Clifford Luyk. Un toque de modernidad
Se cuentan con los dedos de una mano los jugadores que a lo largo de la historia han supuesto una revolución absoluta allá donde llegaron. Este pívot americano de padre holandés y madre alemana fue uno de ellos, ya que dotó al Real Madrid, y por ende al baloncesto español, del toque de altura, fuerza y clase de las que carecía. Cuando Pedro Ferrándiz viajó a Nueva York en el verano de 1962 con el objetivo de presenciar de cerca las evoluciones de futuribles para el equipo, no sabía que estaba a punto de cambiar la historia, con mayúsculas.
Clifford Luyk dotó al Real Madrid, y por ende al baloncesto español, del toque de altura, fuerza y clase de las que carecía
Cuenta la leyenda que Ferrándiz se convenció presenciando como espectador un partido de pretemporada entre los Knicks de Nueva York y los Boston Celtics. Luyk había sido elegido en el draft de aquel año por la franquicia de la Gran Manzana, y no desentonó en absoluto compitiendo contra Bill Russell y Bob Cousy, auténticas vacas sagradas en Boston y la NBA. Pedro habló con Ned Irish, el factótum de los Knicks, para que se lo prestara un año. Accedió. Pero el año se fue ampliando poco a poco, hasta que Clifford decidió que ya no regresaría; se encontraba más a gusto en España que en la que había sido su casa hasta ese momento.
Así fue como el Real Madrid de repente poseía un arma con la que ir a la guerra de kilos, centímetros y movilidad contra los poderosos jugadores de la Unión Soviética y el bloque del Este. Con la base de los Emiliano, Sainz, Sevillano y compañía, el club blanco se alzaba con su primera Copa de Europa en 1964, y un año después con la segunda (esta vez con la presencia de los soviéticos, ausentes en la anterior, en plena preparación de los Juegos Olímpicos de Tokio). Las ediciones de 1967 y 1968 no hicieron otra cosa que refrendar la hegemonía de los blancos en Europa.
Don Clifford Luyk fue, es y será un mito del Real Madrid, un contribuidor principal a sus glorias deportivas
El hecho decisivo que precipitó la integración de Luyk en nuestro país fue la prohibición de extranjeros en la liga a partir de 1965. Ferrándiz amenazó con nacionalizar a sus dos americanos, Burgess y el propio Luyk. Lo que desconocía era que éste último ya tenía en mente dar el paso. Además, conoció a la modelo y Miss Europa Paquita Torres poco después, lo que convirtió también al jugador en un objetivo de la entonces floreciente prensa del corazón. Su boda (a la que calificaron de semisecreta) en junio de 1970 lo catapultó hacia la fama más global.
Luyk no paró de ganar y engrosar su leyenda a medida que pasaron las temporadas. Posee un palmarés que pocos pueden exhibir: 14 Ligas, 10 Copas y 6 Copas de Europa. Tan solo Dino Meneghin puede presumir de más trofeos europeos. Además, con la selección española logró una meritoria medalla de plata en el Eurobasket de 1973, disputado en Barcelona, en una época de dominio total de yugoslavos y soviéticos. Una vez retirado, siguió ligado al club, primero como asistente de Lolo Sainz, y después como entrenador principal, logrando liga y copa, aunque quedándose a las puertas del máximo galardón internacional.
Don Clifford Luyk fue, es y será un mito del Real Madrid, un contribuidor principal a sus glorias deportivas. Pertenece a ese selecto grupo de elegidos, junto con Wayne Brabender, Juan Corbalán, Felipe Reyes, Sergio Llull, y algunos más, sin los que no se entiende su historia. Como reza el tópico: puede que haya jugadores mejores, pero nunca más importantes.
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Entregas anteriores del serial:
Gancho de Luyk...y enceste de Luyk.
De los primeros recuerdos que tengo de mi vida.
El DISTEFANO del baloncesto para el REAL MADRID