El Real Madrid se ha hecho con los servicios de Joselu en calidad de cedido por una temporada. El jugador gallego que llegó a militar en el Castilla y debutó con el cuadro blanco en la 2010-2011, es propiedad del RCD Espanyol con el que bajó a Segunda en esta pasada temporada 2022-2023. Buceando en la larga historia del conjunto merengue, existen otros dos casos en los que el Real Madrid fichó al delantero centro de un equipo que descendió a la categoría de plata.
El primero de ellos es Emilio Morollón, que en el verano de 1964 pertenecía al Real Valladolid. El cuadro de Pucela fue en aquella época un conjunto de los llamados ascensor que subía y bajaba con relativa frecuencia. En el curso 1963-1964 le tocó el agrio momento de regresar a la categoría de plata del fútbol español dos años después de ascender.
Morollón era un punta bien considerado en el panorama nacional tras ser el máximo realizador de la Segunda división en 1959 y alcanzar la estimable cifra de 20 dianas en Primera en la campaña 1962-1963, curso en el que logró debutar con la selección española. En verano de 1963, además, estuvo muy cerca de marcharse a jugar a la Lazio, que estaba entrenada por Juan Carlos Lorenzo, el cual pidió su fichaje a la directiva de la escuadra italiana.
Nacido en Madrid el 23 de julio de 1937, Morollón era un delantero liviano, rápido, muy luchador y escurridizo. Un nueve de los llamados de área, con un remate fácil y un espléndido olfato goleador. Su fichaje coincidió con la tormentosa salida de Di Stéfano y en la prensa se le llegó a etiquetar como el sustituto de ‘La Saeta Rubia’ en el Real Madrid.
El club blanco se lanzó a por su fichaje en el mes de julio y ganó la partida a otros equipos muy interesados en el jugador capitalino, como el Real Betis, el RCD Español y el Málaga. La oferta de los malacitanos a Morollón era muy cuantiosa y superior económicamente a la merengue, pero la rechazó porque “fichar por el Real Madrid es un sueño precioso y consuma dos ambiciones: jugar en él y volver a ser internacional”. La operación entre vallisoletanos y madridistas se cerró en un montante de un millón y medio de pesetas más las cesiones de Juanito y Conesa al cuadro pucelano.
En rueda de prensa, Morollón declaró que “es difícil jugar en un equipo como el Madrid. Pero yo he ido consciente de esa dificultad y con mucha confianza en mis fuerzas. Creo que puedo triunfar y lo voy a intentar con toda mi ilusión”. Añadió que su contrato era por dos temporadas y que iba al club blanco “esencialmente por recuperar el prestigio internacional que he tenido. Nunca hubiera encontrado un equipo mejor en ese aspecto”.
El ariete permaneció una temporada en la disciplina merengue sin demasiada fortuna y al comienzo de la siguiente se marchó al Sabadell. No cuajó en el equipo de Muñoz y tuvo un bagaje de ocho amistosos y un partido oficial. Consiguió cuatro tantos, ante el FAR Rabat, Reus Deportivo, Albacete y en el choque liguero de la jornada 8 de la temporada 1964-1965 ante el Real Betis.
En la larga historia del conjunto merengue, existen otros dos casos en los que el Real Madrid fichó al delantero centro de un equipo que descendió a la categoría de plata: Morollón y Veloso
El segundo caso fue el de José Luis Veloso, fichado un año más tarde. El delantero militaba en el Deportivo de la Coruña, que bajó de categoría en la temporada 1964-1965 al ocupar el farolillo rojo en la tabla de Primera.
Veloso era un delantero centro que también podía ocupar el puesto de extremo derecho. Un futbolista veloz, oportunista, habilidoso y con la finta como gran característica. Tenía un cañón en cada pierna, se desmarcaba al límite del fuera de juego, caía a las bandas y siempre jugaba con gran ardor y energía. De cara a gol poseía instinto buscando el remate desde cualquier posición.
Nacido en Santiago de Compostela el 23 de marzo de 1937 se hizo jugador en el Santiago, el Turista de Vigo y el Depor. En una trayectoria muy parecida a la de Morollón, fue máximo artillero en Segunda y también consiguió la internacionalidad con la selección española en 1962. El Depor, como el Real Valladolid, fue un equipo que a principios de la década de los 60 subió y bajó en varias ocasiones sin lograr una estabilidad en la élite del fútbol nacional.
A Veloso, el Real Madrid lo conocía de tiempo atrás, puesto que cuando ficharon a Amancio, el compostelano formaba frente ofensivo con ‘El Brujo’. Su progresión fue seguida por el staff técnico del equipo madridista, que aprovechando el descenso del conjunto blanquiazul vio la oportunidad de incorporarlo a la plantilla.
En las primeras informaciones acerca del traspaso se llegó a hablar de incluir a Morollón en la operación, pero esta opción fue rápidamente desechada. Luego, apareció el interés del Barça, aunque el propio Veloso se encargó de desmentirlo cuando firmó por los blancos. Mientras tanto, Amancio también conversó con ‘Pueblo’ sobre la posible incorporación de su excompañero declarando que “sería estupendo. La delantera madridista ganaría fuerza y tiro. Estoy seguro. Veloso solo tiene 27 años y rodeado de buenos jugadores haría diabluras. Mi opinión es que sigue siendo el mejor ariete de España”.
A principios de julio viajó el gerente madridista Antonio Calderón a A Coruña para negociar con Antonio González, el presidente del Depor. En ‘Pueblo’ se hablaba de que estaba virtualmente hecho y que el Real Madrid pagaría cuatro millones de pesetas y tres jugadores, Gullón del Rayo, Pipi Suárez en propiedad y otro a elegir.
El jugador viajó a la capital junto al presidente del equipo coruñés para el reconocimiento médico y terminar de cerrar algunos flecos pendientes. Sin embargo, todo se retrasó unos días y se llegó a publicar que el Barça volvía a la carga por el delantero enviando a los directivos Tamburini y Piera a A Coruña. Finalmente, a mediados del mes de julio, Veloso estampó su firma como jugador merengue por tres temporadas. A cambio, el Real Madrid pagó una cifra de dinero no especificada y traspasaba al conjunto blanquiazul a Ramón Gullón y Santos Bedoya.
El delantero santiagués confesó que “me da igual jugar en un puesto o en otro. ¡Como si me ponen a picar entradas en la puerta! Me gustaba venir… y nada más”. Muy ilusionado por su fichaje afirmó que “esta es la oportunidad de mi vida” y que “si supiera que no iba a triunfar en el Real Madrid, no hubiera venido”.
Su rendimiento fue mucho mejor que el de Morollón y siempre cumplió pese a que tampoco se consolidó regularmente en el once debido a la competencia de Grosso en la punta o Serena en la banda derecha. El delantero gallego permaneció cuatro campañas con un bagaje de 41 partidos oficiales y 20 goles. El más celebre fue el anotado ante el Ajax en la prórroga de los 1/16 de final de la Copa de Europa en 1967 que dio el pase al cuadro de Miguel Muñoz a 1/8. Ganó tres Ligas y una Copa de Europa y su mejor campaña fue la 1966-1967, en la que actuó en 20 partidos entre todas las competiciones. Una vez acabada la campaña 1968-1969 se marchó a las filas del Orense.
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