Mbappé y lirismo

"De todos nuestros sentimientos, el único que no es verdaderamente nuestro es la esperanza. La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose”.

Qué cosas decía Cortázar, y eso que nunca vivió una summeriana como ésta. Si atendemos al criterio del inigualable creador de cronopios y famas, la esperanza del madridista no le pertenece al propio madridista sino a su vida, lo que complica mucho el panorama cuando el madridista tiene el corazón en Chamartín y la vida en (pongamos por caso) Bangkok o San Francisco. El madridista tiene muy poca esperanza de fichar a Mbappé, que aparecía ayer en la portada de Ouija Daily como la gran y postrera y agónica esperanza blanca, pero las vidas de los madridistas (y parece que también la del Ouija Daily) no pueden evitar boquear en busca de aire, rebeldes ante la idea de no fichar.

Nuestras vidas (y con ellas nuestras esperanzas) son los ríos que van a dar a Mbappé, que es lo contrario al morir, y allá van los señoríos (el famoso señorío del Madrid) refractarios a se acabar e consumir. El madridista, como Jorge Manrique, recuerda el alma dormida, aviva el seso y despierta contemplando cómo se pasa el mercado de fichajes, cómo se viene la muerte, tan callando. Cuán presto se va el placer, cómo la posibilidad de que el PSG sea duramente sancionado y en consecuencia haya de vender al francés se antoja remotísima, cómo a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado no, pero sí el más reciente fue mejor.

Las vidas de los madridistas se aferran a la esperanza porque así, Cortázar dixit, se defienden las mismas, pero el madridista en sí, el que vive su vida, puede escribir los versos más tristes esta noche. La poesía ya no precisa de rima ni métrica (tan solo de ritmo) para ser considerada tal. El 9 es la métrica del fútbol y en este sentido los requisitos son plenamente trasladables al Real Madrid, porque ahora se juega sin 9. El Madrid es poesía a la que ya solo queda ritmo (Kroos) y rima (Modric), es poesía contemporánea, centrocampismo si lo preferís. Catorce versos dicen que es soneto pero a quién carajo le importa si a partir de ahora jugaremos un 4-6-0. La esperanza, sí, le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose con otras vidas a veces. La biografía, por ejemplo, de Rodrigo (o de Aspas, penúltimo rumor) no es ni siquiera prosa poética, pero qué queréis que os diga: llegados a este punto, un Falcao de la vida (que se defiende) es poesía en movimiento mientras Mbappé esté verde que te quiero verde, verde esperanza, eso sí.