Un jugador, una canción
Nacho - Overkill
Preguntado sobre quién es en su opinión el mejor jugador del Madrid, nadie responderá de primeras que cree que es Nacho, igual que es prácticamente imposible encontrar a una persona que, ante la pregunta sobre la mejor banda de rock, responda que Motörhead, y Motörhead es Lemmy Kilmister. Igual que con Nacho, en el momento que mencionas su nombre, la única reacción que te vas a encontrar es una que no distará demasiado de “¡es verdad, qué grande!” o cualquier expresión pareja de genuino cariño. Tanto los madridistas como aquellos a los que nos gusta el rock and roll asumimos que Nacho y Motörhead siempre han estado, están y estarán allí, aún a pesar de que no son lo primero de lo que normalmente tiramos, haciendo lo que saben hacer, y muy bien, por cierto, en ambos casos. Al igual que Nacho, Lemmy no sólo siempre cumplía, sino que de él se dice que siempre lo dio todo. Motörhead y Nacho han sobrevivido modas y épocas de todo pelaje, temporadas galácticas y temporadas de travesías por el desierto, y pese a no estar casi nunca en los titulares, siempre han tenido su hueco tanto en ese segundo escalón como en el corazón de todos los fans. Es más, los que tenemos camisetas del Madrid, deberíamos tener una con ese dorsal 6 igual que todos los rockeros de buena voluntad tenemos o hemos tenido por lo menos una camiseta de Motörhead.
Lemmy y Nacho son, por oposición, un nexo generacional. Nacho sería lo que una madre siempre quiere que su hijo sea. Buen chico, cumplidor, educado, con buena planta, trabajador. No se entrega a coqueterías que en alguien que no pertenezca a la plantilla del Real Madrid se consideran mamarrachadas. Es más, y ahora mismo escribe mi envidia, por si lo anterior fuera poco, el tipo tiene pelazo y lo luce sin estridencias ni cortes de pelo que, en palabras de mi padre, parecen el culo de una centolla. Lemmy en cambio es lo que todos hemos querido ser que podía horrorizar a nuestras madres: estrella de rock macarra, feo, desdentado, de voz rasposa, con dos verrugas del tamaño de pomelos en su mejilla izquierda, patillas unidas a su bigote y personificación absoluta del viejo y manido "sexo, drogas y rock and roll"; en definitiva, lo que se ha dado en denominar toda una alhaja. Pues este señor, siempre agarrado a un bajo Rickenbacker que apenas sabía tocar y que en el fondo usaba como si fuera otra guitarra eléctrica, logra poner de acuerdo a toda la comunidad rockera: era un grande. Da igual que toques en una banda que llena estadios o rasques en tu dormitorio una guitarra eléctrica mientras miras con desdén el erial que es el actual panorama musical, ser la personalidad más respetada del metal y que Metallica o Foo Fighters se rindan a tus pies de manera incondicional y te mencionen siempre como referencia es algo solamente reservado a los grandes y, no nos engañemos, Lemmy lo es, además de un tipo culto en extremo, obsesivo coleccionista de artículos de la Segunda Guerra Mundial, así como un ingenioso y audaz hombre de negocios.
El tema que dejo por aquí no va a ser su manido Ace of Spades, su éxito más conocido, sino que prefiero otro casi igual de famoso, semejante al mencionado pero, y esto es una impresión personal, con un filo extra y anterior, el primer tema de su segundo disco homónimo: Overkill . Rock and roll descarnado, sencillo y directo a la yugular, sin tonterías ni concesiones. Motörhead en una palabra.
Un jugador, una canción
1-Sergio Ramos – Dazed and confused
2-Karim Benzema – Aint’t that a kick in the head?
3-Luka Modric – Dark Side of the Moon
4-Lucas Vázquez – Neon
5-Raphaël Varane -Suck my kiss
6-Rodrygo Goes – Shout it out loud
7-Toni Kroos – Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band
8-Gareth Bale - Master Of Puppets
9-Nacho - Overkill
10-Isco - Dance of Eternity
11-Valverde -The Trooper
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos