Nuevos ricos de la fe

Hola a todos. El Atlético de Madrid juega esta noche uno de los partidos más importantes de su historia. Toda la suerte del mundo al aguerrido equipo de la ribera del Manzanares (¿por qué ya no se le llama así?) en este importante trance en suelo bávaro. Naturalmente, le deseamos suerte al modo y manera en que -nobleza obliga- los capitanes de dos equipos se desean suerte mientras intercambian banderines y/o estrechan manos a modo de foreplay previo al duelo. Decimos "suerte" a la manera en que ellos lo dicen. Es un "¡Suerte!" que quiere decir "Nada malo te suceda, salvo la cosecha de la más contundente derrota, la cual sí te deseo de corazón pero huelga decirlo". Hasta ahí llega la suerte que desde La Galerna deseamos al vecino de la orilla del Manzanares en el encuentro de esta noche.

No se nos reprochará esta frialdad. El Atlético de Madrid odia al Real Madrid con todo el poder de su corazón, y nosotros somos del Real Madrid. Es complicado pedir al aborrecido afecto hacia quien le aborrece. El odio atávico que nos profesan a la ribera del Manzanares es también si se piensa, y más allá de lo complicado que objetivamente se presenta siempre cualquier partido contra ellos, la verdadera razón por la cual no les queremos en la Final, en el supuesto de que nosotros pasemos a la misma. No es agradable practicar un deporte, por muy en serio que el Madrid se lo tome también, contra alguien cuya obsesión en la vida es tu mal. Hay odios que trascienden lo deportivo, y el ser odiados de este modo por el Atleti es, al margen de razones futbolísticas, el motivo de fondo por el que no les queremos ni en pintura. No gusta jugar ni a la brisca contra quien lleva un cuchillo entre los dientes.

Pero esto son problemas que La Galerna tiene con el Atlético de Madrid. Al resto de la prensa nacional no le atribula lo más mínimo la perspectiva de que hoy pase el Atleti, al cual por supuesto apoyan con un arrobo que para sí quisiera el Real Madrid. Dentro de la prensa nacional, destaca en este apartado el Ouija Daily.

El mismo modo en que Manolo Tena (qepd) plagió descaradamente a Bruce Springsteen el arranque de All that Heaven will allow, así el Atleti trata de plagiar al Real Madrid sus sempiternos valores de lucha y su inconfundible apelación a la épica. Sucede que hasta el plagio es cosa que requiere de talento para que el producto final, aun fraudulento, atesore calidad. As, sin embargo, se aplica a conciencia en vender dicho producto, en una tentativa clara de hacer pasar por consustancialmente atléticas cualidades que son consustancialmente madridistas, y qué quieren que les digamos salvo que estamos hasta las narices de esta tentativa de tropelía (es tentativa en tanto en cuanto la gente no es tonta y sabe qué equipo encarna la lucha denodada y la fe en la adversidad).

"Nunca dejes de creer" como lema para el Atleti. Por supuesto que el Madrid no pretende monopolizar valores como la lucha y la fe en la victoria, conceptos aplicables a cualquier equipo que los abrace. Sin embargo, quien los ha mostrado siempre ante los ojos del mundo y en los escenarios más universales ha sido siempre el Real Madrid. La propaganda, sin embargo, quiere aparentar que las tornas han cambiado o, peor aún, que siempre han sido como al Atleti (y al antimadridismo en general) le conviene que aparezcan. La victoria en Lisboa se presenta como un efecto de la chiripa y no, precisamente, como lo que es: el fruto de la indesmayable fe en la victoria que caracteriza a todo aquel que quiera adoptarla (incluido el Atleti) pero por encima de todos a la leyenda que el Real Madrid es y será siempre. Para que se sustentara la pertinencia de que el lema del Atleti fuera "Nunca dejes de creer", el Atleti debería presentar un curriculum con borussias, andelechts e interes de milan que brilla por su ausencia, dicho sea sin desdoro por el apreciable club de la ribera del Manzanares. Cuando no puedes presentar un curriculum así, presentarte en Europa tratando de compulsar el lema "Nunca dejes de creer" como tu seña de identidad resulta algo iluso. Te lo pueden dar por bueno o no, como en la puerta de aquellas discotecas de nuestra adolescencia cuando no llevábamos el DNI. En el mejor de los casos, y mientras la fe del Madrid es como el dinero antiguo, la fe en la victoria del Atleti le convierte, como mucho, en un nuevo rico de la fe.

No escapa Marca de esta tendencia, si bien en este caso se vuelca al ejercicio de la fe de una forma más clara en la parroquia atlética, que por lo visto somos todos, como parece descontar ese plural mayestático ("CREEMOS en este Atlético", se nos dice, de donde se infiere que TODOS creemos en él). Qué pesaditos con la fe. Miren, señores de Marca: ya el catecismo enseñaba que la fe es un regalo de Dios, quien te la da o te la niega. Qué le vamos a hacer si en La Galerna hemos decidido invertir las escasas dosis de fe que nos ha dado el Hacedor en causas a nuestro juicio más dignas de la misma que el Atleti, y qué le vamos a hacer si millones y millones de personas de toda el planeta parecen compartir con nosotros esa exclusividad en el objeto de nuestra fe.

Por lo demás, la hazaña del Leicester en la Premier le ha venido como anillo al dedo a la prensa catalana, que no sabía cómo llenar esta semana de pasión en la que el mejor equipo de la Historia de la Vía Láctea y de parte del extranjero no está sin embargo entre los cuatro mejores equipos del continente. "Hablemos del Leicester", parece exhortarnos el diario de Godó, grande de España, casi como Arrabal conminaba a sus contertulios a hablar del milenarismo en aquel mítico programa de televisión. La pena es que, mientras el milenarismo iba a llegar, el Leicester ya ha llegado y mañana habrá dejado de ser noticia de portada. ¿Qué traerá MD mañana a su primera plana? ¿La promesa de un rutilante fichaje a coste cero, como el de Nolito ante la absurda e indignante negativa del Celta? ¿Una nueva historia de amor y entrega tridentaria? Aguardamos acontecimientos con expectación, aunque hoy Sport da ideas a su cuasi gemelo barcelonés en la búsqueda de temas de calado.

"Peligra Qatar", se nos anuncia apocalípticamente desde el primer plano de una camiseta reconocible. Hay que andarse con cuidado con titulares de esa índole en un tiempo en que la naturaleza y el mundo árabe andan más bien revueltillos. Parece, no obstante, que no se nos habla de potenciales ataques islamistas ni de terremotos que borren del mapa países enteros, sino del patrocinio qatarí al club azulgrana y su autoproclamado mejor equipo de la Historia y del Porvenir de la Vía Láctea y aledaños. Qatarí que te vi, parece que va a decir el Barça a su patrocinador, y el tema ha de constituir sin duda una trauma colectivo en dicha nación para que Sport avise al país del golfo de que "peligra". Es una cosa antológica, y más aún lo será, a buen seguro, cuando se anuncie el nombre de qué nuevo adalid de los derechos humanos (y en particular de los del niño) va a lucir el Barça en su camiseta.

Nosotros, esta noche, nos ponemos la del equipo que, de los dos contendientes, menos nos odia (y mira que nos odia).

Pasadlo bien.