Mitología muy propia

Sí, Zizou, se puede decir "de puta madre". No ya por ser una expresión tan gráfica que hace difícil que los muchachos de la prensa insistan buscando una aclaración más contundente, sino también por aquello de que el amor bien entendido -y hoy es día de los enamorados- empieza por uno mismo. Vamos listos si a estas alturas nos ponemos políticamente correctos y nos dejamos llevar por esa sosería que dice "no soy yo quién para valorar estas cosas; eso es trabajo de la prensa". Vade retro. No hace falta ser portanalista para saber de sobra que tal paso atrás en la opinión nos aboca como poco a la melancolía y con más frecuencia al cabreo de un trato injusto. Así que, ¿cómo está Cristiano? De puta madre, que ya yo, puertas para dentro, iré haciendo análisis más ponderados, extensos y matizados que no voy a compartir con los mercaderes del templo.

Y Cristiano protagoniza la portada de Marca. Su doblete lo merece y también su estupendo partido, goles aparte. Ya lleva la nadería de 21 goles en Liga, en lo que supone el declive más contrafáctico que el ojo humano haya visto. "Los muertos que vos matáis gozan de buena salud", que decía el Tenorio (don Juan, que no Paul, aunque seguro que nuestro colaborador está de acuerdo con la aplicación del clásico a la figura de Cristiano).

Dicho esto, y tal como destaca la crónica del partido que borda Mario De Las Heras, también James merece ser figura de portada, y también Kroos, y también Modric, siempre Modric. ¿Para cuándo un periódico que se decida a ser plenamente coherente con el acontecer de la noticia y en consecuencia saque siempre a Lukita en sus portadas, una tras otra hasta su -lejanísima, por favor- retirada del fútbol, y aun más allá? Un periódico para Luka, no por idolatría o fanatismo, sino por el simple hecho de que cuando juega el croata, la noticia está de su lado, él la provoca, la completa y hasta la adorna.

"Listos para la Champions", titula Marca, y eso queremos pensar, aunque sabemos bien que esa es otra historia, precisamente esa historia por hacer que canta el himno de la Décima, ese trofeo que fue necesario ganar para optar este año a la Undécima con todas las garantías que proporciona la aritmética. A por ella, muchachos, sobreponiéndonos a ciertas dudas que parece despertar nuestra defensa, a algunos titubeos en los partidos fuera del Bernabéu y a las reservas de Quillo Barrios.

"Cristiano no admite dudas", dice sin ambages el titular de As, y ya nos disculparán si fruncimos un poco el ceño aunque sea domingo y supuestamente debamos dejar descansar nuestra suspicacia. Como avezados sabuesos de la noticia vamos al siempre docto editorial de Relaño y nos encontramos con elogios desmedidos al portugués y al Madrid en general, en un alarde de lecherismo centralista que haría avergonzarse al mismísimo don Santiago. "Cristiano marcó pronto en una acción muy propia"; fin del elogio de Relaño hacia el que supuestamente "no admite dudas". Sí, queridos galernautas, el golazo que hizo Ronaldo en el minuto 3 del partido contra el Athletic se agota diciendo que fue "una acción muy propia". Gracias, Alfredo. Menos mal que tenemos abuela y, para los que no, menos mal que tenemos a Zidane y su "de puta madre". Pero no crean que el editorial abandona aquí su invitación a la fiesta del madridismo, qué va. El gol de James, el formidable golpeo de James, merece en el texto de Relaño la siguiente desmesura: "James hizo el 2-1 cuando peor lo estaban pasando los suyos". Qué alarde de calificativos, qué demostración de estima... qué vara de medir más cuestionable.

Para que el jolgorio ya sea completo, el diario As y también el editorial de su director se apoya en un asunto impugnable que ya Antonio Valderrama (@Fantantonio) desbarató para los lectores de La Galerna: la pegada. "Mandó la implacable pegada del Madrid", dice As; "La pegada del Madrid derrota a un buen Athletic", opina Marca. Conste que estamos de acuerdo en que efectivamente el equipo de Valverde hizo un buen partido en el Bernabéu, pero no estaría mal empezar a actualizar tópicos y atreverse a decir que el Madrid está jugando bien y hasta muy bien al fútbol, mucho más allá de ese manido mito de la pegada que tal vez quepa comenzar a atribuir más al Barcelona, cuyo juego, por el contrario, está dejando mucho que desear en las últimas fechas. Tal vez cuesta mucho ponerse a la tarea de analizar la realidad más allá de las anquilosadas ideas preconcebidas, pero nos tenían dicho que esa tarea era no solo la del historiador, el filósofo y el sociólogo, sino también la del periodista, en el caso de que alguno se dé por aludido y quiera cumplir con los preceptos de su profesión.

Una posible prueba de que el entorno culé, aun sin reconocerlo, acoge con agrado la pegada está en sus portadas deportivas, no solo en las de hoy, sino prácticamante en todas desde lo que nos parece el siglo V antes de Cristo, época de Platón, avezado discípulo de Pep.

Messi, Neymar y Suárez. Suárez, Messi y Neymar. Neymar, Suárez y Messi. Así hasta la saciedad, en la mayor de las redundancias que el ojo humano pueda asimilar (¿Se imaginan un tratamiento de choque a lo naranja mecánica con la condena de ver sin pausa portadas de Sportivo?). El gol por encima de todo. Ellos, que eran maestros de estética y no de matemáticas, se apuntan también al relato de la pegada madridista ("Los leones ponen el juego y los blancos, la pegada", dice Mundo Deportivo) mientras no parecen capaces de ver con cierta objetividad sus últimos partidos, sostenidos por la notabe capacidad goleadora de sus tres atacantes y por muy poco más.

Pero, claro, ya se sabe que en los mitos se descansa y que con ellos se duerme tranquilo. Nada más hay que pensar ni analizar si el mito proporciona el fármaco de la respuesta acabada. Como diría Relaño, tal actitud es "muy propia" del entorno blaugrana y de nuestra siempre estimulante prensa deportiva.