Los croatillas juegan mañana la primera semifinal del Mundial. Su segunda en cuatro años: envidia cochina. Un país de cuatro millones de habitantes. Descuenten el sexo femenino, señores mayores, niños, bebés, árboles, buzones… ¿Cuánto paisano puede ser reclutado para su selección absoluta masculina de fútbol? Sólo un puñao. Pues ya ven.
En España tenemos más personal seleccionable, pero ningún Modric. Bueno, no sé si de haber nacido en Torrelavega le hubiésemos convocado. ¿Sería Luka soldado de Luis Enrique? Chi lo sa, diría Carletto. Nacer con talento y acabar siendo genio no es frecuente. Y talento, genio y soldado a un tiempo, ¡uff!
¿Sería Luka Modric soldado de Luis Enrique? Chi lo sa, diría Carletto
Yo voy con él, con Croacia, pero es verdad que los semifinalistas de este Mundial ful tienen su gracia y cualquier desenlace es posible. Y a quien Dios se la de... Ver a Marruecos campeón sería la locura. ¡Tíos que sólo defienden! ¡Jaaaaaaaja! Nunca les podremos agradecer haber sacado de quicio a tanto listo.
Si campeón lo es Francia, Mbappé, y otros, sumarían dos títulos y quedarían a uno de O Rei Pelé. Nadie repitió desde Brasil 1958-1962. Ha llovido. Tchouaméni me recuerda a Zidane. Este necesitó cuatro meses dirigiendo al Madrid para ser campeón de Europa y aquel un mes para ser supercampeón continental y con tres más lo sería del mundo. Cosas.
Me paro en Francia: escucho que a su Deschamps le fue bien perder a Benzema. Y lo justifican contando que el hombre es más feliz con un 9 clásico, Giroud, que con el Balón de Oro. Es una suposición, pero como el fútbol es un porro… quizá es verdad.
Es decir: en la Copa Davis, a España le iría mejor sin Nadal. En las finales de la NBA, el equipo de Curry sería mejor sin él. En un Eurobasket, Eslovenia resultaría imparable sin Doncic. Y puesto que en ese país estamos, mejor ir a un Mundial de ciclismo sin Pogacar. Y si tampoco está Roglic, fiesta mayor. En los Juegos de París, nuestro bádminton que no llame a Carolina Marín. Y en taekwondo, Adriana Cerezo que se quede en casa. ¿Es eso, no?
Escucho que a Francia le fue bien perder a Benzema. en la Copa Davis, a España le iría mejor sin Nadal. En las finales de la NBA, el equipo de Curry sería mejor sin él. En un Eurobasket, Eslovenia resultaría imparable sin Doncic. ¿Es eso, no?
También está Argentina, en el último vals de Messi. Verle campeón por primera vez con 35 años tendría su punto. Argentina sin él es Jamaica y lleva un campeonato en permanente estado de nervios con episodios lamentables. Cuando terminen, descansarán. Y el mundo. Messi ha llegado finito al desafío, vamos a ver.
Pena lo de Portugal, o sea Cristiano. El otro tío que ha marcado esta última época. Modric no queda lejos. Por cierto, que pese a haber estado lejos de Qatar, Kroos fue elegido mejor alemán del torneo.
Y luego está Lucas Vázquez. Se me apareció cuando se cocía el fiasco ante Marruecos, sección penaltis. Fue inmediato. Vi la cara de miedo de nuestros lanzadores y cía y se me apareció Lucas. No fui el único pues consumado el desastre no tardaron en aparecer imágenes suyas en San Siro cuando la final con el Atleti. La 11, la 13, la 8, no recuerdo el número. Una de esas finales, vamos.
Lucas abriendo la tanda, caminando como si fuera a comprar el pan, haciendo equilibrios con la pelota en las manos. El primer superpenalti de su vida era vital. ¿Qué trasmitía su cara? La de un futbolista del Madrid. Voy a marcar porque me acompaña la historia. Porque he jugado montones de partidos a vida o muerte. Porque no se puede fallar y no voy a fallar.
Fue. Plantó la bola. La puso a un lado. El magnífico portero Oblak no se movió. 1-0. Después tiraron Marcelo, Bale cojo, Ramos y remató Cristiano.
Ver a Marruecos campeón sería la locura. ¡Tíos que sólo defienden! ¡Jaaaaaaaja! Nunca les podremos agradecer haber sacado de quicio a tanto listo
Luego lanzaron los marroquíes; el otro día, digo. Sospecho que habiendo alcanzado su primer propósito, llegar vivos a ese momento y visto lo que tenían delante, sabían que ganaban. Cuando el palo repelió el tiro se Sarabia —el primer disparo, el de Lucas aquella otra noche— todos lo tuvimos claro: la suerte estaba echada, era cuestión de tiempo, poco. Un par de minutos.
El lanzamiento definitivo fue de Achraf Hakimi, amamantado en Valdebebas. Tiró en plan Panenka. Llevaba cara de lo que fue: un jugador del Madrid. Marcó y ganó. Claro.
Getty Images.
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