Saludos olímpicos, queridos amigos.
Aturdidos aún por la sucesión de imágenes de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, nos vemos en la perentoria necesidad portanalítica de destacar lo más destacable, alabar lo más alabable y criticar lo más criticable. Que lo hubo también. Porque hubo de todo, imágenes de gran preciosidad mezcladas con otras de dudoso gusto estético, atletas irreconocibles en la distancia bajo chubasqueros, tipos enmascarados, cantantes en las azoteas, barcazas y txalupas en el Sena, un globo de Montgolfier, Papá Pitufo en una bacanal kitsch… y todo ello deslucido por la habitual lluvia parisina. Hasta Céline Dion apareció por ahí para disfrute de muchos y (posiblemente) irritación de muchos más.
Todo junto recordaba a una de esas películas de Michael Bay en las que parece que suceden muchas cosas y todas de manera instantánea, aceleradas y con más ruido de ambiente del que el espectador necesitaría para apreciar el conjunto. Un viaje por la Historia de La France que empezó bien y terminó “reguleras”, y en el que solo faltó que amenizaran (o amenazaran) con el Voyage, voyage para completar lo que por momentos tuvo algo de desvarío. Quién sabe, quizás con el pegadizo (y cargante) temita de Desireless el editor de La Galerna se habría arrancado con uno de sus famosos bailes con el tema de fondo.
En medio de todo aquel follón, la organización tuvo el detallazo de regalar un momento único, genial, maravilloso: el traspaso de la antorcha entre nuestro Zinedine Zidane y el no menos nuestro Rafa Nadal. Por un instante, el caos a lo Michael Bay se aplacó y se vivió un momento de paz, de tranquilidad, de quietud, de todo lo bueno que hay en el mundo del deporte. Nadal y Zizou, Don Rafael y Don Zinedine, what else, cuánta grandeza o, como titula convenientemente el diario As...
"OH LÀ LÀ!". Si el espíritu olímpico representa lo mejor del ser humano en su afán por mejorar y competir, no pudo haber mejores representantes en la ceremonia inaugural que estos dos grandes del deporte. Fue uno de los mejores momentos de una noche pasada por agua. Un momento tan grande que también la portada del Mundo Deportivo quiso reconocer de manera muy parecida.
El diario Sport se viene aún más arriba y, seguramente por primera vez en su historia, afirma que un madridista...
“Nos representa”. A nosotros nos parecía que otras figuras de su entorno los representan mejor, como Laporta, Xavi Hernández, Piqué o Bartomeu, pero nunca es tarde para salir del lado oscuro y reconocer la figura universal de Rafa Nadal. 14 veces ha salido victorioso Rafa Nadal de la tierra batida de Roland Garros y los organizadores tuvieron el detalle, la grandeur, de mostrar su admiración al tenista. Admiración que el propio Rafa devolvió hace meses con sus esfuerzos para ponerse a punto y estar en la cita olímpica. 14 y París, dos números asociados, por cierto. La 14ª se obtuvo en París, o por ser más precisos, en el cercano (y caótico) Saint Denis. Quizás por los recuerdos de lo que supuso aquella final y por la pésima gestión de los servicios de seguridad ayer no hubo foto en el estadio olímpico, ni entrada triunfal de los atletas, ni imagen conjunta de todas las delegaciones, una de las instantáneas que mejor define el espíritu de unos Juegos Olímpicos.
La portada de Marca destaca en parte la “soledad” de esa presentación de los países por separado y muestra una vista panorámica con la Torre Eiffel al fondo, la delegación española en el momento de su aparición y un aviso a la ciudad anfitriona con la coma del vocativo perfectamente puesta.
“París, aquí estamos”. Suena chulesco, suena a amenaza, como si quisiera recordar a los anfitriones que por allí se paseaban Nadal, Induráin, Contador, Alcaraz, Bruguera o el Real Madrid como si fuera el patio de su casa. No nos parece apropiado, en especial, al ver el reconocimiento que los organizadores mostraron anoche a uno de los nuestros, a uno de los más grandes de siempre. Si el espíritu olímpico representaba algo en su día antes de la profesionalización masiva es la concordia, la unidad de todos los deportistas a la hora de luchar por mejorar sus prestaciones.
Los Juegos Olímpicos son una celebración del deporte y fueron creados para que cada cuatro años los periodistas puedan utilizar las palabras pebetero y preseas. Y aunque el barón de Coubertin ni lo imaginara en su día, también fueron creados para dar cabida a países de los que no has oído hablar en cuatro años y para que puedas hacer bromas según los ves desfilar en casa:
Eswatini, “¿esa no era tenista?”. “Ah, no, que es Swazilandia en francés”.
Grenada, “está mal escrito”.
“Tres Guineas”, ha dicho el comentarista. “Parece una frase sacada de un libro de Robert Louis Stevenson”.
Kiribati: “ese se lo acaban de inventar”. “No, que jugaba al balonmano”.
Kosovo: aquí desfilan hasta los países no reconocidos por España y por muchos otros.
Djibouti: o Yibuti, el primer país cheli, tronco.
República Islámica de Irán: “todas con el velo perfectamente puesto, porque si no, Irán y no volverán”.
¿De dónde son esos de aspecto hawaiano? “Vanuatu, tío, el lugar del mundo del que solo se sabe cada cuatro años”.
A los aficionados a la natación, el atletismo y la gimnasia artística, que disfrutéis estas dos semanas de competición; son los días en que se dan cita los mejores. Los aficionados al breakdance, la natación sincronizada masculina y deportes random, también tendréis vuestro hueco. Echamos en falta deportes mucho más populares en todo el mundo, como los dardos en el pub, los bolos con una jarra de cerveza en la mano y la lucha en barro, pero no se puede pedir todo. A quien sí se echa mucho de menos es a Francisco Ibáñez, el genial dibujante, único para las ceremonias de inauguración. Serán los primeros Juegos en décadas sin sus aventuras de Mortadelo y Filemón.
Que paséis un gran día y que disfrutéis los Juegos.
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8 comentarios en: Nadal y Zizou, cuánta grandeza
El desdén y, la mayoría de veces, desprecio con el que los medios de comunicación tratan al club de las 15 orejonas es algo que a menudo adquiere tintes grotescos. Son dinámicas "informativas" muy mal intencionadas , absolutamente punks. Hace poco me llamó relativamente la atención una sobre las elecciones venezolanas . Al pasar por un lugar con la tele en funcionamiento vi como se ponía punto final a la noticia con algo muy similar a: " con el temor de que el perdedor no acepte la derrota". Y esas palabras justo cuando la imagen hacía foco en un hombre con la camiseta del Real Madrid. Entonces presté atención y vi que era un canal de rtve.
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Un espectáculo dantesco, para colmo, la repugnante representación de la última cena. A ver si hubieran tenido cojones en hacer algo así con la religión musulmana. A no, que esos te mandan para el otro barrio.
Si la representación de la ultima cena es repugnante, los más de 230.000 casos de abusos sexuales por curas o religiosos ¿qué son?
También son repugnantes, como repugnantes son el trato de los musulmanes a mujeres sean de la edad que sea. Una cosa no justifica la otra.
Siento desilusionarte pero la pedofilia en las "madrassas" o escuelas religiosas islámicas es sobre cogedor, por la rapidez con la que has saltado das la impresión de ser un " tuerto"
Europa se está pagando un tiro en el pié..
Si no al tiempo, que pena de lo que le están haciendo estos miserables al continente del renacimiento, la belleza...los del rincón de arriba a la derecha dicen, el fichaje de nico peligra, como si alguna vez hubiese estado realizado..fantasmas, fulleros tramposos corruptos durante 17 años sobornado al q mandaba el los arbritos, 7,3 millones que se sepa, serán muchos más, seguro, y por más tiempo al menos desde Tenerife el robalona f.c tiene bajo sospecha todos los títulos robados durante ese tiempo y lo q importa es el ruido de la música del Bernabéu
Occidente en general y Europa en particular están muertos , aunque todavía no se han enterado. En tres o cuatro generaciones serán absolutamente irrelevantes para lo que suceda en el planeta. El poder cada vez está más escorado hacia Oriente. Y estos lo tienen muy claro, gilipolleces las justas y al que se salga de la linde , leña y se acabaron las tonterías. Afortunadamente yo no lo veré.
Según lo visto ayer, yo, que soy un tío normal, cada vez soy más raro.