Como en tantas ocasiones (fundación de la FIFA, creación de la Copa de Europa), el Real Madrid fue pionero al ganar la primera edición del torneo que dirimía el liderazgo entre los campeones de Europa y de América del Sur: la Copa Intercontinental de 1960, jugada a dos partidos, y en la que los blancos, tras empatar a cero contra el Peñarol en Montevideo, golearon sin piedad a los charrúas por 5-1 en Chamartín, con goles de nuestra Trinidad: Di Stéfano, Puskás (2) y Gento, además de un tanto del prematuramente malogrado Chus Herrera.
Tuvieron que transcurrir nada más y nada menos que 38 años, hasta diciembre de 1998, para que el Madrid alzase su segunda Intercontinental, esta vez ya a partido único, en el estadio olímpico de Tokio, ante el Vasco de Gama. Ya en ese momento, los numerosos detractores de los merengues empezaron a menospreciar el trofeo, nombrándolo con el nombre de su patrocinador, la Copa Toyota, una vez que Raúl González vacunase a los cariocas con su célebre “aguanís” en el minuto 83. Recuerdo que fue un trofeo que se celebró con bastante alborozo y algarabía en Madrid, en una mañana fría en la que los bares estaban repletos de madridistas que se habían escapado -como yo- de sus trabajos o de sus facultades respectivas.
Desde entonces han pasado veinte años, y este sábado, en Abu Dhabi, pudimos contemplar la consecución del séptimo trofeo intercontinental para el Real Madrid, que desde 2005 ya se apellida FIFA Club World Cup, o Copa Mundial de Clubes. Desde el 27 de octubre de 2017, y de forma oficial, la FIFA reconoce a todos los ganadores de la antigua Copa Intercontinental como Campeones del Mundo de Clubes.
Sea cual sea el formato, el Real Madrid, como es costumbre, lidera el palmarés tanto en Intercontinentales, con tres encorchados (compartiendo privilegio con AC Milan, Boca Juniors y los dos equipos principales de Montevideo: Peñarol y Nacional). Y, desde este sábado, también es el club con más trofeos con el nuevo formato, con cuatro en solitario. Obviamente, con la suma de ambos lidera con claridad la tabla de vencedores, con siete trofeos, seguido ya a distancia por el AC Milan con cuatro.
Los que tenemos más de veinte años hemos tenido la oportunidad de vivir la consecución de seis de los siete títulos y, más cercanamente, cuatro de los últimos cinco disputados.
El de 2002 lo recordaremos por la exhibición de Ronaldo Nazario y el buen partido de Cambiasso, Zidane, Figo o Guti ante los paraguayos del Olimpia de Asunción. Los últimos cuatro trofeos son muy recientes y de fácil recuerdo para todos, logrados en dos continentes distintos: África (Marrakech) y Asia (estadio Nissan en Yokohama, y las dos últimas ediciones en Abu Dhabi).
2014 fue, como en Lisboa, el torneo de Sergio Ramos, ya que marcó en semifinales ante Cruz Azul de México (4-0) y abrió el marcador ante los “Cuervos” en la final que terminó 2-0 con gol de Bale. Era la primera vez que el Madrid derrotaba en esta competición a un cuadro argentino, tras la decepción de 2000 ante el Boca Juniors de Riquelme y del Loco Palermo.
2016 pasará a la historia por el susto recibido en la final ante los japoneses de Kashima Antlers, que forzaron una prórroga en la que Cristiano demostró su calidad con un hat trick maravilloso que puso el 4-2 final (hubo gol inicial de Benzema, que jugó un partido sencillamente colosal).
Ya en Abu Dhabi, dos títulos para llegar a los siete, cifra mágica que a los madridistas siempre nos transporta a Amsterdam y a Pedja Mijatovic, el trofeo que puso al Madrid de nuevo en el mapamundi futbolero. El año pasado, con otro susto “de la casa” ante el Al Jazeera local en semifinales, solventado por Bale (el de “¿Qué nos ha dado?”) y por Cristiano, y un gran partido en la final contra el Gremio de Porto Alegre bajo la batuta magistral de Luka Modric y con un golazo espectacular de tiro libre del portugués.
Del partido del sábado ya tienen cumplida información en esta web. La edición de 2018 ha sido la más sencilla de ganar, sin sobresaltos, con un gran Bale en semifinales ante los viejos conocidos de Kashima y un partido final que bien pudo acabar con un 8-1, ante un valiente Al Ain (que para no variar dio un mini susto que Ramos solventó despejando a córner) y en el que se lucieron muchos de los nuestros. Destaquemos a “Marcuchito” Llorente, como lo tiene grabado en su móvil su tío Joe, estirpe de sangre Llorente + Gento + Moreno Grosso, una mezcla imbatible digna de la fuerza, velocidad y potencia de la poción mágica de Panorámix, el druida de las aventuras de Astérix. Perdí la cuenta de los balones que robó, de los apuros que solventó en la zaga y de los kilómetros que recorrió. Y qué decir de su volea a bote pronto, un arte casi en desuso, que terminó con la resistencia de los árabes de Al Ain y selló la victoria definitivamente.
El Madrid, otra vez Campeón del Mundo. Llevamos casi 1.000 días seguidos como campeones de Europa y vamos a estar por lo menos 1.000 días como campeones del Mundo. No olvidéis nunca esta época, madridistas. Seguimos en el Nirvana y el día en que bajemos a la Tierra lo vamos a echar mucho de menos. Aunque nuestros envidiosos rivales llamen a estos trofeos copas Toyota o “mundialitos”, así, ni siquiera con mayúscula, este periodo es gloria bendita. ¡Disfrutad y Felices Fiestas!
En el cielo estamos, sin duda, pero cargaditos de entorchados, por favor, que así deja regusto a corcho.
Amén!
Precisamente creo que lo que deja un poso amargo a una época plagada de éxitos como esa es que no estamos disfrutando. En los días señalados el equipo casi nunca nos falla, pero en el día a día los sinsabores ganan por goleada.
Supongo que con el tiempo pasará como con la séptima, la octava y la novena, que apenas se recuerda las malas ligas que se hicieron. El cerebro es bastante selectivo. De joven odiaba la típica cena de Navidad con todos los parientes, ahora que muchos de ellos no están es algo que añoro.
Lo de disfrutar o no mejor en primera persona, yo si estoy disfrutando y mucho.
Hace 20 años yo no me escapé del trabajo, sino que llevé una tele a la oficina para ver ese partido con los compañeros, puesto que coincidía con el horario laboral. A los más jóvenes les recuerdo que las teles de aquella época no eran de pantalla plana, sino de culo por el tubo de imagen, y un peso descomunal. Allí la vimos unos cuantos enfermos, y había otros compañeros que no entendieron nuestra excitación con el aguanís de Raúl.
Seguro que es un trofeo menor que la Champions, y a priori más fácil de conseguir, pero ahí está la falsedad de la afirmación, pues solo el campeón del primer trofeo puede aspirar a lograr el segundo. Da lo mismo, los que más rabian estos días son los que más disfrutarían si su equipo se viera con el trofeo en las manos. Vamos a disfrutarlo, ojalá lo hicieran todos los madridistas, porque ayer, leyendo algunos comentarios en Twitter, parece mentira que se pueda aspirar a algo con Benzemalo, hiper lento Marcelo, paquetón Vázquez, el el herniado Bale, el sobrao de Canelita, sin entrenador,... Lo que hay que leer, somos nuestros peores enemigos.
Totalmente Barney. Tenemos multitud de madridistas que se suben al carro a última hora, y que confunden ser críticos con el menosprecio.
Hala Madrid y nada más!!!
No os podéis imaginar . . . La cantidad de " Madridistas " que hay en esta bendita tierra llamada España " que son madridistas de salón . . . , madridistas de panfleto periodístico . . . Y , lo que es peor : Madridistas que ven la TV , leen nuestros queridos panfletos deportivos . E incluso oyen la radio deportiva ¿ deportiva ? De este , lo que queda de " País "
Hombre, yo creo que una cosa no quita la otra, para mi Benzema hizo un partido gigante, pero falló mucho el desgraciado. Y bale aunque no brilló apenas, también tuvo 3 ocasiones clarísimas. Modric, Kroos, Carvajal y Lucas Vazquez estuvieron bastante bien, cada uno con sus luces y sus sombras, Courtois estuvo enorme, y MArcelo y Ramos estuvieron mal, y aún así dieron una asistencia el primero espectacular, y el segundo marcó un gol y a punto estuvo de marcar otro. Llorente directamente estuvo gigantesco.
El hecho de ganar y disfrutar de la victoria no quita para no criticar a quien lo hace mal, sobre todo cuando le ves que lo hace mal por desidia, mala forma física reiterada etc. Marcelo en la cagada de la primera parte en el minuto 12, no sólo la caga, sino que tras cagarla mira a Ramos y levanta los brazos quejándose al mejor estilo Oportopor. Se puede fallar, pero no reiteradamente, se puede no correr alguna jugada, pero cuando es lo normal en estos dos jugadores, pues entonces te mosqueas. La tarjeta que sacaron a Ramos es de subnormal. Se veía que se llevaba tarjeta 5 segundos antes de hacer lafalta, por no decir que no tiene sentido hacer lo que hace en lugar de correr a volver a su posición.
También recuerdo la del 98 por la mañana. Solo la ofrecía una determinada plataforma digital y no todos los bares la tenían. Los que sí, estaban llenos a rebosar (literalmente). Tuve que recorrer dos manzanas enteras hasta que encontré uno con la trapa casi bajada. Me agaché para echar un vistazo y ví que había muchas piernas, pero que aún había sitio suficiente. Le eché morro y levanté un poco la trapa para colarme y allí pude ver el partido (ya empezado) en compañía de otros muchos "fugados" de su trabajo...
Yo también me escapé en el 98, pero no del trabajo, del instituto. Y también la odisea de buscar un bar donde dieran el partido (hasta me perdí el primer gol!). Qué tiempos.
Feliz Navidad Merengones 🙂