Se puede decir que hoy el Madrid es una sombra gigantesca que se cierne sobre sus rivales. Y no sólo sobre los que están en el campo. Esto es una leyenda que se escribe en este tiempo. Y olvidémonos del autoproclamado, como si lo hubieran hecho en un sketch de Benny Hill, “el mejor periodismo del mundo”. Él no lo escribe. “El mejor periodismo del mundo”, esa Baby Jane, no dice eso sino todo lo contrario a pesar de todo. Tiene que ser duro creer ser todavía Baby Jane y descubrir a una anciana enloquecida en el espejo que te han puesto delante. Ese espejo se multiplica en otros, deformantes, y lo que queda es en realidad una atracción de feria. La típica atracción de feria a la que nadie acude pero que siempre está presente. La atracción centenaria, en algunos casos, que tuvo éxito en los ochenta o noventa y ahí permanece. Como esa garra metálica que desciende dentro de una jaula, previa introducción de una moneda, para capturar un peluche que se acaba escurriendo mientras en la Copa de Europa juega la Juventus contra el Real Madrid.
De esa sombra gigantesca, lo que acaba aterrizando siempre es el golpe golpe sonoro y verdadero de Cristiano. El extremo de la cola del monstruo madridista que actúa a modo de látigo implacable. Cristiano es ese jugador hermosamente chamartinizado que ascendió ayer de un salto hasta el monolito de Chimney Rock para convertir en efímera y eterna belleza toda la vulgaridad de una cosa tan atlética como una chilena. En Chimney Rock le escribió Scott Fitzgerald a Zelda un cuento titulado: “Moriría por ti”. Ninguna revista le compró a Scott ese cuento porque en él rondaba la idea constante del suicidio. La gente se tiraba desde el peñasco de Chimney Rock como aquella actriz, Peg Entwistle, saltó desde la cima de la H en el símbolo de Hollywood. Yo desde lo alto del monumento de Cristiano, allí donde se produjo el choque de su bota con el balón (a dos metros y veintitrés centímetros del suelo), también he visto suicidios. He visto algunos de los “mejores periodistas del mundo” lanzarse desde allí arriba igual que la desdichada Peg; y me temo que, en las próximas horas, y días, quizá meses, asistamos a una fiebre de inconscientes y naturales despeñamientos materializados en esos espejos deformantes o la atracción de feria a la que ya nadie acude por falaz y obsoleta.
Antes de que este extraordinario (no por ello imprevisible) fenómeno diera comienzo, la simple aparición de Cristiano, como sucede en todos los estadios del mundo, provocaba, debido a las falacias extendidas por “el mejor periodismo del mundo”, la habitual ira furibunda de la masa. Cualquiera diría que cada gol de Cristiano es su propia voz clamando contra la injusticia. Una vez. Y otra vez. Es como si Cristiano nunca se rindiera y como si con cada gol lograra estar más cerca del final de la locura orquestada a su alrededor. Imagínese después de lo de ayer. Cristiano es un searcher fordiano del que nos han hecho creer que todo ese desprecio se lo tiene merecido por nada. Esa chilena en el Juventus Stadium, como si hubieran traído hasta Turín el monolito de Chimney Rock para conmemorar el momento, es la cumbre de una ascensión gloriosa. Casi eterna. La elevación a los cielos esforzada y vertiginosa (tantas veces errada en el intento y burlada por la turba) que no acaba en un gol memorable sino en el aplauso unánime y acongojante de cuarenta mil personas hostiles rendidas de pronto y correspondidas por la emocionante reverencia del ídolo: el triunfo definitivo de Cristiano.
Mario, esto sólo terminará con una final de Shempions Madrid-Farsa, y marcando Cris un doblete y Leo...secado por Mateo. Bueno, creo que ni aún así.
Pobre Baby Jane....dicho esto, no me imagino, Mario, a ningún periodista patrio suicidándose simbólicamente por causa de Cristiano....el delito de nuestra estrella es jugar en el Madrid..no se lo van a reconocer salvo dos o tres gatos que anoche les daba vergüenza no hacerlo...fue por pudor más que por deseo o convencimiento...y de manera puntual....otros ni eso...
Saludos
Cuanto más RABIAN l@s periodistas contra cualquiera de los nuestros, más FELIZ estoy y MEJOR lo paso yo.
El GOLAZO de chilena de Cristiano (que "tampoco ha sido para tanto", según nos cuenta El Jardiner, jajaja) se les va a quedar "dentro de sus porterías" para los restos.
Anda y que les den a tod@s.
¡¡¡HALA MADRID Y NADA MÁS!!!