En última instancia, el destino rehusó aliarse con el Madrid, que no pudo alcanzar la ventaja de campo para las eliminatorias de cuartos de final de la Euroliga. Quizás debido a que estas alturas el cansancio ha enviado su factura a todos los equipos, los resultados sorprendentes se han acumulado en estas últimas jornadas del torneo. El último de ellos, la derrota del Olympiacos en su feudo de la Paz y la Amistad, truncó el intento madridista de clasificarse entre los cuatro primeros.
Como en toda competición que premia la regularidad, sería absurdo e injusto descargar la responsabilidad en el club de El Pireo. Cierto es que dejó escapar una ventaja notable, pero la tónica habitual del baloncesto europeo son los vaivenes en el marcador, propiciados por la exagerada cantidad de ocasiones en las que se detienen los encuentros y por la ausencia de un criterio arbitral constante. Los árbitros lo van manejando a su antojo, permitiendo o castigando la intensidad defensiva, sin más rumbo que convertir en entretenido el devenir del partido. Por supuesto que, a largo plazo, no se puede quejar nadie, porque lo que te dan hoy casi siempre te lo quitan mañana, o viceversa.
Por su parte, en lo que va de esta Euroliga, el Real Madrid ha desperdiciado ocasiones pintiparadas para asegurarse la plaza que ya no tiene, la última en Valencia, con una actuación un tanto errática y ciertas dosis de apatía. Esta es la principal crítica que se le puede hacer el equipo: algunas de sus apariciones han carecido de la concentración e intensidad que requerían el momento. Cierto es que esta forma de dosificación ha dado sus frutos en algunas fases de la temporada al permitir cosechar victorias apretando el acelerador en función del desarrollo del encuentro. Pero también lo es que los aficionados madridistas nos hemos llevado alguna que otra sorpresa desagradable, como en la Copa del Rey.
algunas de las apariciones del real madrid en euroliga han carecido de la concentración e intensidad necesarias
Algunos me diréis que la temporada es demasiado larga y que la Liga Endesa es la más dura de Europa. Así es, y no tengo argumentos para contrarrestar ese punto de vista. Es imposible disputar todos los partidos al máximo nivel y hay que administrar el esfuerzo y el descanso de los jugadores de la forma más rentable posible. Y no es fácil, porque la exigencia es grande y desde el principio la inmensa mayoría de los encuentros tienen valor. Pero el hecho es que el Madrid, en momentos determinados, se ha presentado como un equipo un tanto desdibujado y carente de la energía que requiere un equipo campeón. Pero, ¿por qué?
Desde mi humilde punto de vista, las lesiones han condicionado la temporada de forma mayúscula. No solo en la configuración de la plantilla, que sufrió la baja del irremplazable Llull, sino con los incesantes contratiempos que han trastocado una y otra vez los planes de Pablo Laso. Siendo justos, el equipo comenzó a gran nivel, casi paseándose por la Euroliga, pero las lesiones de Kuzmic, Ayón y Randolph fueron demasiadas carencias que compensar, incluso para el Madrid. Durante unas semanas el equipo bajó de forma alarmante, hasta tal punto que solo obtuvo una victoria en siete jornadas. La integración de Tavares y el enorme esfuerzo que hizo la plantilla ante la ausencia de la mayoría de los pesos pesados tuvo su recompensa. El equipo volvió a ganar con la solvencia y determinación que solo tienen los equipos campeones.
Sin embargo, la máquina sincronizada que fue durante un par de meses se desajustó con la vuelta de los titulares, piezas de mayor calidad pero que no encajaban en el engranaje. Por tercera vez en la misma temporada, había que volver a empezar. En esta ocasión, la reconstrucción está requiriendo más tiempo de lo esperado, seguramente porque los jugadores venían de lesiones largas y porque, a estas alturas de la temporada, los rivales no regalan nada. Curiosa pero lógicamente, el mejor momento de la temporada coincidió con muchos de los titulares en el dique seco y con su recuperación volvió la inestabilidad que ha llevado al Madrid al quinto puesto.
Por fortuna, el equipo da síntomas de estar cerca de alcanzar su mejor nivel. Las últimas actuaciones de Ayón y Randolph nos han recordado su calidad y versatilidad, al tiempo que Tavares está cada día más asentado. Asimismo, hemos visto a Doncic más centrado en los últimos compromisos. Solo queda una evolución favorable de la lesión de Campazzo para estar seguros de que el Madrid se va a presentar en la Fase Final de Belgrado tras derrotar al Panathinaikos. ¿Y la desventaja de cancha? Un detalle que reforzará el mérito del equipo.
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Hombre, si lo del Olympiakos no fue un biscotazo en toda regla, apaga y vámonos .. pero bueno, no es menos cierto que el Madrid hizo el capullo en muchos partidos. Es que es un equipo muy irregular, capaz de lo mejor y de lo peor, no es capaz de poner una velocidad de crucero como el CSKA y ganar 20 partidos seguidos, así no hay manera de hacer nada.
Esto es lo que pasa por hacer el indio contra un mediocre Valencia Basket ya eliminado, y todo esto viene derivado por el mismo problema desde que está Laso: no defender un pimiento. El resto son excusas.
Tengo entendido que si el Madrid pasa a la Final Four el rival sería el Cheska ... estoy en lo cierto?? Yo al Cheska lo prefiero en la final porque ahí es donde sacan su loserismo, no he visto equipo que teniéndolo siempre todo a favor haya perdido tantas finales.
Así es, el ganador del CSKA-Khimki se enfrentará al ganador del Panathinaikos-Real Madrid en semifinales.
El año pasado se consiguió la ventaja de campo en el cruce y luego se echó a perder, al caer en el segundo partido en Goya, lo que no impidió la clasificación con dos victorias en suelo turco.
Así que el factor cancha es importante pero no definitivo.
Yo creo que al Pana se le puede ganar un partido en Grecia, al Oly es más jodido