Buenos días, amigos. Hemos visto cosas que vosotros no creeríais, pero después de todo este tiempo de Portanálisis juntos sí creéis. Portadas en llamas para tapar vergüenzas más allá de la hernia del Ebro. Hemos visto parches Zidane brillar en la oscuridad cerca de la puerta de un infraser acosador de familiares de árbitros en Benidorm. Todos esos momentos no se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia, y además tendrán que convivir con el nuevo éxito de Luka Modric, un logro que no es otro que esta portada de Mundo Deportivo.
¡Aleluya!
Sí, amics, esta portada de Mundo Deportivo es uno de los mayores éxitos de la carrera de Modric. Que una publicación tan absolutamente sectaria hable de “dos descomunales talentos”, asimilando el de Luka al de Messi, es un logro ciclópeo.
Diremos más, diremos que es más probable ganar una Champions que un diario culé equipare a Modric con Messi. La prueba está en que el Madrid ha ganado catorce Copas de Europa y una portada como la de Mundo Deportivo de hoy solo se ha publicado una vez. ¿Tendrá algo que ver que sea martes y trece?
Los martes, milagro. Esperemos que, como ocurría en la película de Berlanga, no sea un milagro inventado, sino honesto. Aunque es cierto que no todo es perfecto, porque han elegido la foto en la cual Modric entrega el Balón de Oro a Messi.
¿Imagináis que hace diez años los de Godó hubiesen sacado al quiosco una primera plana en la que se equiparara a Mourinho con Guardiola de Todos los Santos y Eau de Toilette? Impensable, ¿verdad?
No hay fanatismo que resista a Luka Modric. Luka Modric Parera.
A Modric le negaron tres veces. Le negó la prensa, “Peluka” Modric era un fichaje de medio pelo para tapar vergüenzas. Le negó un sector de la afición madridista, que preferiría haber fichado a algún jugador nacional (al parecer esto del producto nacional es una constante entre quien teme la libertad). Y le negaron los rivales, que se mofaban de él.
A Luka estos desplantes le entraban por un hemisferio del cerebro y le salían por el otro mientras demostraba su valía, futbolística y ética, sobre el campo. Nunca faltó al respeto como sí se lo habían faltado a él.
A la afición madridista no tardó en ganársela, cumpliendo así la profecía al respecto formulada por Mourinho, el hombre que se empeñó en traerlo a Chamartín. Las aficiones rivales también terminaron sucumbiendo a su categoría. Es difícil encontrar hoy un campo donde no haya sido ovacionado el croata. A Luka le quedaba solo el hueso más difícil de roer, el hueso del fanatismo periodístico culé, que ha rendido armas hoy. Incluso ha ganado un Balón de Oro comiendo, él sí, en la mesa de Cristiano y Messi.
A este reconocimiento también se suman As y Marca en mayor y menor medida.
Aunque reconocemos que el logro no es completo, resiste Sport, que es como la aldea de Astérix pero en negativo. Porque para cambiar de opinión es necesario estar dotado de los mecanismos necesarios para ello. No le vamos a pedir peras al olmo, y no hablamos del futbolista. Imaginad ser Sport.
En la franja superior de este diario tan ecuánime, podemos leer a Gerard López: “Fracaso absoluto de España”. No tenemos nada en contra del título de su artículo porque es verdad, pero llama la atención que cuando la selección pierde, pierde España, y cuando gana, gana(ba) el equipo de Luis Enrique, la Roja con ADN Barça o cualquier variante inventada por los seguidores más fieles del esquipo nacional que no son otros que los culés. Paradojas. Tomemos como ejemplo otro artículo de Gerard, que tras el partido contra Alemania escribía: “De todas ellas, el combinado de Luis Enrique es quien mejores sensaciones ha ofrecido”.
Nos despedimos por hoy, disfrutad de este nuevo logro de Modric. Cada vez queda menos para que acabe este mundial sangriento y vuelva el fútbol de verdad, aquel en el que compite el Real Madrid.
Pasad buen día.
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