La buena noticia es que siguen llegando medallas olímpicas para España en los Juegos Olímpicos. La mala es que la selección de baloncesto no pudo -como era previsible- con los portentos de USA, quienes sin embargo se encontraron con el partido más difícil del torneo y solo pudieron pasar a la final por apenas seis puntos de diferencia. Horas antes había ganado el oro en bádminton Carolina Marín, cuyos gritos de ánimo, cuyas explosiones de ímpetu, cuyos soliloquios de estímulo reconocemos que nos subían la adrenalina y a la vez nos daban cierto desasosiego. Bravo por Carolina, campeona ya de todo lo posible en su deporte, pero reconocemos que alguna tila tuvimos que tomarnos tras su partido, y no solo por la emoción que este nos dejó.
Ahí la tienen, en dos momentos igualmente emotivos de su celebración, el primero más sentido de las lágrimas tras el esfuerzo, el segundo más feliz tras el aire limpísimo que han dejado las lágrimas. Especialmente notable nos parece la foto de la portada de Marca, icónica, íntima en su elocuente primerísimo plano. En ella Carolina ya no grita, sino que se recoge, se ensimisma, respira hondo y mira al cielo. Ha ganado, y ganar es algo que, en el fondo y por fortuna, no pueden reflejar las cámaras, sino solo atisbar, sugerir, dar a entender para el que sepa entender y en consecuencia sea inteligente para mirar en silencio.
Dejemos pues a Carolina con el secreto de su victoria en el pecho y fijémonos en Nacho, ese polivalente defensa al que se le va poniendo cara de veterano a cada partido que juega. Dice el canterano desde la portada de Marca que "hay una espinita con la Liga" y ya decíamos ayer que sí que la había, que aunque queremos de nuevo -siempre- la Copa de Europa (y también la de España, y lo que se tercie), ya va siendo hora de volver a querer de nuevo la Liga. Sabemos de sobra que en la vida no siempre querer es poder, pero también sabemos que el Madrid -y más con Keylor en la portería- no es vida, sino pura vida, y ese plus invita a que los deseos se cumplan si es que de verdad se desean con ahínco. Así que válganos la espina reconocida por Nacho como acicate, válganos el reconocimiento de un hueco como estímulo y llenémoslo esta temporada mejor que la siguiente. A decir de As, Bale viene con ganas -as usual-, el galés parece haber llegado de la Eurocopa a pinón fijo y queriendo más, pudiendo más. No le hagamos un feo al único tipo sobre la faz de la Tierra capaz de recuperarse de una hernia a fuerza de no parar de seguir corriendo y corriendo. Sigamos el ritmo vertiginoso del único tipo que, sin parar de hacer cosas elogiables desde el primer día, sigue esperando recibir dichos elogios. Por nosotros no va a quedar.
Tal vez sea verdad eso de que los elogios adormilan y que los parabienes adocenan, pero más bien creemos en la razón del equilibrio, aunque solo sea para no caer ni en la modorra autocomplaciente que suele engalanar cual feria las portadas deportivas catalanas ni en el reverso tenebroso hipercrítico de sus homólogas madrileñas, tantas veces lápidas para alguien que no ha muerto.
Por lo tanto, pura vida para esta Liga, queridos galernautas. No una de celofán y algodón de azúcar tan del gusto hiperglucémico de Sportivo, pero sí una de ilusión, empuje, determinación, talento y victoria, una que dé pie a imágenes como la ya reseñada de Carolina Marín, una en la que Bale reciba ni más ni menos que lo que (siempre) merece, una en la que tiremos de la espina de Nacho para que incluso el Cholo sepa entender y en consecuencia sea inteligente para mirar en silencio.
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3 comentarios en: Mirar en silencio
Hablando del partido de "semis"de baloncesto,se insiste mucho,en la prensa,al referirse al equipo americano,del DREAN TEAN.Pero señores,esto no es ningun D.T.,este equipo que han traido a las olimpiadas,no es ni el equipo B.
Si EE.UU.trae el equipo A,los resultados serian de escandalo.Hay una diferencia insalvable y sobre todo,en la condicion fisica,parecen,el resto,juveniles contra senior.baybay......
Físicamente son un portento, no hay comparación posible. Pero no se ha hecho el ridículo en absoluto y hemos dado buena imagen. Fue una pena los dos primeros partidos. Aun así, enhorabuena a la selección y un gran chapeau a Carolina Marin, Eva Calvo y Joel González
lo que da un poco de rabia es que era una gran ocasión porque era uno de los combinados más asequibles de los últimos tiempos, eran más ganables si los nuestros están acertados. 😉
Pero es cierto que en la NBA te puedes hacer 3 equipos de estadounidenses que lucharían por el oro del gran poderío que tienen.