Buenos días, como convención social. No es hora de buscar excusas para la derrota de ayer 4-0 frente al City, por higiene moral y por el pequeño detalle de que no las hay. No es hora de ser cicateros con los merecimientos del City, por respeto intelectual. No es hora de restar méritos a Pep Guardiola, por aseo futbolístico. Por los mismos motivos esgrimidos, no procede descuartizar con saña a este Real Madrid.
Fue una paliza de las que duelen, titula Marca. Una paliza infligida por nuestro Sacchi, como argumenta esta mañana en La Galerna Jesús Bengoechea. Con el agravante de todas las filias y fobias que rodean los enfrentamientos contra alguien como Pep. Probablemente hayamos asistido a una derrota generacional, porque no es raro que el Madrid cierre los ciclos con el mismo estruendo con el que remonta eliminatorias imposibles.
Después de las hecatombes es habitual que afloren sabios de un día para pontificar con sentencias grandilocuentes a mayor gloria instantánea de su ego, pero la realidad pocas veces es monocroma y las enmiendas sumarísimas a la totalidad rara vez comportan algo positivo. Volcar las frustraciones propias en terceros nunca ha sido una postura inteligente de la cual obtener rédito de ningún tipo. Es más útil la crítica racional.
El Madrid ha llegado hasta donde podía llegar. Para ganar al City y pasar a la final era necesario un juego que quizá no sea capaz de llevar a cabo con la plantilla actual. Tampoco es conveniente olvidar que si el club se hubiese dejado llevar por el sentir de gran parte de la afición, en estos momentos es probable que estuviésemos a las puertas de disputar otra final de Champions, ilusionados por conseguir nuestra undécima Copa de Europa.
As se decanta por “Para llorar” como titular sobreimpreso sobre un Benzema con gesto de hacer lo propio. Para llorar fue el partido de muchos madridistas, incluido Karim. Ya sea por motivos físicos, mentales, biológicos o simplemente de estado de forma, el desempeño de piezas importantes del equipo está lejos de ser bueno.
En las portadas del los diarios del FC Barcelona encontramos lo esperado. Los culés llegaron ayer al clímax porque se excitan con el placer ajeno más que con el propio, son voyeurs de las victorias (de los otros). Gozan más un mundial de Messi u otra final de Champions de Guardiola que un logro suyo. Pero claro, ni Cataluña es un estado con selección que participe en los mundiales ni el Barça compite en la Copa de Europa.
El Madrid es tan grande que siempre alegra a alguien. Cuando gana, a casi todos sus seguidores; cuando pierde, a los antimadridistas y la sección vinagre y agorera de los suyos que lleva años quejándose desde su cueva mientras el equipo obtenía título tras título.
Esta generación de futbolistas merece un respeto (no exento de crítica) y un profundo agradecimiento. Han sido los máximos responsables de gran parte de la felicidad ligada al fútbol que hemos disfrutado durante años. Nadie gana siempre, ni siquiera el Real Madrid. Es hora de realizar los cambios necesarios con la profundidad requerida, sin olvidar que la plantilla cuenta con varios de los mejores jugadores de presente y de futuro del fútbol actual.
El City probablemente se alzará con su primera Champions después de haber sido regado con recursos económicos infinitos (probablemente alejados del Fair Play financiero) durante años. Woody Allen dijo que el dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia. En esa diferencia está la grandeza, que es lo que posee el Madrid y no se puede comprar porque se ha edificado durante más de un siglo.
Es una muy mala noticia que los clubes estado vayan a comenzar a ganar Champions. Demasiado han tardado, por otra parte. El futuro no es halagüeño en este sentido, pero ¿cuándo lo ha sido para el Real Madrid?
Nos despedimos con estas palabras de la excelente crónica de Andrés Torres del partido de ayer:
“A nosotros, que nos quiten lo bailao, que diría un castizo. Honor y gloria a una generación irrepetible. No se puede ganar siempre.
Hala Madrid”.
P. D. También parecía irrepetible la generación de Di Stéfano, Puskas y Gento.
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4 comentarios en: Nadie gana siempre, ni siquiera el Real Madrid
Muy buen Portanálisis.
“Tampoco es conveniente olvidar que si el club se hubiese dejado llevar por el sentir de gran parte de la afición, en estos momentos es probable que estuviésemos a las puertas de disputar otra final de Champions, ilusionados por conseguir nuestra undécima Copa de Europa.” Esta parte, en concreto, me parece brillante.
¡Hala Madrid y nada más!
Buenos días (relativamente).
Vaya mi solidaridad con el pueblo madridista.
¡Qué fastidiado me hallo! No por ser eliminados, sino por la forma.
He tenido un sueño, extraño como todos: estaba atrapado en una especie de receptáculo-juego y me liberaba haciendo trampas , rompiéndolo a golpes . Al mismo tiempo salían 3 balones de baloncesto. Me tenía que ir, no tenía intención de llevarme ni un balón, pensando que los culers me iban a delatar a la autoridad. La prioridad era escabullirme. Conectado al mismo sueño, resulta que me enteraba de que el Real Madrid vs farça , de baloncesto (Euroliga), se había jugado horas antes de lo que yo pensaba y había.ganado el innombrable por 6 puntos, aproximadamente, de ventaja . Tras escaparse claramente en el marcador y un posterior recorte de la ventaja, insuficiente, por parte del Real Madrid. ¡Qué desagradable!
Hoy es uno de esos días en que “el mejor periodismo deportivo que se hace en el mundo” exhibe con máximo esplendor toda la mediocridad y miseria, profesional y humana, que atesora. Buen provecho. Los del Real Madrid seguimos cabalgando y además, ¡qué bonito fue mientras duró!
Saludos madridistas.
Ayer no pude ver el partido. Cuando ya estaba dispuesto a lo que me parecía iba a ser otro partidazo, ocurrieron una serie de catastróficas desdichas que me hicieron imposible poder verlo. A posteriori creo que me ahorré un poco el mal trago. Aunque estoy bastante fastidiado.
Por lo que he leído, en la Galerna obviamente, la derrota fue cruel y merecida. Pero hay que empezar a mirar adelante y con la cabeza bien alta. 14 copas de Europa, 6 en los últimos 10 años, nos permiten sentirnos orgullosos. Nadie debería faltar al respeto a este club, a estos jugadores ni al entrenador teniendo en cuenta el bagaje que dejan tras de sí.
Una vez dicho esto hay que pensar en la próxima temporada: tirar lastre inservible, reciclar lo útil y adquirir nuevos activos. Mucho trabajo por delante.
Ánimo a todos. Hala Madrid!