El empeño sigue siendo notable, y los resultados no podrían ser más halagüeños. Al desaliento ocasional de hace medio año se han seguido meses de constante mejora en la robustez de casi todos y cada uno, cosa infrecuente en competiciones de regularidad como la Liga, donde la mayoría llega medio asfixiada.
Hoy y otros días cabe lamentar, por ejemplo, la cantidad de pases fallados por Casemiro, Kroos y Modric, o las ocasiones marradas por Vinicius o Benzema, que habrían permitido no esperar al minuto 79; pero la perfección es cosa reservada a los dioses, y además de ganar sin pausa el Real regala cada partido seis o siete jugadas memorables, que a fin de cuentas son la esencia de este y otros deportes de conjunto. Pocos equipos han automatizado tanto la destrucción de juego ajeno como el Getafe, que por eso aspira a Europa, aunque a pesar de la presión ejercida por los azules los merengues supieron irse imponiendo desde finales del primer tiempo, y acabaron haciendo filigranas a lo largo del segundo.
Bien fajándose o aplicando la finura del estilista, este Madrid acierta a lograr lo que persigue sin sombra de cansancio, con un envidiable estado de forma física, y sencillamente merece estar a cuatro puntos del Barça con el gol average a su favor. La diferencia no invita a dormirse sobre los laureles; pero permite empatar un par de veces, o perder un partido, todo ello en el improbable caso de que su rival lo ganase todo.
El mejor jugador del partido fue a mi juicio Carvajal, que aprovechó el pase de Benzema para plantarse en el área con tres toques magistrales, capaces de ponerle en franquía el quiebro generador del penalti. Ramos remató la faena en gran estilo, volviendo a tirarlo de modo imparable, cuando tenemos fresco aun el misil a la cruceta del otro día, aquella vez desde fuera del área. Ya es el mejor defensa español de todos tiempos, y a saber qué nuevas hazañas concretas le depara el destino.
El mejor jugador del partido fue a mi juicio Carvajal, que aprovechó el pase de Benzema para plantarse en el área con tres toques magistrales, capaces de ponerle en franquía el quiebro generador del penalti.
Courtois volvió a revelarse inexpugnable, aunque con los pies siga siendo muy deficiente, como si no entrenara esa faceta del juego; y Mendy alternó luces con sombras, lo mismo dando a Vinicius un pase de gol sí o sí que permitiéndose jugadas propias de Messi, unas veces culminadas por el éxito y otras no. Se diría un gran antílope, con fuerza y agilidad muy superior a cualesquiera depredadores, y aunque a veces la audacia le pierda comprendo que ose lo inverosímil, porque así crecen los grandes jugadores.
Vi a Valverde francamente mejorado, y buenas sensaciones provocó la aparición de Asensio por la izquierda, con Rodrygo por la derecha. El jovencísimo brasileño ha cogido corpulencia, que era su asignatura pendiente, y bien podría ser muy útil de aquí a final de la temporada. El mallorquín se coló un par de veces, terminadas con excelentes pases, y es otro jugador exquisito de la larga plantilla. En definitiva, las tres sustituciones decididas por Zidane le dieron alas al Real, y me parece que Militao aprobó con nota alta suplir a Varane, nada menos.
Viento en popa y a toda vela, aunque sea ganando por diferencias cortas.
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Mono de faena, sí, traje de gala...
Lo siento, don Antonio pero, según la RAE, en español, se debe escribir golaveraje. Todo junto y con jota. Si se opta por el inglés, es goal average. Pero, gol average, no es correcto.
Un saludo.