Hay dos cosas que están demostradas. La primera: en la duda entre aferrarse al agravio o alegrarse ante un cambio de actitud de quien nos ofende, es preferible optar por lo último. La segunda: si has decidido celebrar ese (presunto) cambio de actitud, dándolo por bueno y tratando de enterrar el resquemor, ni se te ocurra investigar más a fondo, pues podrías acabar descubriendo que en realidad no había razones de peso para la transigencia. Una de las razones por las que el padre del hijo pródigo se puso tan contento ante el retorno al hogar de su descendiente más díscolo, tarambana y disoluto es que no se puso a cotillear sus contactos del móvil.
Veíamos la portada de As y nos sentíamos atrapados por esa duda. ¿Les perdonamos? Es decir, ¿hacemos borrón y cuenta nueva? As ninguneó vergonzosamente al portero costarricense, defendiendo a un Casillas en galopante declive e ignorando la presencia en el banquillo de quien había sido el mejor portero del Mundial pocos meses antes. Para As, durante más de un año, fue prácticamente como si Keylor Navas no existiera. No se contemplaba su pertenencia a la plantilla del Real Madrid.
En la hora del éxito, As extiende su mano hacia Keylor y le dedica (increíble pero cierto) una portada donde se rinde ante sus méritos. ¿Qué hacemos?, nos preguntábamos. ¿Nos congratulamos ante la nueva toma de postura y, en el afán por reivindicar el refrán sobre la sabiduría y la rectificación, damos a As la enhorabuena, o más bien nos escandalizamos ante su veletismo oportunista? Al fin y al cabo, hay muy buenas razones para aplicar sobre todo lo que venga de As una gruesa pátina de escepticismo.
En esa duda estamos cuando cometemos el error antes reseñado: investigar, escudriñar. Bendita la buena fe de quien abraza el otorgamiento de segundas (y enésimas) oportunidades con la inocencia del niño que quiere creer. En nuestro caso, se escudriña de una manera tan sencilla como abrir las páginas (reales o virtuales) de la publicación cuya portada nos sitúa en la duda. Y la duda se acaba, no precisamente en sentido favorable.
Un Madrid imbatido con Keylor; con Iker, cada 1,8 tiros había gol
Este titular encontramos en el interior del diario. Espera un segundo, nos decimos. ¿AHORA saca As a la luz la estadística según la cual Iker Casillas recibía un gol de cada 1,8 disparos a puerta? ¿Ahora? ¿No podía haberlo hecho antes? ¿Qué tal habría estado sacarlo a la luz cuando Keylor (a quien ahora, -de pronto- tanto parecen estimar los chicos de Relaño) sufría en ejemplar silencio la injusticia de verse relegado por un portero de cuya gloria pretérita apenas quedaba el nombre, y de cuyo ocaso hubiera dado buena cuenta pública la estadística en cuestión? Entonces sí que procedía publicar esa estadística, diario As. Entonces sí que era relevante. ¿En qué polvoriento cajón de qué sucio escritorio de qué umbría sala escondíais esas cifras entonces, cuando Keylor de verdad las necesitaba y cuando constituían un testimonio periodístico relevante, insoslayable,ÚTIL?
La cosa no mejora con la lectura (es un decir, pues mal se puede leer lo que mal está escrito) de un artículo sobre este particular firmado por César Blanco. "Costa Rica se rinde ante un portero menospreciado por el propio club". Hay que reírse. No queda otra. La vida se hace invivible si uno se indigna todas las veces en que la indignación está justificada.
"... un portero menospreciado por el propio club". ¿Y a qué sino a menospreciar a Keylor Navas con tu flagrante silencio sobre su existencia te has dedicado tú los últimos doce meses, diario As? No negamos, y aquí ha sido dicho, que el trato dispensando por el propio club a Keylor Navas haya sido manifiestamente mejorable. Ahora bien, de todos los entes que en el mundo son, diario As, ¿vas a ser tú quien se constituya en afeador supremo de la conducta del club? ¿Tú, que nombraste a Keylor Navas tu Mr. Cellophane (aquel personaje del musical Chicago) particular?
Everyone gets noticed now and then.
Unless of course that person it should be
invisible, inconsequential... Me!
"Llegó como el mejor de la Liga y sensación del Mundial", prosigue el pasmoso artículo de As."El Madrid vivía momentos de inquietud, en medio una leyenda herida (Iker Casillas) y comenzaron los crueles debates. En el horizonte un capricho llamado De Gea y por minutos el club blanco casi pierde un elemento que le faltaba, y que estaba ahí, comprometido con su escudo".
"Llegó como el mejor de la Liga y sensación del Mundial". ¿En algún momento tuvisteis a bien, diario As, el recordar la categoría del portero que el Real Madrid malgastaba y deprimía en el banquillo cuando quien ocupaba el marco era el guardameta con trazas de ex-guardameta que os obsesionabais en defender? ¿En algún momento dedicasteis una portada, un editorial, un artículo, un anuncio por palabras a proyectar siquiera la remota posibilidad de que se produjese un relevo en la portería, contando como contaba el Madrid con "el mejor de la Liga y sensación del Mundial". ¿Cómo tenéis la desfachatez de mencionar los grandes méritos de Keylor AHORA, tras haberlos guardado bajo siete llaves cuando más urgente era constatar la talla de la alternativa que se consumía en el banco?
"... un capricho llamado De Gea..." La cuadratura del círculo, queridos amigos ouijeros, tiene que ser muy parecido a esto de sacudir a Florentino Pérez por dejar escapar bochornosamente un fichaje aparentemente estratégico y a la vez ponerle a caldo por el "capricho" que dicho fichaje estratégico representaba. Somos un medio joven e imploramos vuestra ayuda, diario As. Decidnos: ¿cómo se hace? Queremos aprender.
"Se rinden al portero del menosprecio, el segundón, la moneda de cambio, uno de los que el Madrid paga menos y duda en incrementarle el salario. Tras tres jornadas ligueras es el único imbatido, parando penaltis e imposibles".
El párrafo está escrito, esta vez, con el sobaco derecho (a diferencia de los anteriores, que en atención a la condición de zurdo del redactor fueron redactados con la axila izquierda) pero cabe entender en él una continuación de la línea anterior. ¿Qué sino un perfecto segundón, una víctima paradigmática de vuestro menosprecio, un perfecto Mr. Cellophane ha sido Keylor Navas durante todo este tiempo?
Mr. Cellophane.
Should have been my name.
´Cause you can look right through me.
Walk right by me.
And never know I´m there.
Deja de tratarnos como si fuésemos imbéciles, diario As.
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