Me ha dado por pensar en la maldición del empate, pero la maldición del empate ha pasado. Que nadie me hable de los cuatro empates seguidos. Ha habido tres y luego una cosa donde a Zidane le quedaba grande el traje, a él, tan fino y esbelto. A Zidane le quedaba grande el traje porque le faltaban las costillas. Las flotantes al menos. Imagínense a un hombre sin costillas. Un hombre sin cuerpo, encorvado, estrecho. Las costillas de Zidane se llaman Modric y Marcelo, que son como los colts 45 del General Patton con las cachas de marfil.
Por el mismo agujero de gusano por el que Bale se metió entre dos defensas al comienzo del partido se le fue la esencia al Madrid. Lo que quedó en el campo fueron los dobles menos unos pocos, que fueron los que impidieron que se descubriera del todo el engaño como en aquel directo fatídico que desenmascaró a los Milli Vanilli.
Que el Madrid correteaba detrás de la pelota vino a demostrarlo en el minuto cinco Fran Rico cabeceando no solo sino en retiro espiritual desde las ermitas de Córdoba y en el siglo XVIII a pase de Pedro León. Era muy pronto pero también era muy tarde. Y eso que Isco y Bale, una extraña y alegre pareja, anunciaban importantes proyectos juntos. Al final fue Cristiano, uno de los que estuvo sobre la yerba, quien recortó desde una esquina para Bale, quien remató picado y marcó. Un gol que es una píldora tranquilizante para los blancos, tan tranquilizante que necesitan otro gol en contra para reaccionar.
Ese estado letárgico siempre hay alguien que trata de levantarlo, pero nunca son suficientes. La profundidad de Bale apenas le hacía al resto abrir los ojos. Había una penumbra rojiza de fumadero de opio en la que Pedro León (ahora sí, ¿no?, bribón) se aprovechaba. Qué bueno es Pedro León, que lo es (aunque tampoco es para tanto), pero más regateando a tipos tumbados con una señorita china al lado sujetándoles la pipa.
Kovacic tiene siempre los ojos entrecerrados, pero estaba despierto, como Isco, que quería, el pobre. Hay que entenderlo. El malagueño normalmente toca el violín un poco a lo Malikian y hoy le han puesto la batuta en la mano y además la penitencia de llevar a cuestas el piano de Modric y la enorme tuba de Casemiro. Porque Kovacic iba un poco por libre con esa profundidad suya tan corta, sin embargo un poco más larga de lo habitual, y Kroos juega invariablemente como un guardia de la RDA recorriendo el muro.
¿Era el Madrid o una camioneta sin ruedas y oxidada en medio de un descampado en la que juegan los niños de Eibar? De entrada en la segunda parte salieron Morata y Nacho por Benzema y Varane, respectivamente. Karim había estado y jugado en espíritu y Raphael sin él. Pero todo iba a seguir siendo Bale anticipándose, suicidándose, y hasta estableciendo un nuevo récord de lanzamiento de banda. Un remate suyo con el gadgetocuello dio en el palo de Riesgo.
La némesis del Madrid era Capa, o Hulk. Capa, o Hulk, abriendo un surco como si, ya que estaba, le fuera a poner banda ancha al Bernabéu. Un colección de imprecisiones ese equipo que se desvanece. A uno todo esto le suena. Casi es la tradición anual que ha llegado para que Zizú la rompa. Porque Zizú la va a romper en cuanto se ponga el abrigo, y eso está al caer. Kovacic teniendo la actuación de su vida y al lado unos farsantes. Ovaciones a Kovacic, que resistía de pie como si estuviera en un bosque y pudiera agarrarse a las ramas de los árboles para no caer.
Ya Asensio entró en el setenta de incógnito por un Isco que arrastraba el mondongo. Llevaba sombrero y gafas oscuras y poco importaba ese trotecillo raulista, como de duendecillo, que se le veía por debajo, lo cual es la peor sensación. No tenía el Madrid a nadie a quien agarrarse, sobre el que impulsarse. Alguien que además retuviera al público del Bernabéu hasta el final. Qué rápido se acostumbra el personal a no ganar y a empezar a mostrar los malos hábitos correspondientes.
A Zidane le quedaba grande el traje porque le faltaban las costillas.
Lo que quedó en el campo fueron los dobles.....
Que el Madrid correteaba detrás de la pelota ....
Ese estado letárgico siempre hay alguien que trata de levantarlo, pero nunca son suficientes.
.....pero más regateando a tipos tumbados con una señorita china al lado sujetándoles la pipa.
¿Era el Madrid o una camioneta sin ruedas y oxidada en medio de un descampado en la que juegan los niños de Eibar?
Porque Zizú la va a romper en cuanto se ponga el abrigo, y eso está al caer. Kovacic teniendo la actuación de su vida y al lado unos farsantes. Ovaciones a Kovacic, que resistía de pie como si estuviera en un bosque y pudiera agarrarse a las ramas de los árboles para no caer.
No tenía el Madrid a nadie a quien agarrarse, sobre el que impulsarse. Alguien que además retuviera al público del Bernabéu hasta el final. Qué rápido se acostumbra el personal a no ganar y a empezar a mostrar los malos hábitos correspondientes.
SIMPLEMENTE GENIAL!!!!
¡Muchas gracias, Alex!
Cómo convertir una penosa y vergonzante derrota en un placer para el que lo lee, jeje