Buenos días. Hoy está todo muy bien en las portadas del día, más o menos como siempre, y todas merecerían (exactamente como siempre) un comentario pormenorizado que siempre se quedaría corto en el elogio.
Pero las revelaciones que trae consigo la primera plana de Mundo Deportivo eclipsan a todas las demás portadas del día. y dichas revelaciones vienen de boca del eximio ciudadano brasileño Neymar Sr., más conocido como el padre del hijo del hijo de Neymar Sr. Qué no saldrá por esa boca que no sea, queridos galernautas, un dechado de probidad, sabiduría y hombría cabal.
Lo primero que llama la atención en este imborrable regalo del diario de Godó (grande de España) es su declaración de intenciones. "El padre de Neymar lo responde todo". ¿Todo? Semejante taxatividad (nada que ver con taxes, impuestos en inglés) nos conduce a un somero arqueamiento de cejas. ¿Todo? Para que uno lo responda todo, es condición inexcusable el que su interlocutor, bien a bocajarro y todo junto, bien gradualmente, le haya PREGUNTADO todo. ¿Le habrá preguntado el diario de Godó TODO al padre del hijo del padre de Neymar? Es decir, ¿le habrá preguntado todo aquello que usted y yo le preguntaríamos? Aunque no es misión de este portanálisis el adentrase en las páginas de interior de las publicaciones analizadas, y en este caso hemos tenido también el buen o mal gusto de abstenernos de hacerlo, algo nos hace temer que, tratándose como se trata de una entrevista hecha por el diario de Godó (grande de España), la respuesta a esa pregunta bien puede ser negativa.
Sin embargo, lo realmente impactante es por supuesto el titular, en estridente negro sobre amarillo como si se tratara de parte de la más ruidosa hinchada del Borussia Dortmund. "Neymar ama a Messi y a Suárez".
Qué bonito es el amor, y con qué dulce pellizco de sorpresa nos toca el alma cuando nos sobreviene. "Love is real / Real is love / Love is reaching / Reaching love / Love is wanting / to be loved", que cantaba el inmortal John Lennon, acerca del cual sostiene nuestro colaborador John Falstaff -y ha sido retado a demostrarlo aquí en La Galerna- que pese a ser madridistas los Beatles su carrera en solitario es profundamente culé.
Reconocemos que esta declaración de amor nos agarra de imprevisto. Sabíamos, y de hecho ayer mismo dedicamos esta sección a glosar la amistad inmarcesible entre los componentes de la MSN, que hasta viajan juntos en avión para solaz y esparcimiento de la glucosa de la prensa deportiva catalana, que hay una relación muy estrecha entre los tres. Sin embargo, una cosa es la amistad y otra muy distinta (ni mejor ni peor, sino distinta) es el amor. Decir "ama" es usar palabras mayores. Parece sacrílego citar en el mismo Portanálisis a John Lennon y a Puturrú de Fuá, pero cómo olvidar aquel inmarcesible estribillo.
Ménage á trois
es quererse algo más que los demás.
Es amarse a tres bandas por igual.
Ménage à trois.
"Amarse a tres bandas por igual". ¿Por igual? Esa es la duda que nos acucia ahora, amigos galernautas, y creed que nos quita el sueño. Neymar ama a Messi y Suárez, pero (ay) ¿cuál es la naturaleza de los sentimientos del argentino y del uruguayo hacia el brasileño? ¿Es el hijo del padre de Neymar correspondido en la profundidad de sus afectos, o por el contrario Leo y Luis se quedan en el terreno de una amistad más aséptica? Sería duro pensar eso, pues nada hay más incómodo en esta vida que la clásica situación en que una relación muy estrecha es malinterpretada por una de las partes. ¿Quién no ha pasado alguna vez por el doloroso trance de convertirse en el pagafantas de una rubia de ojos verdes a quien creemos tan enamorada de nosotros como nosotros lo estamos de ella, cuando en realidad ella solo nos tiene por un buen amigo? Si traumático es despertar a la amarga realidad del pagafantismo en relación al objeto de nuestros suspiros, cuánto más lo será si dicho objeto es doble.
¿Ama Neymar a Messi y Suárez pero estos solo le consideran un buen amigo, del mismo modo que entre sí se tienen por dos buenos compañeros y ya? O lo que sería más devastador aún: ¿ama Neymar a un Messi y un Suárez que se aman entre sí pero dejan fuera de la ecuación del amor al de Mogi das Cruzes? Nos sobrecogemos de pavor y conmiseración hacia el propio Neymar con el solo alumbramiento de esta hipótesis.
Tal vez haya algo de eso. Tal vez el hijo del padre de Neymar muestre ese rictus de pesadumbre cuando se dirige al juzgado no por el trance del juzgado en sí, sino por esta dolorosa cuita de amor. Tal vez, cuando se dirige al juzgado, el hijo del padre de Neymar lleva gafas negras para ocultar lágrimas de despecho. Acaso lo que Ney tema -cuando se dirige al juzgado con ese aire taciturno- no sea la condena de la justicia española, sino la mucho más lacerante condena del desamor, y encima del desamor por partida doble en el seno de un tormentoso triángulo. Ya nos aclara Neymar Sr., en la misma portada de Mundo Deportivo, que nada hay que temer de la reapertura del caso DIS. Por desgracia, en cambio, tal vez la familia al completo tenga mucho que perder a resultas del desplome emocional del muchacho, ignorado en la naturaleza de su cariño por la dupla Mercosur de sus desvelos.
Hay otras portadas, sí, pero qué queréis que os digamos. Conmovidos por este triángulo, no podríamos continuar comentando como si tal cosa. Os las dejamos porque querréis verlas.
Pasad un buen día. Y amad. Amad mucho.
La Galerna trabaja por la higiene del foro de comentarios, pero no se hace responsable de los mismos