Se puede decir que el Madrid está habituado a derribar prejuicios, pero no a masacrarlos como ocurrió en la ya legendaria victoria ante el Manchester City. No había calidad en la plantilla para pelear con los mejores de Europa, pero han ido cayendo uno tras otro. El equipo estaba condenado a hundirse en lo físico al confiar en un reducido grupo de futbolistas, aunque prórroga tras prórroga se le vea mucho más entero que a sus rivales. No se puede remontar eternamente… ¿o quizás sí? Además, se había concluido que la apuesta de hace unos años por los jóvenes había salido mal, y fueron precisamente los noveles quienes acapararon buena parte de los focos en la última gesta merengue.
Una de las muchas lecturas positivas que deja el partido es que en el Bernabéu se está cocinando una gran generación de futbolistas prometedores que aprenden y se preparan para dar el relevo a unos jerarcas que llevaron al club a su segunda época dorada. A la estrella indiscutible que ya es Vinicius Junior, bandera y futbolista más vilipendiado cuando se decidió comprar talento imberbe, se han unido un Fede Valverde ya plenamente consolidado como un todocampista multiusos al que solo le faltaba la continuidad de la que le privaban las lesiones, Rodrygo, que se consagró con sus dos goles en una temporada en la que su rendimiento se ha disparado a todos los niveles, y Eduardo Camavinga, un talento generacional que se ha saltado cualquier periodo de adaptación y ha firmado un curso de debut notable como merengue.
Los dos últimos se han convertido por derecho propio en un revulsivo diferencial, dos game changers que desde la recámara agitan, sumando una dosis extra de energía, de brío y de filo de la que prácticamente nadie puede presumir. Es curioso porque lo que llevamos escuchando y leyendo todo este año es que el proyecto del Madrid es crepuscular, mientras otros miran a un horizonte brillante. Quizás la diferencia estribe en que en otras partes han tenido que apostar por la juventud a la fuerza, obligados por las estrecheces económicas, mientras que Ancelotti dispone de mejores mimbres y, a consecuencia, sumar minutos es más complicado para aquellos que tienen menos experiencia.
No andamos sobrados de paciencia los madridistas. Puede ser comprensible, pero no tanto la irreal exigencia con talentos que vienen de cualquier lugar del mundo y que suelen necesitar un tiempo para aclimatarse al estilo, a la ciudad, al entorno y a la idiosincrasia única del club. Lo importante es que haya materia prima, detectar el talento. Y, después, dar confianza y minutos para dejar que florezca, sabiendo que el proceso de maduración no es uniforme, es diferente en cada futbolista. Pensemos en Rodrygo, que tuvo que cambiar la demarcación en la que venía jugando toda su carrera, la de extremo izquierdo, y adaptarse a la derecha precisamente para no colisionar con su ‘hermano’ Vinicius. Llegó a Madrid como un meritorio, mientras en Brasil era el heredero de Pelé en el Santos, pasando de jugarlo absolutamente todo en la elite de su país a un fútbol completamente distinto y a debutar en una categoría como la extinta Segunda División B. ¿No era lógico aguardar y desarrollar unas condiciones que saltaban a la vista? El Madrid ha tenido paciencia con él, con Vini o con Valverde y ahora está seguro de que no se equivocaba con ellos. Todos ellos aprenden al lado de leyendas a las que tendrán que dar el relevo. Y no se trata solo de mejorar en lo técnico o de terminar de formarse físicamente. También interiorizan la filosofía y la mentalidad de un equipo que no se rinde jamás, bajo ninguna circunstancia.
El talento no tiene edad. No tiene sentido dejar de contar con Luka Modric porque tenga 37 años, como tampoco lo tiene despreciar las cualidades de Camavinga por sus 19 primaveras. Un club tan poco dogmático como el Madrid lo sabe, y por eso emplea sin problemas a jugadores de aquí y de allí, a veteranos y a noveles. O a noveles y a veteranos.
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Me ha gustado el corolario final: un club tan poco dogmático. Lo mismo les da ganar al contraataque, con el césped alto, con atletas, con jugadores en el área contraria. Lo único que cuenta es ganar y no rendirse nunca. No importan los bloques altos, los laterales adelantados, los tres centrales, el rombo en ataque y el cuadrado en la defensa... Los panenkitas y los talibanes del estilo no pueden entender nada de esto.
Larga vida al no-dogma.
El objetivo es ganar. Si se gana con arte, mejor. Pero el arte que no consigue su objetivo es artificio.
El objetivo es ganar pero si se juega bien al fútbol es más fácil. Es lo que hacia la quinta o en muchos momentos el Madrid de Zidane. El estilo es otra cosa. Yo prefiero jugar al ataque con presión adelantada que a la contra esperando atrás. Pero se puede jugar al fútbol de muchas maneras y llegar a la victoria de muchas maneras. Es verdad q el Madrid no es presa de ningún estilo, solo de su ansia por ganar y de su historia, pero creo se puede hurgar mejor para no sufrir tanto y también que debemos tener una plantilla más compensada en determinados puestos. Decirlo no le quita ni un ápice de valor a nuestra temporada.
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Hay que valorar la plantilla y el entrenador que tenemos , magnífica pareja de ases compenetrados ,a la espera que terminen varios contratos y se traigan los refuerzos adecuados. Los jóvenes empastan con los veteranos y hay que seguir combinando . El cóctel es difícil de mejorar .
No desperdiciar ni uno de los quince o diecisiete que funcionan en el último tramo . Ha costado mucho y ahora se empiezan a ver otra vez los frutos.
No fiarse, aunque Xavi está todavía muy verde, Koeman le ha dejado chavales que pueden ser futbolistas muy grandes . No despreciar el papel que Ansu Fati y Pedri pueden desempeñar en un equipo futuro . El que ahora , cuenten lo que cuenten , va dando tumbos.
Xavi de momento no da la talla , pero tiene un par de jugadores con muy buena pinta y no lo dudéis , le darán el tiempo que le ningunearon a otros entrenadores . Tiene el pedigrí .
El Madrid , fuerte . Hay que seguir como
hasta ahora . Lo de Guardiola olvidarse, ya no tiene solución aunque le sostengan artificialmente . Romper la dupla con Messi les ha hundido a los dos .
El Real Madrid, afortunadamente, sigue mirando hacia delante y no hace ni caso del ruido . Hasta que ruede el balón en París ,mejor escuchar música .
Buenas tardes,