musicalizada por un genio de la Bossanova.
Descansa en Paz, Edson Arantes, figura de talla mundial y conocido y querido en cada rincón del planeta. Genio del balompié, eterna sonrisa que cautivaba a todos los que le conocieron en persona. Además de ferviente admirador de Alfredo Di Stéfano y del Real Madrid (pese a que D. Santiago Bernabéu trató de ficharlo varias veces, pudo más el no querer salir de Brasil del astro, ya que, además, abandonar su país pasaba a ser una cuestión de Estado) y posiblemente, el mejor jugador de toda la historia, junto a su admirado Di Stéfano y a Diego Armando Maradona.
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