Piensen que vuelven ustedes a estar en clase de plástica. Sabemos que los rudimentos necesarios para confeccionar una portada son ya avanzados programas de diseño informático que permiten mil y una variantes, pero también sabemos que para dar con el contenido necesario para confeccionar una portada deportiva basta un niño sacando un cinco pelado en la asignatura de pretecnología, uno de esos niños que fuimos, con macarrones para hacer un cenicero o un collar, con cajas de cerillas para construir una mesa de estudio, o con un poco de papiro, un Rotring y una barra de lacre para hacer un amago de diploma para el mejor padre del mundo.
No se le puede pedir demasiado a ese niño que fuimos. Tiene los años que tiene, su mensaje es lo elaborado que permiten esos años y, seamos sinceros, tampoco es que la citada asignatura pueda evaluarse con el mismo rigor que otras de mayor calado. Así que un poco de pegamento por aquí (siempre demasiado), a veces un poco de cola por allá (el desastre ya era mayor), unas ceras o témperas, tijeras, cuidado siempre con la tijeras, que sean de punta redondeada, que no falte la regla... Y a jugar, y a llevar el resultado a la mesa del maestro siempre con cierto nervio porque el niño que fuimos sabe bien que aquello se sostiene a medias y que, pasados unos minutos, se desprenderá alguna parte del amago de mesa de estudio, o se correrá la tinta del título del diploma, o se caerán dos o tres macarrones del cenicero. Un aprobado y listo. Poco más solía rascar el niño que fuimos de aquellas artesanías como remiendos, como jirones, como piezas imperfectas, torcidas, siempre a medio camino entre lo que se pedía y lo que se lograba.
Algo así son nuestras queridas portadas deportivas, con el agravante de que no las confeccionan niños aún sin un discurso elaborado, sino adultos con un discurso férreamente diseñado para no decir más que "mi mamá me mima" en el mejor de los casos.
Ahora los macarrones son que Cristiano marca muchos goles, cuando hace poco tiempo -digamos que en la primera evaluación, por seguir con el símil escolar- el elaborado mensaje era que Cristiano no marcaba muchos goles.
Ahora el Rotring sirve para dedicarle el diploma de mejor padre a Messi, que ayer no estuvo en el partido del Barcelona, pero qué más da si estaba Dembélé, que "jugó su mejor partido de blaugrana" (Sport dixit) mientras el maestro que tiene que evaluar el producto se inquieta por si este niño se la está intentando colar y se pregunta si no habrá sido más bien su único partido de blaugrana, como ocurre con el ya muy célebre caso de Gareth Bale: el jugador más caro de la Historia de la Humanidat, el jugador más lesionado de la Historia de la Humanidat, el jugador menos aprovechado de la Historia de la Humanidat.
Ahora las cajas de cerillas, el pegamento y las témperas son que el Madrid ganó con polémica (cómo no te voy a querer, Mundo Deportivo), porque el Madrid siempre gana con polémica o no gana, cosa que el maestro pasa por buena porque, ya dijimos, en esta asignatura se tiene manga ancha y mira el evaluador para otro lado donde el olor a pegamento no haga estragos en la pituitaria y en el cerebro. Ojo, por tanto, con los pegamentos que le compramos a nuestros jóvenes. Nunca se sabe si acabarán confeccionando portadas deportivas algún día. Nunca se sabe si, para mayor gloria, alguno de nuestros hacendosos hijos pretecnológicos tendrá que enfrentarse a la redacción, ya tecnológica, de titulares tan insignes como el que aquí recogemos de la edición digital de As: "Ramos se fue del campo 5 minutos porque «se cagó un poco»". Así está el patio (del colegio).
Ahora -o mejor, en breve- el Chelsea no será el decepcionante PSG, sino una máquina perfectamente engrasada a base de las mejores enseñanzas del Milán de Sacchi, la Holanda de Cruyff, el Brasil del 70 y el propio Barcelona de Démbéle. Bueno, o de cualquier Barcelona, que todos han sido tan lustrosos como estas portadas que ya les ofrecemos aquí, que para eso habíamos venido esta mañana a clase de plástica.
-Mamá, papá, mirad qué bonito esto que se me cae de las manos. He aprobado, así que para qué más. Mañana seguiré haciéndolo igual. Por cierto, necesito pegamento. Es para una cosa.
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3 comentarios en: Necesito pegamento
Nada nuevo bajo el sol de las redacciones deportivas patrias, por eso yo ya no sé ni qué decir ante portadas, artículos, comentarios.....para no repetirme, por eso admiro vuestra capacidad para dedicarles cada día vuestros fantásticos portanálisis, algunos de ellos verdaderas joyas..
Saludos
Más dañino que arminio y Villar y sus árbitros son los medios de comunicación, la mayoría antimadridista
¿Para qué "cosa" querrá el pegamento esos GENTUZOS?
Dentro de nada irán en chándal y tendrán menos "piños" en la boca que una cabra.