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Mi reino por una Copa de Europa

Mi reino por una Copa de Europa

Escrito por: Athos Dumas16 septiembre, 2022
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Cinco días después de la funesta noticia, quien les escribe sigue en estado de shock, impresionado. Me ha costado mucho, por lo tanto, abrir un documento en blanco de Word para poder, qué menos, rendir mi modesto homenaje al mejor escritor español desde Pío Baroja, mi querido Javier Marías.

Puedo presumir que, en muchas de las cartas y tarjetas postales que me escribió – siempre contestaba a las mías, no falló ni una sola vez, y siempre cortés, educado y muy amable -, Javier se dirigía a mí como “querido Emilio”, y siempre tendré hacia su figura no solo cariño, sino sobre todo respeto y rendida admiración.

Confieso que desde el primer momento que cayó en mis manos su novela Todas las almas, caí rendido a sus pies, así que durante más de treinta años he leído con pasión y con verdadera fruición todas sus novelas, y la inmensa mayoría de sus columnas en el semanal de El País.

Fue un verdadero orgullo que, en la primavera de 2008, Javier me invitase personalmente a asistir a su discurso de entrada en la Real Academia Española, para tomar posesión del sillón “R”, ocupado anteriormente por el filólogo Fernando Lázaro Carreter.

Cómo debía de ser mi pasión por Marías, que aquel día, un domingo 27 de abril, se estaba jugando ser prácticamente campeón de liga el Real Madrid dirigido por Bernd Schuster – aquella tarde goleó 3-0 al Athletic y siguió manteniendo las distancias con el Villarreal -, y preferí ir a la sede de la RAE antes que al mismísimo estadio Santiago Bernabéu.

Estuve varias veces, nunca demasiadas, con Javier, casi siempre en presentaciones de sus novelas, a las que me invitaba, y mantuvimos sobre todo una estrecha relación epistolar durante más de veinte años. Tengo en mis manos ahora mismo una nota suya manuscrita de hace apenas seis meses, tras darme las gracias por los comentarios que le hice sobre su Tomás Nevinson, en la que me expresaba también su fatiga y ciertos dolores que llevaba un tiempo padeciendo.

Siempre me escribía, desde que acabó la tercera parte de su magistral Tu rostro mañana – Veneno, Sombra y Adiós, que ya no iba a escribir más novelas. También me lo dijo tras publicar sus magníficas Los enamoramientos, Así empieza lo malo, Berta Isla y, cómo no, tras acabar Tomás Nevinson. Fatídicamente, en este último caso se cumplió su pronóstico.

Como es bien sabido, además de ser un feroz lector, amante de clásicos como su adorado Shakespeare, Cervantes, Browne, Sterne, Stendhal, Dumas (pasión heredada de su padre, el erudito Julián Marías), Dickens, Stevenson, Flaubert, Proust, Conrad, James, Baroja, Faulkner y tantos otros, y cinéfilo empedernido (fordiano, hitchcockiano y wilderiano a más no poder), Javier tenía pasión por el fútbol, como otros grandes escritores como Albert Camus o Nabokov, y más concretamente por el Real Madrid.

Todas y cada una de las dedicatorias de sus novelas (o de las recopilaciones de sus artículos) que me escribió tenían un guiño a su club predilecto: “Saludos merengues”, “…tras más batallas ganadas”, “En el año de la Novena” y mi favorita: “Para Emilio Dumas, y con él no hay más que agregar, corazón tan…”.

Cuando le pedí una entrevista para La Galerna, prefirió no conceder una entrevista convencional, sino que me pidió que le plantease un cuestionario sobre materias madridistas, y lo respondió rápidamente por escrito, por medio de su inseparable máquina de escribir, cómo no.

Allí expresaba su pasión infantil por los colosos del Real Madrid clásico, el de las cinco Copas de Europa consecutivas, el rechazo que sentía ante la figura de Mourinh, y la recuperación del amor por sus colores cuando lo dirigieron Ancelotti, en su primera etapa, y, sobre todo, Zinedine Zidane.

Sobre este último, y concretamente sobre el prodigioso gol que materializó en Glasgow, escribió Marías uno de sus más bellos textos futbolísticos, Caído del cielo, lo cual es mucho decir, puesto que otros, como el de la previa escrita en vísperas de ganar la Séptima, Hoy no sólo hoy  , o como sus respectivos homenajes tras las muertes de Di Stéfano, El agradecimiento que jamás se salda , y de Paco Gento, Gento a distancia, son verdaderas obras maestras.

Con un talento descomunal, aderezado con su pasión futbolera, Marías publicó un libro de artículos sobre el balompié, Salvajes y sentimentales. Letras de fútbol, en 2000, que es una obra absolutamente esencial para todos los que amamos el deporte rey.

Su último texto publicado sobre fútbol lo podemos encontrar en El País Semanal del 26 de mayo de 2022, y expresa su vaticinio en la víspera de la final ante el Liverpool, que supuso la conquista de la Decimocuarta Copa de Europa. Si no lo leyeron, háganlo, expresa su absoluta tranquilidad ante la final, así como su rendida admiración ante el camino que tuvo que recorrer el Real Madrid para llegar al Stade de France. Se titula Historia para los nietos  y confirmó plenamente que Marías, de no haber sido con diferencia el mejor novelista de su tiempo (no sólo de España, sino del mundo entero), podía haber sido también el mejor cronista futbolístico, y sin tener que esconder sus colores.

Javier Marías amaba el fútbol y al Real Madrid, como tantos de nosotros, sobre todo por la Copa de Europa, por aquella tarde tan especial que debió de pasar viendo por la televisión de sus vecinos la conquista de la Quinta en Glasgow, con aquella delantera formidable formada por Canário, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento

Además de ser un escritor único, Javier también fue durante sus últimos veinte años un rey, el monarca de un reino de ficción: el Rey de Redonda. Un rey admirador y seguidor del club que reina desde hace casi setenta años sobre el planeta fútbol. Redonda está de luto, como lo estamos todos aquellos que acudíamos a las librerías nada más nos enterábamos de la última publicación editorial de Javier Marías. Nos deja como herencia – una más – las joyas que publicó en la editorial de su propiedad, Reino de Redonda, obras en su mayoría poco conocidas en España con historias de fantasmas, hazañas bélicas o relatos fantásticos, traducidos algunos títulos por él mismo (como El espejo del mar, de Joseph Conrad) o por traductores de primerísimo nivel, como por ejemplo mi íntimo amigo y colaborador de Marías desde hace dos décadas, Antonio Iriarte.

Me he permitido – creo que Javier me lo perdonaría, no en vano el lema del ficticio reino de Redonda es Ride si sapis, o sea, Ríe si sabes – poner como título a estas líneas una alusión al gran William Shakespeare a quien Javier citó – literalmente – en varias de sus novelas: Macbeth en Corazón tan blanco, Ricardo III en Mañana en la batalla piensa en mí, La tempestad en Negra espalda del tiempo, la segunda parte de Enrique IV en Tu rostro mañana o Hamlet en Así empieza lo malo. Repito con Ricardo III, mi obra predilecta del bardo de Stratford-upon-Avon, la célebre frase “¡Un caballo! ¡Mi reino por un caballo!” que grita desesperadamente el último rey de la casa de los York tras ver que su ejército ha sido derrotado en la batalla de Bosworth, allá por 1485.

Y es que Javier Marías amaba el fútbol y al Real Madrid, como tantos de nosotros, sobre todo por la Copa de Europa, por aquella tarde tan especial que debió de pasar viendo por la televisión de sus vecinos la conquista de la Quinta en Glasgow, con aquella delantera formidable formada por Canário, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento.

A sus admiradores nos deja su obra novelesca (dieciséis, de las cuales más de una decena son obras maestras indiscutibles), veintiuna recopilaciones de artículos (publicó 939 en la revista semanal de El País), siete ensayos, cuentos y diversas traducciones, algunas de ellas de autores tan complejos como Sterne, Conrad, Yeats, Ashbery o Nabokov.

A sus amigos nos deja también los recuerdos de nuestros encuentros, su timidez, su magnífica forma de expresarse y de contar historias y su especial sentido del humor. Y un vacío muy difícil de cubrir.

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3 comentarios en: Mi reino por una Copa de Europa

  1. Nunca he leído ningún libro de Marías (solo columnas de la revista) pero en breve pienso leerlo porque si es la mitad de bueno que todo lo que he oído éstos días de otros compañeros escritores debe valer mucho la pena leerlo.

  2. Que un tipo tan interesante como Marías mostrara esa consideración por el autor del artículo dice mucho de él. Gran escritor y gran articulista, el primer libro suyo que leí fue, adivinad...Corazón tan blanco.

  3. Sinceramente, entre que el tiempo se me escapa, algunas dificultades técnicas y que cuesta asimilar semejante adiós , el asunto es que tenía pendiente un comentario al respecto.
    No me extraña que entre Emilio "Athos" Dumas y Javier Marías hubiera sintonía. Sendos casos de erudición y urbanidad personificada.
    ¡ Qué afortunados han de sentirse los que hayan podido contar con el aprecio y respeto de un hombre del talento y bonhomia -intuyo esta última virtud- de Javier Marías".
    "Todas las almas" , queda apuntado.
    Son de agradecer los escritos que ha publicado la Galerna glosando su figura. Han estado al nivel requerido por la ocasión.

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Enormemente joven.

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En el hecho de que @AthosDumasE llame a la que muchos llaman "Selección Nacional" la "selección de la @rfef" encontraréis pistas de por qué no la apoya.

La explicación completa, aquí

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Tal día como hoy, pero de 1962, Amancio rubricaba su contrato como jugador del Real Madrid.

@albertocosin no estaba allí, pero te va a hacer sentir que tú sí estabas.

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