Ney tiene un quebranto

Era una sociedad perfecta la de Demolition man. En aquella película de Stallone y Sandra Bullock (extraña pareja, por cierto), todo estaba limpio y aseado, el sol brillaba y no había necesidad de que la autoridad impusiera orden alguno porque el orden era una sonrisa bobalicona, un perfecto jardín (de plástico) en cada esquina, un pacifismo de anuncio de televisión y todo parecía algo así como un catálogo de hipermercado a todo color, sobre todo rosa chicle. El acto fisiológico de las aguas mayores se resolvía -seguimos sin saber bien cómo- con la ayuda de dos conchas, mientras el acto ya no solo fisiológico del intercambio sexual quedaba obviamente sin resolver mediante un mecanismo a distancia.

Pero toda utopía tiene grietas y la de Demolition man se llamaba Simon Phoenix, un tipo peligroso interpretado por Wesley Snipes procedente no de otro lugar, sino de otro tiempo, cuando en Los Ángeles no había conchas con las que limpiarse el culo. Viene con afán destructor el amigo Phoenix, si bien no de forma autónoma, sino porque así lo querían instancias superiores -encarnados por el padre de aquella sociedad- que usaban al personaje de Snipes para sus intereses: no es oro todo lo que reluce.

Nosotros no sabemos si (Así, sí) Ney habrá visto Demolition man, pero no podrán negarnos cierto parecido físico del hijo del padre de Neymar Jr. con Wesley Snipes, y más tal y como aparece retratado en algunas fotos de portada de hoy, donde el brasileño parece compartir el mismo quebranto, la misma pose, idéntida actitud que la del Simon Phoenix que descongelan en Demolition man para que todo se vaya al carajo.

Ahí lo tienen, pleno de rabia y afán destructor. Ha introducido el mal en la utopía azulgrana y ya empiezan a afeárselo por allá. Se ha peleado con Semedo y Valverde ha tenido que expulsar a Snipes del entrenamiento. Tal vez esto no hubiera pasado de haberse cumplido el "Valverde da el OK a Bellerín" que tanto pregonamos, pero no, Valverde dió el OK a Semedo (o ni siquiera lo tuvo que hacer porque lo dieron por él) y, claro, pasa lo que pasa, que Semedo no monta tanto como Bellerín y llega WesNey a dejarlo todo manga por hombro con cara de "¿dónde está Stallone, que me lo como?". La utopía violentada, qué barbaridad. Será que Ney Snipes quiere irse ya al PSG, donde le prometerán cielos abiertos y mundos enteros en los que aquietar sus quebrantos, donde no haya más Messías que él mismo y donde las renovaciones sean patrimonio exclusivo de papá.

Ya lo adelanta Sport, en este caso mostrando una foto amable de Ney, casi como despedida, tal vez para que lo recordemos como el chico simpático que siempre fue y no como el que se peleó con Semedo (y no con Bellerín). Se nos va Snipes, dice Sport. Abandona el futuro utópico azulgraba donde, ya decíamos, las aguas mayores se resuelven con unas misteriosas conchas, donde la cosa sexual se ejecuta con la hierba baja y obviamente húmeda, donde la moral pública la dicta Xavi Hernández y donde no hay más leña que la que arde porque la ha cortado D10S, el Messías o cualquier otro nombre igualmente humilde que quieran ponerle.

Habrá que esperar a que se confirme o no la marcha de WesNey, pero en el caso de que acabe fuera del mundo de luz y de color, nos gusta que se haya ido a lo Demolition man, a lo Taxi Driver, a lo Fight club. Algo de turbiedad siempre viene bien en un mundo que se nos quiere presentar como gloria ajena a todo conflicto, si bien debemos decir que no tenemos nada en contra de Semedo y que desde aquí, sea quien sea Semedo, le pedimos disculpas por atrevernos a ver con simpatía la jerigonza del hijo del padre que cobrará 26 millones por haber renovado a su hijo poco antes de que hijo y padre acaben firmando por otro equipo para renovar casi seguro el verano que viene y que esos 26 millones sean aún más. Estamos seguros de que Semedo -en breve le pondremos cara, disculpen- sabrá perdonarnos y más si añadimos que estamos muy de acuerdo en que Valverde (que, ay, no dio el OK a Bellerín) expulsara a Ney Snipes del entrenamiento. Es solo que un poco de maldad -una así, como de opereta- le da picante a la cosa. Solo eso, Semedo. Girls just wanna have fun, que cantaba Cindy Lauper, aunque aquí hablemos de boys.

Hay vida más allá de lo que Marca llama 'Neymargate', y además es una vida que incluye un Madrid-Barcelona esta misma noche, pero qué quieren que les digamos. Un Madrid-Barcelona a finales de julio, con este calor, en Miami y amistoso, pues tal vez pida que nos pongamos Demolion man para ver como Ney Snipes se cabrea en una sociedad donde se limpian el culo con conchas.