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No puede ser que no haya un solo culé decente

No puede ser que no haya un solo culé decente

Escrito por: Francisco Javier Sánchez Palomares10 septiembre, 2024
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Después de los numerosos escándalos protagonizados por el FC Barcelona desde hace décadas, uno se pregunta qué pensará el culé decente sobre esta realidad. Porque si bien algunos desmanes menos graves pueden verse blanqueados por el filtro del forofismo, la mayoría son fechorías, faltas, quebrantamientos o infracciones, cuando no (presuntos) delitos severos con pruebas palmarias. Sobre todo el asunto Barça-Negreira, el caso más grave del deporte español y probablemente europeo.

Desde que se supo que el FC Barcelona había urdido una trama para obtener beneficio deportivo mediante el pago a la cúpula arbitral —vía su vicepresidente— calificada por el juez instructor del procedimiento como corrupción sistémica, estamos esperando que aparezcan barcelonistas honrados que condenen esta ignominia. Porque, más allá de lo que dictamine el proceso judicial abierto, las facturas pagadas a Enríquez Negreira por todos los últimos presidentes azulgranas existen, las hemos visto y obran en poder del fisco y de la justicia. Y, por tanto, no es un hecho discutible.

No es apropiado pagar millones de euros a uno de los jefes del Comité Técnico de Árbitros que gobierna a los colegiados que arbitran las competiciones en las que participa el pagador, del mismo modo que no es apropiado pagar millones de euros a uno de los miembros del Consejo General del Poder Judicial que gobierna jueces y magistrados que dictan sentencia en los procesos en los que se ve involucrada la persona que abona las cantidades económicas.

Aquello que parece de Perogrullo, que un hincha cabal del Barça condene este baldón y reclame que los responsables asuman las consecuencias de sus actos, sin embargo, no ha ocurrido aún. O al menos yo no lo he visto. Claro que existen culés decentes, honrados y honestos, innumerables, es un completo absurdo ponerlo en duda, pero se echa en falta que se pronuncien públicamente, que reconozcan que lo perpetrado por su club es una vergüenza y los títulos ganados bajo esa mácula no pueden sino estar todos (como mínimo) bajo sospecha.

Esta falta de condena pública es incluso contraproducente para el propio Barcelona, porque una vez reconocida la fechoría, pedido perdón y pagado las consecuencias, la imagen del club se vería limpiada y podría emprender una nueva andadura al dictado de la ley. Siempre y cuando los socios votasen a un presidente capacitado para ello.

Como no puede ser que no haya un solo culé decente que admita públicamente el ingente oprobio en que vive instalado su club, decido salir a buscar uno.

El primer lugar donde busco un culé decente es en la panadería-pastelería de la señora conquense. Realmente no sé si es de Cuenca, pero cierto deje del habla me hace sospecharlo. Se trata de una señora más cerca de comunicarse mediante telegramas que a través de correos electrónicos, cuyo propósito principal en la vida es quejarse de y hacer sentirse mal a sus propios clientes, sirviéndose para ello de la posición que le otorga la regencia del negocio.

Ella despacha a los parroquianos mientras, dicharachera, dirige a su oompa-loompa particular para que reponga los expositores con más pasteles, pan, etcétera, o bien hornee más género. Por el aspecto y la manera en la cual ella se dirige a él, este trabajador bien podría ser el hijo de la señora conquense. Mas es su esposo.

—Buenos días.

—Buenos días, ¿qué desea?

—Por favor, quería seis minicroissants de chocolate.

—Vaya… ¡Fernando (nombre ficticio para mantenerlo en el anonimato)! —grita con preocupación la señora conquense a su marido—, ¡hornea más minicurasanes de chocolate, que este señor se los lleva casi todos y dentro de un rato viene Rafa a por los de siempre y no va a tener!

No le sienta bien que los clientes le compren productos porque se le acaban y expresa sin recato su molestia. Ella es así.

La verdad es que los minicroissants de chocolate son un espectáculo, aunque también es cierto que es lo único que merece la pena, porque producen otros, pero de pasta filo, con el aspecto y la dureza de un radiador de aire acondicionado. Dejan peor sabor de boca que una visita guiada por Clos Gómez a la segunda sala VOR. Y las empanadillas no saben a nada.

Mas me interesa que la señora esté receptiva para intentar extraerle información.

—Es que están riquísimos —comento.

Aparece el oompa-loompa y se incorpora a la conversación con entusiasmo e inseguridad a partes iguales.

—Sí, sí, a mí me gustan mucho. Si sobran, ella me los echa de postre en la comida que me prepara para el trabajo. Porque por las tardes tengo faena en otro sitio, ¿sabe? —confirma Fernando la bondad del producto—. Pero solo me los echa si sobran, ¿eh? Y no sobran nunca…

—Son de categoría. No me extraña que se le acaben —prosigo mientras retorno la mirada hacia la señora conquense—. Seguro que vienen personas de todo tipo y condición a comprar sus minicroissants de chocolate.

—De todo hay, ya lo creo. Se suelen terminan a primera hora. Si no madruga se los pierde.

—Y, entre todos esos clientes, ¿no habrá avistado alguna vez a algún culé decente?

—¿Se refiere a un culé decente que manifieste públicamente su condena en el asunto del Barça y Negreira, verdad? —quiso asegurarse la señora conquense. El oompa-loompa, al oír «Barça» y «Negreira» en la misma frase, puso cara de susto y salió escopetado hacia el interior de obrador como si hubiese mentado a la bicha—. Porque Rafa, el señor al que usted casi deja sin minicurasanes de chocolate, es culé y muy decente, no consumó hasta que no se casó, no le digo más, pero cuando Fernando le saca el tema de Negreira se transforma, niega la mayor, agarra los curasanes y sale de aquí maldiciendo al Madrid.

—En efecto, señora. Me refiero a un culé decente que se posicione sin ambages contra la corrupción de su club, sobre todo en el asunto Barça-Negreira. ¿Conoce alguno?

—Huy, por supuesto que no. Corre el rumor de que doña Justina, la de la mercería, una vez vio uno. Incluso habló con él, fue a comprarle hilo para zurcirse una manga ranglan —se acerca a mí para concluir la frase en voz baja mientras levanta ambas cejas como si llevara dúplex.

—¿Y sabe dónde puedo encontrarla?

—¿La manga ranglan? Es difícil, ya no se lleva.

—No, a doña Justina, que dónde puedo encontrar a doña Justina.

—Cuando se jubiló su hijo se marcharon ambos a surfear a Jamaica. Me escribió una postal decorada con plantas para decirme que había abierto un negocio de botones para camisas hawaianas, al parecer allí es legal vestirlas de manga corta. Pero pregunte usted en el horno del señor cotilla, él lo sabe todo. Está ahí mismo, en diagonal, al otro lado del cruce.

El lugar indicado se encuentra a unos 50 metros. Para llegar, cruzo dos calles y una docena de carriles bici.

—Buenos días —saludo al señor cotilla. A pesar de no haber venido nunca al establecimiento, su cara me resulta familiar. Es calvo con barba, tiene cierto parecido a Gárgamel, porta gafas semirredondas que quedan custodiadas por cejas populosas y cabalgan sobre una nariz considerable. Lleva bordadas unas letras pequeñas en el mandil que no alcanzo a leer.

—Buenos días. Llega usted a tiempo, acabo de sacar unas empanadillas de longaniza y habas que quitan el hipo. ¿Quiere una?

—Ya que insiste…

—Pruebe, pruebe.

—Deliciosas —balbuceo.

—Viene usted de la finca esa con el patio grande donde aparcan coches y escribe en La Galerna, ¿no es así?

—Nunca he venido por aquí, ¿cómo lo sabe?

—Me fijo mucho. Como los búhos. La gente dice que no se me escapa una, que sería la persona ideal para suministrar imágenes al VAR.

—Fenomenal entonces, quizá pueda ayudarme.

—Dígame.

—¿No habrá avistado alguna vez a algún culé decente?

—¿Se refiere a un culé decente que manifieste públicamente su condena en el asunto del Barça y Negreira, verdad? —quiso asegurarse el señor cotilla—. Porque aquí viene de manera asidua Vicente, un culé decente que se viste por los pies. Educado, limpio, amable, nunca luce camisas de manga corta, vaya, un encanto. Siempre saluda. Pero cuando otro cliente dice «palanca», «Barça Studios» o «límite salarial» tuerce el gesto. Y si escucha las palabras «corrupción», «cohecho», «Laporta» o «Negreira», se le demuda el rostro y se marcha maldiciendo al Madrid.

—Lo temía, es una rara avis, pero mucho más rara de lo que pensaba. No puede ser que no haya un solo culé decente que admita públicamente el ingente oprobio en que vive instalado su club.

—Sí lo hay. Incluso conozco a quien habló con él —musita acercándose a mi oreja al tiempo que se coloca al lado izquierdo de su boca la mano contraria.

—Ya, ya lo sé, doña Justina, la de la mercería. Pero está en Jamaica surfeando con su hijo jubilado. Está demasiado lejos para mí.

—Sé de primera mano que ahora mismo se encuentra en España. Ha venido con su hijo a vendimiar a Motril. Quizá sea su día de suerte, mi socio sale ahora para allá en una furgoneta, seguro que no tiene inconveniente en que le acompañe. Además, el chófer es buenísimo, tiene mucha experiencia acompañando a profesionales importantes.

—Huy, estupendo. Me apunto. ¿Dónde es?

—Le acompaño.

No me encuentro bien, desde que comí la empanada de longaniza he comenzado a sentirme mareado.

—Hemos llegado —me indica el señor cotilla acercándose a mí. Puedo leer las iniciales de su mandil: JR—. Suba al asiento trasero de la furgoneta. Le acompañarán en el mismo mi socio y un compañero de negocios. Delante, un colaborador necesario y un conductor experto.

Subo. Cada vez estoy peor. Me recibe su socio con una sonrisa de oreja a oreja y la mano tendida. Le conozco, es Tatxo Benet. Al lado, el compañero de negocios, Laporta, me lanza una mirada psicodélica. Echo la vista hacia adelante. Primero al lado derecho. Tebas me clava los unos ojos inyectados en billetes. Y, desde la izquierda, Javier Enríquez me guiña un ojo. Todos comienzan a carcajearse de manera grotesca. El hijo de Negreira acelera.

Antes de perder el conocimiento, vuelvo a pensar que no puede ser que no haya un solo culé decente.

 

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7 comentarios en: No puede ser que no haya un solo culé decente

  1. A lo más que llega un culer de los más autocríticos es a decir que le parece lamentable que se pagara a Negreira etc pero lo que no he oído es llamar a esos pagos soborno ni que tengan que perder los títulos ganados en esa época o descender de categoría, es más dicen que esos pagos no influyeron en que el farsa consiguiera los títulos que tenían un gran equipo etc etc y además le dan la clave del delito a los pagos a un árbitro y no a los pagos a un jefe de los árbitros, si se hubiera demostrado el pago a un árbitro examinarían los partidos que les arbitró y dirían que entre fallos a favor y en contra la cosa estaría igualada etc (aunque los fallos en contra fueran con 4 a 0 a favor y los fallos a favor de la farsa con empate a cero).
    Resumiendo, nunca reconocerán el grave soborno realizado porque sería como enmendar la plana a su época más gloriosa y además todo su victimismo no demostrado de bulos contra el Madrid quedaría opacado con una corrupción si demostrada.
    Que habrían hecho los madridistas si el caso Negreira hubiese sido contra el Madrid? Pues más o menos igual por parte de sus aficionados supongo, lo que si hubiese sido diametralmente opuesto es la reacción del resto del fútbol español, aficionados, prensa etc, hubiesen sido implacables contra el Madrid.

  2. Contra el presidente que tienen ahora tampoco hacen nada allí en sobornalandia aunque le cuadriplicara el sueldo a Negreira y le pagará durante los 7 años de su anterior etapa porque sería como reconocer que lo que hizo fué muy grave y desde el mundo farsalonista (tanto el núcleo con el entorno) se trata de minimizar ésto al máximo, que se hable lo menos posible, que pase el tiempo, que prescriban las cosas (lo más importante que es la justicia deportiva ya había prescrito) y que las condenas (si las hay) sean lo más tibias y posibles y que no se les diga en las hipotéticas sentencias condenatorias que influyeron en los árbitros para hacerles ganar.
    Un poco la táctica del avestruz mezclado con sacar la cabeza del agujero de vez en cuando para atacar al Madrid y amenazar a la gente con "cuidado lo que decís que os ponemos querellas".

  3. No solo no hay uno solo decente es que les parece bien con tal de que no gane el Madrid, es tanta la envidia y el odio que nos tienen que justifican lo injustificable, el segundón no quiere lo tuyo (ademas) quiere que tu no lo tengas, y el culerdo especialmente es un tramposo y fullero lo vemos en los nazionalistas sin ir más lejos, se jactan de lo listos que son saben perfectamente que han sobornado y comprado al que mandaba en los arbritos claro que lo saben pero se justifican asimismo con que el Madrid era el equipo de franco cuando todos saben que fueron ellos los q le dieron los insignias y no nosotros pero a esta especie de fanáticos les da igual, insisto es tanta la envidia que nos procesan que se quieren engañar a sí mismo y no hay que darle más vueltas saben perfectamente que han robado e incluso siguen robando títulos y partidos lo saben claro que lo saben como lo saben los relaño los maldini los segurolas de turno por supuesto que lo saben tibia estos perrodistas oo saben como lo saben cualquiera que no sea un descelebrado.. que pasa? Pues que el fon justifica los medios, quien tiene la culpa? toda esta inmundicia toda esra pocilga putrefacta y pestilente que es nuestro sistema deportivo y no deportivo..ah y nosotros también tenemos parte de culpa por no defendernos con uñas y dientes de toda esta basura..hala madrid y nada mas, buenos días desde el sur de España

  4. “Esta falta de condena pública es incluso contraproducente para el propio Barcelona, porque una vez reconocida la fechoría, pedido perdón y pagado las consecuencias, la imagen del club se vería limpiada y podría emprender una nueva andadura al dictado de la ley.”
    No puedo estar menos de acuerdo con Vd,. Sr. Sánchez Palomares. No dudo, para nada, de la legalidad (si se diera), del perdón y/o el pago (cumplimiento) de la “penitencia”, si se diere. Lo que nunca podrá, es, quedar “limpia”, una imagen ni un curriculum, tan mancillado como ese, para los restos…Por otro lado, felicidades por su ingeniosísima y simpática narrativa.
    Hala, Madrid! Y nada más! (Y nada menos!)

  5. Recordando, para que no se olvide nunca. El Farçalona, el "mes que un club", ha pagado durante décadas al vicepresidente del CTA, Enriquez Negreira, para "conseguir neutralidad".
    Ni un día sin pan en casa, ni delito o fraude del FARÇA. (R. Ramos Neira, dixit

  6. Nunca pagaron para obtener neutralidad, pagaron para alterar los resultados y ganar por medios ilícitos, el descenso a segunda y la devolución de los títulos robados es lo único que podría resarcir sus delitos.

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🎂Cumple 33 años el hombre que le enseñó a Bellingham lo que significaba «chilena», el hombre tranquilo que no flaqueará jamás ante un penalti decisivo, el gran @Lucasvazquez91

¡Felicidades!

Lamine Yamal es muy joven.

Enormemente joven.

¿Y?

#portanálisis

👉👉👉 https://www.lagalerna.com/lamine-yamal-es-muy-joven-y/

En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.

La explicación completa, aquí

👇👇👇

Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

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