Tal vez andemos desencaminados, pero viendo la portada de As nos imaginamos ayer a su redacción, o al menos a sus principales hacedores, maliciando otra bien distinta tras el gol(azo) de Parejo que, a pocos minutos del final del partido, helaba el Bernabéu por un empate que en realidad hubiera sido casi una derrota. Fíjense si seremos morbosos que querríamos ver esa portada que no fue, que ya no podrá ser, tal vez guardada en el cajón de los sueños rotos de Relaño, casi seguro llena de hecatombes, apocalipsis y juicios finales. Tal vez una portada en negro Madrid, el audaz tono de negro que As sabe coser como pocos diseñadores en su línea editorial de cada temporada, ya sea otoño-invierno o primavera-verano.
El gol de Parejo abrió los cielos de As para que empezara a llover, para que la tormenta eternamente anunciada por fin cayera inmisericorde como justicia divina. Pero no pudo ser. Llegó Marcelo, cuya samba no es de este mundo, para cambiar el parte meteorológico, porque Marcelo, llueva a truene, siempre juega cantando Here comes the sun. Y a Relaño, al que seguramente le gusta más entonar A hard rain's a-gonna fall, tuvo que recoger velas para traernos una portada ni pa ti ni pa mí, la primera plana del casi, la del alambre, la que diciendo que "el equipo blanco ha sacado 17 puntos en los últimos diez minutos" en realidad parece querer decir "ojalá el equipo blanco no hubiera sacado 17 puntos en los últimos diez minutos" o, dicho de otro modo, "menudo equipo sin proyecto, con flor, potra y mecagontó que saca 17 puntos en los últimos diez minutos".
Marca le da al mismo hecho una interpretación bien diferente. Donde As dice alambre, Marca destaca la raza de un equipo que cuando quiere suele poder, que cuando se ve contra las cuerdas suele reaccionar para que (casi) nunca sea demasiado tarde, un equipo tal que cuando otros ya se frotan las manos organizando las exequias del cuerpo, es el alma la que deja para otro día -siempre será otro día- la celebración ajena y el trabajo de las plañideras. Plañir, qué será eso. ¿Cómo vamos a pedirle a Marcelo que sepa conjugar dicho verbo? ¿Cómo vamos a pedirle a Marcelo que sepa conjugar más verbos que bailar?
Así que aquí seguimos, amigos. Tras el enésimo borrador de obituario tirado a la basura, puede anular quien corresponda los pedidos de flores y lápidas. Queden pospuestos los "ya lo decía yo", los más negros vaticinios, las reconfecciones de plantilla, los exámenes finales y las caídas del Imperio Romano. El Madrid siempre vuelve de la tumba, acaso porque, como dicen que decía el Don Juan de Zorrilla, "los muertos que vos matáis gozan de buena salud".
En línea con el diario As ("qué extraño, mi marido nunca toma una segunda taza de café", se decía en Aterriza como puedas), en Barcelona también leen la victoria del Madrid como una salvación al límite del fallecimiento. Cuesta creer que no aprendan tantos agoreros a fuerza de presenciar lo que puede el alma sobre el cuerpo, pero al fin y al cabo a algunos les va la vida en desalmar vidas ajenas, en afirmarse tan solo por la vía de negar las virtudes del contrario, en salir a celebrar a Canaletas tres puntos de Liga, en quejarse y luego quejarse para un poco más tarde volver a quejarse sin que otros tengan derecho -estaría bueno- precisamente a quejarse.
"Quieren esta Liga", titula Sport sobre Luis Suárez, y nos parece muy bien que la quieran. Cómo no quererla, dicho sea de paso, si de nuevo ya no pueden querer la Champions, de la que han caído eliminados otra vez de nuevo en cuartos y de la que debieron caer eliminados en octavos. Pero comparen ustedes fotos y expresiones y deseos y estímulos y ganas. Miren a Marcelo celebrar su gol contra el Valencia y vuelvan a mirar a Suárez celebrar su gol contra el Espanyol. Nosotros, que queremos esta Liga, tenemos claro quién quiere más esta Liga.
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Un comentario en: Los muertos que vos matáis
Los pequeños lectores de la prensa catalana pueden leer en algún rincón de sus portadas que Marcelo "salvó" al Madrid en el minuto 85 o minuto 86, según cada tebeo.
No hace muchos días, tras el partido del Bernabéu, "Sant Messi" no salvó a ningún equipo; le "dió la victoria" al Barcelona en el minuto 92 y provocó simplemente el ¡EXTASIS!... (portadas del día 24).
No se salvó a nadie, porque para salvar a alguien, ese alguien tiene que estar en auténtico peligro. Y los superhéroes azulgranas nunca están en peligro (por algo son superhéroes), se limitan a dar victorias a su equipo, sin importar el minuto en que lo hagan, ni los errores de colegiados o de contrarios...
Respecto al As, al margen de los acertados comentarios del Portanálisis, llama la atención la pulsera deportiva que se puede conseguir por sólo 14,95 € hoy con la cartilla...
No porque sea una pulsera deportiva espectacular o distinta a las demás, sino porque aparece como huérfana de patrocinador oficial...
¡Qué bien les quedaría algo así como: "Consigue la pulsera deportiva del Real Madrid (o del Barcelona) con nuestra cartilla de hoy...!"
¡Cómo deben envidiar a Sport y Mundo Deportivo, que sí lo pueden hacer...!