Mourinho fue el único entrenador en siete años que logró la regularidad competitiva necesaria para hacer al equipo campeón de Liga; una Liga, como ya he comentado, histórica, logrando unas semifinales de Champions en paralelo, compitiendo hasta el final.
Solo Capello, primo hermano de Mou, que dedicaba peinetas a la grada, y la inercia de este que aprovechó Schuster, llevaron la Liga a los madridistas en los últimos tiempos.
No logró Mourinho todos los títulos que esperábamos, pero la clave está en analizar de dónde se venía y contra quién se competía, entendiendo que se cambió la tendencia hasta que el vestuario se plantó en huelga.
Lo conseguido fue con un juego absolutamente vibrante. Un fútbol total que dominaba todos los aspectos del juego, que pasó por encima de todas las mentiras y desprecios que pretendían infravalorarlo.
Capaz de llevar el ritmo del partido, de jugar al ataque, de abrumar con la posesión, de ejecutar los contraataques más bellos y efectivos jamás vistos y de sacar el máximo partido a las virtudes y características de sus jugadores.
Una idea, la de que el Madrid jugaba al contraataque con Mourinho, caló entre el madridismo; idea completamente falsa. El Madrid de Mourinho sobrepasó el 60% de media de posesión durante las dos primeras temporadas del portugués en el banquillo, algo bastante difícil de lograr si no tienes el balón y juegas tan solo esperando el error rival.
Esta falsa idea fue fundamentada en los duelos contra el Barcelona, excepciones a la regla, donde nos servíamos de nuestra concepción global del juego, que nos permitía atacar los puntos débiles culés y hacer el juego que más le perjudicaba. Pero es que ni siquiera contra ellos esta teoría es cierta, ya que hubo muchos partidos donde se le disputó dicha posesión, incluso superándoles en alguna ocasión, cosa que pocos o nadie habían hecho hasta esa fecha.
Esto, sumado a que cuando emprendíamos algún contraataque el resultado era demoledor, les sirvió a los de siempre para lanzar una campaña donde se nos pretendía hacer sentir culpables por la forma de juego, con la intención, simplemente, de que renunciáramos a ella porque nos beneficiaba y perjudicaba a los otros.
Pocas veces se ha visto la superioridad madridista como en la etapa de Mourinho, tanto dentro como fuera de casa, arrasando rivales con una presión alta y una salida en tromba de tal intensidad que dejaba resueltos buena parte de los partidos en la primera mitad. Todo esto además del placer que suponía ver cómo no se bajaba el ritmo en ningún momento, a pesar de tener bien encauzados los encuentros. Un equipo trabajado. Un equipo solidario.
Al ser un entorno artificioso el creado por Mourinho, para que el equipo se mantuviera competitivo debía estar siempre al 100x100, ya que en cuanto contemporizaban se notaba en demasía.
Su gestión global fue ejemplar: integrando a jugadores jóvenes con una sabiduría fuera de toda duda, poco a poco, cuidándoles (Varane); con una ejemplar política de fichajes, conocedor de la situación de todo jugador interesante, consiguiendo fichajes baratos y revalorizando a otros que dejaron muchos millones en caja (Özil, Di María…), logrando una rentabilidad brutal; su firmeza en las decisiones, sentando estrellas o mandándolas a la grada sin contemplaciones cuando su rendimiento era bajo o lo consideraba oportuno (Ramos, Casillas, Cristiano Ronaldo…). Este último punto quizá está siendo el más negativo de Benítez.
A Mourinho se le ha recriminado hasta la mera existencia, exagerando hasta el paroxismo cualquier error, que los tuvo, o inventándolos o creándolos de la nada cuando faltaba material. Se le insultó, injurió, persiguió, faltó al respeto a diario, se acosó a su familia… Todo valía… Eso sí, esos despreciables medios callaban la incontable cantidad de gestos caballerosos y humanos que tuvo el portugués con jugadores, técnicos de equipos rivales o miembros del club, llámense Karanka o Chendo… O Herrerín, cuando le volvió a invitar junto a su familia a los viajes del equipo, como comentó la propia Carmen Colino.
Todos hemos visto y oído cómo Mourinho alabó a árbitros a pesar de habernos perjudicado, incluso en la derrota. Hemos visto y oído cómo reconocía en rueda de prensa errores y no merecer victorias. Hemos visto y oído reconocimientos al rival… Pero algunos sólo vieron las quejas, esas que hacían y hacen todos los rivales, porque convenía.
He perdido la cuenta de las cosas en las que Mourinho ha tenido razón, un no-madridista que se ha portado con la lealtad que le ha faltado a otros supuestos madridistas de cuna. Generoso, al contrario que otros que han crecido amamantados por el club de nuestros amores.
El Real Madrid parece haber perdido todo lo logrado con Mourinho. Nos siguen maltratando en la misma medida pero nadie nos defiende. Nadie en el Madrid ahora, institución o aficionados, parece percatarse de que lo que escandalizaba de los comportamientos o manifestaciones de Mou ahora no escandaliza con el resto. De nuevo una prostitución intelectual que sólo tiene respuesta desde webs como La Galerna.
Un equipo que ha perdido la competitividad, que internamente parece un caos por momentos y más vulnerable, a merced de los medios antimadridistas… Serían más motivos que justificarían su vuelta.
Eso sí, de volver, al portugués no se le puede volver a dejar solo en esta batalla. La institución en pleno debe ir todos a una. Presidente, portavoz, director deportivo, capitanes, jugadores… deben tener claro el mensaje y la misión.
Es evidente que no debe de ser fácil convivir con Mourinho en la derrota, pero también es evidente que esa personalidad es la mejor para un equipo de verdaderos profesionales, porque al portugués le da absolutamente igual la imagen que los demás tengan de él.
El mourinhismo trasciende la figura de Mourinho, que como persona es falible y comete errores, lógicamente. Se equivocó y equivocará en gestos y decisiones, incluso en omisiones, y más con su carácter vehemente. Se equivocará en muchas cosas, también en planteamientos futbolísticos, pero siendo el mejor entrenador del mundo se confundirá menos que la mayoría.
Lo que sí tiene vigencia eterna y concluyente es su filosofía, que no tiene merma y que devuelve la esencia de lo que siempre fue el madridismo. Esto sí que tiene poca discusión.
Regresemos por un momento a los paralelismos con Star Wars con los que iniciaba la primera parte de este artículo. La llegada de Mourinho fue como "el despertar de la Fuerza", de un mito del que la gente hablaba pero nadie parecía conocer su existencia, el de Bernabéu. Cuentos de viejas para recitar sobre tiempos pasados idealizados y perdidos que sólo tenían sentido en su inexistencia. Mourinho los despertó y creó la mayor perturbación en la Fuerza madridista que se recuerda. Indiferente para nadie. Alguien que conoce a la perfección el lado oscuro, porque estuvo allí, en Barcelona. Nuestro Darth Vader que hizo renacer al más grande maestro Jedi que creíamos perdido y que se hizo reconocible ante aquellos que no sólo conocían la historia, sino que la asumieron y entendieron.
Mourinho es un talento indiscutible y se encontró con un grupo de mediocres, que temerosos de que los demás vieran y descubrieran su mediocridad se dedicaron a intentar destruirle. No hay nada que ofenda más a los mediocres que les coloquen un espejo enfrente para que se reconozcan. Eso hizo Mourinho, y no se lo perdonan.
Me ha quedado un artículo largo, pero claro, uno ha oído muchas veces que Mourinho no hizo nada aquí, y por lo que veo deben equivocarse, porque hay bastantes cosas a todos los niveles que justifican que haya sido una de las más poderosas figuras del madridismo en las últimas décadas. Mourinho es un mal perdedor, lo que es bueno para el Real Madrid.
Siempre pensaré que José Mourinho es el entrenador ideal para el Real Madrid, el entrenador perfecto para nuestra institución, como lo pensaba de Capello. Con todo, y como Mourinho querría, ahora estoy con Benítez hasta final de temporada.
La sensación es que el articulo está escrito desde septiembre de 2013, esperando al momento "oportuno" para ello. La sensación que deja es de reescritura completamente subjetiva de la historia de esos años, pecando de la misma falta de ecuanimidad que los críticos con el portugués. Una idealización poco verosímil de la figura, porque aún está reciente lo que vimos muchos.
Puede ser un artículo "tramposo" en cuanto a idealización de Mourinho persona. Pero creo que la intención es hablar del Mourinhismo como pseudo filosofía. Y no puedo estar más de acuerdo con el autor. En su última parte dice apoyar a Benítez porque así lo exige esta manera de ver el fútbol. Y así debe de ser.
Ilumínenos, Don Lateral Preferente, con todo lo que "muchos vieron", por favor.
Usted estaba allí, como todos los demás. Y lo vio, otra cosa es que no se acuerde, Sir Galahad.
Habla, tiras la piedra y escondes la mano, Lateral preferente.
Me recuerdas a los insignes caballeros del teclado de la prensa "deportiva" patria.
Exacto. Yo vi, y recuerdo. Lo que no vi es lo que otros quisieron pintar.
Y a pesar de ello, no estoy de acuerdo, por una vez, con MrSambo.
Uno recuerda aquellos épicos tiempos, mira la mediocridad actual y sólo queda llorar. Antes, cada partido era un cantar de gesta, ahora es una sonrojante derrota . Antes nos temían, ahora nos desprecian y todo eso nos lo hemos ganado a pulso, por cobardes.
El único que nos hizo ser mejores....sin complejos y con valentía....volveré por estos lares
Gracias, Ibes. Espero que leyera también la primera parte, seguro que será de su gusto.
Por lo demás, no sé donde está la trampa o lo incierto, la verdad... 🙂
La trampa está, como hacen la mayor parte de medios de comunicación en sentido contrario, en glosar los aciertos y hurtar los errores. Porque, dentro de las tres temporadas de Mourinho, hubo también errores. Que, a diferencia de los elogios, se resuelven en el texto con un "claro que se equivocó, pero menos que otros...".
Con un poco de memoria, conviene recordar que el final de la tercera temporada de Mourinho recordaba bastante a esta frase: "Un equipo que ha perdido la competitividad, que internamente parece un caos por momentos y más vulnerable, a merced de los medios antimadridistas…". Porque aquel año, el Madrid naufragó en su propia tormenta, en gran parte debido al entrenador, que no supo manejar los problemas que se presentaron. Esto implica que no haya garantías de que fuera a mejorar lo que hay.
Pero, para la tesis general que apoyaba la vuelta del portugués, hay un problema mucho mayor: después de él, llegó un entrenador que consiguió más victorias en proporción, un título que nos pone brutos, y con el que el equipo marcó más goles y recibió menos; pero, con el que, sobre todo, el Madrid volvió a ser un equipo dominador del juego, con una etapa de victorias y fútbol incuestionables. Ancelotti, mal que le pese al mourinhismo, mejoró a Mourinho. El viejo truco de "se aprovechó del trabajo de Mou" no sirve: diseñó un equipo diferente, con un estilo diferente, e hizo mejor fútbol con él.
Puestos a ser sensatos, lo suyo no sería pedir que volviera Mourinho... sino Ancelotti.
Es indiscutible que Mourinho recuperó el espíritu competitivo que se había perdido. Que hizo reaccionar al club y al equipo. Que consiguió que el Madrid volviera al nivel en Europa que hacía años que no alcanzaba. Todo eso lo suscribo. Pero también es cierto que, en aras de su propio estilo, traicionó el del Real Madrid en muchos aspectos. Se entiende perfectamente que a los mourinhistas no les guste el himno tradicional del club y prefieran cualquier otro, ya sea el del Centenario o el de la Décima; porque algunas de las cosas que hizo Mourinho traicionaron lo que dice ese himno que, de una forma u otra, ha definido al Madrid como institución deportiva desde hace más de 60 años. No hablo de señorío en términos abstractos; hablo de comportamientos deportivos, de ir a un campo, ganar 0-5 y recibir admiración en vez de generar odio. Hasta en esto le superó Ancelotti.
Contémoslo todo, y será más creíble ¿no le parece, Mr. Sambo?
Un saludo.
Qué bien escribes cariño!! Pero por qué será que no quieres volver conmigo!
No, porque lo errores lo reconozco, pero el artículo versa de los motivos por los que DEBERÍA venir. Cuando uno escriba los motivos por los que NO debería venir, tendrá que incidir en ello. Se pierde usted en el motivo del artículo, que es claro desde el título.
Citar el dedo en el ojo se ha citado ya en muchos lugares y la campaña ha ido en una única dirección, y en este artículo, reitero, se menciona que hubo errores de todo tipo, que particularmente no me parecen reseñables ni suficientes para cambiar la opinión personal del artículo. Creo que es fácil de entender. Es decir, no se trata de un artículo documental. Eso sí, espero que leyera las dos partes 🙂
Un saludo.
Lo del "naufragio" de la tercera temporada también está explicado en los dos artículos. Es respetable que no comparta la opinión, pero permítame que le recuerde que está explicado, quizá se le pasó o no lo entendió.
En lo del himno y tal creo que ya pierde un tanto el norte, pero se agradece el comentario 🙂
No, hombre, el motivo del artículo me queda claro. Lo que es mejorable es el tratar de señalar los errores y proponer las medidas preventivas necesarias para que no se volvieran a repetir. Cortar cabezas de jugadores emblemáticos o darle poder absoluto a Mou son ejemplos que, implícitamente, invitan a pensar que no cometió error alguno, y que el fracaso final fue responsabilidad -como SIEMPRE suele ocurrir hablando de Mourinho- de otros. Es ése, probablemente, el principal punto débil del mourinhismo, que aparece asociado a la posición que sus defensores mantienen a día de hoy: una especie de paranoia del buen madridista, que implica presentarse como víctima de todo lo que le rodea: árbitros, periodistas, rivales, aficionados críticos, directivos y cualquier otro que no pase por el aro. Lo cual acabó derivando en un enfrentamiento continuo con el resto del mundo, que no condujo a nada salvo al aislamiento y la autodestrucción: Essien de lateral derecho en la final de Copa contra el Atlético es un buen ejemplo de autodestrucción.
Es una cuestión meramente perceptiva, pero el año siguiente de irse Mourinho, y al otro, esa sensación se había reducido. Teníamos más rivales que enemigos, y menos ruido ambiental: lo que dijeran los medios nos importaba bastante menos. Condiciones que ayudan bastante a centrarse en lo que hay que hacer, por ejemplo a los jugadores.
Lo del himno, créame, no es perder el norte. No tener en cuenta los valores (no valors: valores) que destila esa letra supone traicionar los principios del madridismo, y eso sí es perder el norte... al menos, el nuestro como madridistas...
Un saludo.
PD.: Claro que me había leído la primera parte, también; esperaba a ver cómo iba la segunda... 🙂 .
Me alegra que lo leyera entero, muchas gracias 🙂
Insiste usted en que escriba de lo que usted quiere que escriba en vez de lo que yo quiero escribir. Sigue dejándome estupefacto que critique que un artículo destinado exclusivamente a los ASPECTOS POSITIVOS de una posible vuelta de Mourinho en base, especialmente, a su paso por el club, hable, precisamente, de los ASPECTOS POSITIVOS que tendría una vuelta de Mourinho jajaja.
Quizá es que no le quedó tan claro como usted cree, no sé.
Se equivoca de nuevo, sí se reconocen errores, y él reconoció errores. Falta a la verdad en eso o quizá no se informó. Si quiere un artículo crítico con Mourinho tendrá que buscar otro autor o uno que verse, precisamente, de los aspectos negativos que podría tener su vuelta. He incidido en que esos errores que cometió, como cometen todos, no me llevan ni por un segundo a pensar que su vuelta no sea recomendable, pero esto, nuevamente, está explicado en el artículo.
No sé en qué ha ofendido a los valores del Real Madrid Mourinho, porque he explicado en qué consistían los valores tradicionales. Tanto él, como Bernabéu, como Juanito… han cometido errores, pero sus filosofías, por encima de sus personas, y su legado son lo verdaderamente importante, aspecto que también está explicado en el artículo.
En cuanto a las perspectivas que usted tenga me parecen respetables, como lo es que no esté de acuerdo en lo expuesto, otra cosa es que siga apelando a que escriba de lo que no trata el artículo. Valore negativamente a Mourinho si quiere, dé más importancia a los aspectos que usted considere problemáticos de la venida del portugués, pero este artículo trata de lo positivo.
Nos odian de igual forma, antes, durante y después de Mourinho, no saber esto es estar un tanto cegado. Las mismas agresiones a autobuses y los mismos chillidos. Ancelotti tuvo paz mientras ganó, luego… Año en blanco.
Usted mismo reconoce que Mourinho devolvió la competitividad al club, por tanto lo situó en disposición de alcanzar la Décima o muchos títulos distintos, no sé donde puede estar aquí la divergencia, porque es lo que se ha expuesto, nuevamente, en el artículo. Lo mismo con lo de sentirse víctima por arbitrajes etc, es que también está explicado jeje.
Estoy viendo que todo lo que ha comentado ya está respondido en el artículo, quizá no he sabido transmitirlo bien o necesitaría una lectura más sosegada y desde el punto de vista mencionado. Mejor me remito de nuevo a él para no entrar en un bucle.
Un saludo y gracias por comentar 🙂
Creo que por los motivos que sean, no se ha entendido o no se ha querido entender el sentido de este artículo. Es evidente, al menos para mí que el objetivo de este artículo versa precisamente en las ventajas que tendría la vuelta de Mourinho al club, tanto estructurales como futbolísticas. Buscar otro significado, es cuanto menos equivocado. Y mucho más sorprendente es que se relacione a Ancelotti con Mourinho, uno en las antípodas del otro.