Messi entre hogueras

Buenos días. Cómo es la caverna, de verdad. La central lechera, como célebremente la llamó el demócrata catarí Pep Guardiola. Los esbirros de Florentino. Son tan desvergonzadamente madridistas que se van a Barcelona, aterrizan en un Prat tomado por los indepes, avanzan por sus calles sorteando bellas hogueras de bienvenida y al final de todo esto le entregan a Messi su sexta Bota de Oro. Son gente vendida a la mafia del constructor de la manera más desahogada. Y encima se creen sus propias monsergas (hablamos de Marca en concreto) acerca de ser el equipo de todas las aficiones, el L’Equipe español, la equidistancia a cinco columnas.

Sí, amigos. Marca le ha entregado a Messi su sexta Bota de Oro (enhorabuena al menudo delantero argentino) en medio de reverencias que el lumbago, a esas edades, no agradece precisamente. Aunque el evento fuese auspiciado por el diario de la hernia, la prensa cataculé se hace eco del acto, al que asistió la plana mayor del barcelonismo activo, desde el mismísimo Bartomeu a Luisito Ñam Ñam Suárez (es el nombre que le habría dado Héctor del Mar, DEP) y Jordi Penalba. Todos ellos lograron llegar a la sede del sarao esquivando cócteles molotov cuidadosamente preparados y lanzados por entusiastas del último comunicado oficial del propio FC Barcelona.

Messi recogió el galardón acompañado por su encantadora familia (no hay ironía aquí) y habló, claro. Una de las cosas más llamativas que dijo aparece reflejada en la primera plana de Mundo Deportivo. “Si no estás bien en Liga, no ganas la Champions”.

Bueno, Leo, déjanos decirte que se trata de una máxima que desde luego es válida para el Barça, el club donde militas, que necesita que todo sea cuesta abajo para que le vaya bien, incapaz como es de medir sus fuerzas en la eterna turbulencia social y mediática en la que vive (por ejemplo) el Real Madrid, equipo que sí puede ganar la Champions aunque le vaya mal en la Liga porque tiene algo de lo que el Barça carece: alquimia, capacidad repentina de superación, arrestos. Con eso no queremos decir que no queramos ganar la Liga, como tú, Leo. Pero no necesitamos que todo sea una balsa de aceite ni disfrutar un envidiable estado de forma (física y arbitral, citando a Juanma Rodríguez) para ensayar la proeza episódica en Europa. Lo cual no está ni bien ni mal, pero es distinto a lo vuestro. Tú mismo, Leo, lo sintetizaste una vez de manera admirable, sin darte cuenta de que, en la solo aparente sencillez de lo que decías, estabas pariendo la más atinada definición del Real Madrid jamás dada por un adversario suyo: “El Madrid tiene una cosa, y es que gana”.

Felicitamos en todo caso a Leo Messi por este registro, ciertamente impresionante. No todo el mundo se convierte en el máximo goleador europeo seis temporadas distintas. Claro que, mientras Cristiano Ronaldo batía récords goleadores con la misma facilidad con la que los entusiastas del último comunicado oficial del Barça queman contenedores, se nos decía que los goles no importan. Que la excelencia reside en la posesión y tal. Se minusvaloraba la suerte del gol cada vez que esta tenía acento portugués. Ahora, viste, el gol llega con acento argentino y lo que procede es brindar con cava por el derecho a decidir y engullir canapés de choripán. La revolución de los instagramers hacía arder la ciudad y tú y yo nos enamorábamos.

La portada de As nos traslada el conflicto de la fecha del partido, ocasionada por los fuegos no precisamente artificiales que ayer saludaban la sexta Bota de Oro del astro predilecto de los CDR. Y de mucha más gente, ya lo sabemos, pero valga la parte por el todo en aguda metonimia. Considerando que el partido no se puede jugar en la fecha prevista por las acciones llevadas a cabo por turbas movidas por muchas razones, pero entre ellas el comunicado emitido por uno de los contendientes, bueno sería que se considerara en algún momento la posibilidad de que el otro contendiente nada tiene que ver, en cambio, con el conflicto, y que fuera tratado conforme a esa certeza.

Pasad un buen día.