Arbitró Mario Melero López del Comité andaluz. En el VAR estuvo Iglesias Villanueva.
La asignación del malagueño produjo escalofríos. ¿Por qué? Porque es más malo que Caín.
Saltó al campo en la primera mitad y no vio nada. O lo que es peor, lo veía y se hacía más el sueco que Thomas Ravelli. Dos obstrucciones en la frontal de defensas catalanes. Nada. Una mano de Yangel en el mediocampo y otra de Castellanos en tres cuartos. Nada. Pecho, señaló. Dos faltas a Carvajal (Castellanos y Valery) en oportunidades que acabaron en serio peligro para el marco blanco. Nada.
En la segunda parte se armó la marimorena.
El penalti de Asensio en el 80' requirió la asistencia del VAR. En la nueva norma ya no se habla de rebote y se incide en que será penalti venga rechazado o no si la mano esta en posición antinatural, abierta, ocupando un espacio o por encima del hombro. La gran duda queda en si después del pecho le toca en el brazo al balear. Ninguna toma parece lo suficientemente clara para estar seguro de ello. La otra gran jugada polémica del partido fue el gol anulado a Rodrygo en el 88'. Gazzaniga llega a completar la posesión del cuero al poner su mano sobre el balón y ya no pierde control del esférico cuando el brasileño mete el pie.
En cuanto a la labor disciplinaria en el segundo acto, hubo un cúmulos de amonestaciones. López, Gazzaniga y Arnau en los visitantes y Modric y Kroos en los visitantes. El germano fue expulsado por doble amarilla de forma justa con dos acciones en las que llegó tarde sin opción se jugar el balón.
Melero López, MAL.
Getty Images.
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