Nadie da el OK a Bellerín

Buenos días. La noche del pasado 3 de junio, con el cadáver de la Juventus de Turín aún caliente sobre el suelo del National Stadium of Wales, el editor de esta publicación celebraba con una serie de amigos y familiares la consecución de la Duodécima en su tierra de adopción. En el júbilo desenfrenado del momento, alguien tuvo la ocurrencia de consultar en su smart phone las portadas de la prensa catalana, por ver de qué modo reflejaban (o si tan siquiera se dignaban a hacerlo) aquel nuevo episodio de gloria vikinga. Aquellos madridistas eufóricos toparon en su búsqueda con ese Santo Grial de las portadas deportivas que hoy constituye un incunable y un documento indeleble de la... de la... bueno, de algo que caracteriza a cierta prensa afín al Barça.

Sí, amigos, sí. "Valverde da el OK a Bellerín". Presas del delirio más absoluto, aquellos diez o doce seguidores del Real Madrid irrumpieron espontáneamente en un cántico para la Historia. En el vídeo que sería exagerado decir que dio la vuelta al mundo, pero que sí tuvo cierta regocijada difusión en redes, se ve a esos madridistas prorrumpir en un espontáneo cántico de melodía rigurosamente futbolera y con ese titular por única letra. Al fondo, en la ventana del bar donde cantan, se ve el estadio donde el Madrid acaba de alcanzar el éxtasis con las luces aún encendidas.

Valverde da el OK a Bellerín

Valverde da el Ok a Bellerín 

Oé oé oé 

Oé oé oé 

Valverde da el OK a Bellerín. 

El jubiloso portanálisis del 4 de junio llevó ese título, como no podía ser de otro modo, y la frase ha quedado para la posteridad como un discretamente malicioso himno de esplendor blanco. También en la Historia está dicho portanálisis.

No sabíamos cómo afrontar el portanálisis de hoy y solo al final nos hemos dado cuenta de que bastaba la portada de Sport para hacerlo con eficacia. “Valverde da el OK a Bellerín” es la frase de moda. “Valverde da el OK a Bellerín” se cantaba anoche en los pubs de Cardiff. “Valverde da el OK a Bellerín” debe ser el cántico general esta noche en Cibeles. “Valverde da el OK a Bellerín” y nada más. Historia que Valverde hizo, historia por hacer por Bellerín.

Pero ay, amigos. Ay.

Hay sueños que se desbaratan aciagamente entre los dedos. Hay anhelos que mueren en nuestras propias manos como un gorrioncillo aterido. Nos las proponíamos muy felices aquella madrugada de tránsito entre el 3 y el 4 de junio dando por hecho (hay que asumir como inexorable cualquier vaticinio de Sport) que el lateral jugaría en Can Barça. Sin otro particular que celebrar, nos aferrábamos a aquella noticia y nos congratulábamos con aquel salmo de bella rechifla. Mes y medio después, el sueño ha quedado demolido para nuestro gran dolor. The dream is over, que cantaba Lennon, ese gran culé según otro John (Falstaff).

¿Que por qué ha muerto el sueño? No lo sabemos a ciencia cierta. Something happened on the way to Heaven, como dijo Phil Collins, que seguramente es culé también y retamos a Falstaff a que lo demuestre. El caso es que la ingrata confirmación de lo que ya se estaba gestando hace algunos días ha tenido seca confirmación hoy en las portadas culés. Bellerín está (metafóricamente) muerto, larga vida a Semedo.

Es doloroso pero es cierto. El sueño de una noche de verano madridista hecho añicos por la sinrazón de Bartoméu, o de Valverde, o de EDDACCR (El Director Deportivo Antes Conocido Como Roberto)... Sabe Dios quién será el responsable final de esta profunda, traumática (casi) decepción. El hecho es que nos han jodido el himno, queridos madridistas. ¿Qué hacemos ahora con nuestra canción favorita? "Valverde da el OK a Semedo" no entra en la melodía por problemas de métrica. No entra ni poniéndole la mejor de las intenciones. Se puede acentuar fraudulentamente Semedo en la última sílaba (Semedó). Si bien este es un truco al que recurre con frecuencia el pop español, en particular Celtas Cortos, no seremos nosotros quienes caigamos tan bajo.

Valverde da el OK a Semedó 

Valverde da el OK a Semedó 

Oé oé oé, etcétera 

De ninguna manera. Con nosotros que no cuenten para esa atrocidad. Para eso ya está 20 de abril.

Hola, chatá. 

¿Cómo estás? 

¿Te sorprendé que te escriba? 

Tanto tiempó, es normal. 

No. Nunca. Estamos rotos, amigos. Rotos, Se veía venir, eso no se puede negar. Algo nos hacía intuir que Valverde en realidad no daba el OK a Bellerín por mucho que esos versos sempiternos perecieran obligarle a hacerlo. El Arsenal, desde luego, no daba el OK al traspaso de Bellerín. El mismísimo Xavi Hernández, que es el Atila de los OKs (sin sus OKs no vuelve a crecer la hierba), no daba el OK a Bellerín ("nadie que se haya ido del Barça debe volver al Barça"). Nos da la sensación de que ni siquiera Bellerín daba en realidad el OK a Bellerín.

Estamos devatastados, amigos. Os dejamos el resto de portadas del día (suerte, Gabiñe) porque querréis verlas (?).

Bueno, chicá, me despido. 

Si te molá, me contestas.