Hay varios tipos de personas que no se alegran del fichaje de Mbappé por el Real Madrid, aunque toda la tipología se divide en dos: madridistas y antimadridistas, conteniendo más subtipos el primer apartado que el segundo.
Al fin y al cabo, las razones por las que la inmensa mayoría de antimadridistas lamentan el fichaje del astro francés por el Real Madrid son más sencillas que un mecanismo onanista, y se resumen en lo siguiente: es buenísimo y por consiguiente, de forma potencial y si esto fuera posible, temen que el Real Madrid vaya a nutrirles como lactantes de sinsabores más aún con Kylian de lo que ya hizo sin él. Poca explicación adicional merece este capítulo. Procede, si acaso, ratificar sus temores con discreta caridad. Lamentamos no encontrar árnica para este coscorrón.
La tipología de personas que no se alegran del fichaje de Mbappé por el Real Madrid se divide en dos: madridistas y antimadridistas, conteniendo más subtipos el primer apartado que el segundo
Los que resultan realmente interesantes son los madridistas que lamentan esta contratación, que haberlos haylos, si bien son minoritarios y más aún lo serán a medida que el delantero comience a perforar redes rivales sin compasión. El hecho es que ahora, como suele suceder con los enfoques negativos, hacen más ruido que los que estamos encantados con el fichaje, y se merecen alguna refutación a sus tesis. Son refutaciones que vienen servidas en bandeja por la lógica y el imperio de la razón, hasta el punto en que exponerlas es ejercicio que no puede llevarse a efecto sin algún pudor.
Están los madridistas preocupadísimos por un posible deterioro del ambiente en el vestuario. Se trata de una atmósfera tan sana que parece legítimo temer por su mantenimiento en el tiempo, así, en genérico, como por necesidad tememos el fin de todas las cosas buenas de la vida. Pero temer que ese ambiente pueda resquebrajarse específicamente por la llegada de Kylian es absurdo. Para empezar, supongamos que en efecto el francés tiene vocación de manzana podrida, lo que me parece que aún está por demostrarse. Aun en ese dudoso supuesto, ¿no es más fácil que se contagie de la amistad y distensión reinantes, en lugar de asumir que un solo elemento puede emponzoñar todo el entorno?
El principal elemento que podría generar desavenencias y toxicidad sería el sueldo de la nueva estrella, pero sabemos a ciencia cierta que no va a ser superior al de otras estrellas ya presentes, como Vinícius o Bellingham. Va a generar más dinero que ellos en virtud de sus acuerdos comerciales, pero el dinero que se detraiga de las arcas del club para pagar su sueldo no será superior al de los mencionados, excepción hecha de la prima de fichaje que con toda legitimidad cobrará al llegar como agente libre, cosa que no ocurrió con sus compañeros, dado que por ellos hubo que pagar a otros clubes.
Aun en el caso no probable de que el conflicto se presentara, ¿no contamos ya con un inmejorable resolutor de conflictos, vía señalamiento de la puerta de salida? Que pregunten a Özil o Di María, o incluso a los mismísimos Cristiano o Sergio Ramos
Entonces ¿dónde está la fuente de conflicto? Y, aun en el caso no probable de que el conflicto se presentara, ¿no contamos ya con un inmejorable resolutor de conflictos, vía señalamiento de la puerta de salida? Que pregunten a Özil o Di María, o incluso a los mismísimos Cristiano o Sergio Ramos, hasta qué punto Florentino Pérez no es un garante no ya de que será abortada cualquier lucha en virtud de la escala salarial, sino de que será prevenida incluso.
A otros les preocupa la posición en el campo de Kylian. No ven el conflicto humano pero sí el deportivo (o quizá los dos, con frecuencia interrelacionados). Aun en el entendido de que no es una inquietud disparatada, debería ser menor en relación a la adición para el equipo de una pieza a la que se caen los goles de manera casi grosera.
La jugada que origina el primer gol de Francia a Austria debería servir para aplacar esos miedos casi por sí sola: Kylian se interna como casi nadie sabe hacer y lo hace por la derecha, es decir, justamente donde se supone que él se niega a aparecer. La realidad es que es un jugador dinámico que caerá por donde más pánico genere en el rival en cada momento, y que esta realidad se abraza con el viaje hacia un mayor dinamismo que asimismo viene experimentando el propio Vinícius, con gran éxito por cierto. Hay tantas razones para creer que se van a pisar la manguera sobre el campo como para creer lo contrario, es decir, que se complementarán con inteligencia y con afán constructivo. Si no fuera el caso, contamos con un resolutor de conflictos deportivos tan capaz como el de conflictos contractuales. No es éste, pues, un tema que tenga por qué hacernos arquear una ceja.
Hay quienes No ven el conflicto humano pero sí el deportivo. Aun en el entendido de que no es una inquietud disparatada, debería ser menor en relación a la adición para el equipo de una pieza a la que se caen los goles de manera casi grosera
Por último, está la política. Se armó una gorda porque Mbappé exhortó a los franceses, veladamente, a no votar por una determinada opción política o, como sí dijo de manera específica, a no votar por extremismos, y muchos han puesto el grito en el cielo ante el hecho de que el jugador tenga vida y pensamiento propios. Como solución al (sólo hipotético) problema se podían haber planteado rebatir sus planteamientos, pero se optó mejor por negarle el derecho a exponer los propios. "Mis hijos no tienen por qué dejar de querer a su ídolo por lo que piense en materia política", llegué a leerle en X a alguien que no reparó en que la verdadera tragedia consiste en que él inste a sus hijos a dejar de querer a la gente, ídolos incluidos, por motivos ideológicos.
Luego ha habido algún caso de exabrupto de naturaleza acaso deportiva, acaso política, tal vez humana, pero intrínsecamente vomitiva en cualquier instancia, que nos ha venido bien para recordar que, aunque el termino fascista se utiliza muy por encima de sus posibilidades, existe en pleno siglo XXI un fascismo genuino que aflora por donde menos esperas, que es de derechas, de izquierdas o apolítico, y que básicamente consiste en el amor a la barbarie.
Y, en algunos casos, parece que también en el odio a Mbappé.
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Que se prepare el bueno Mbappe, que se prepare para el recibimiento del comité de bienvenida auspiciado por esa prensa tan honorable y honesta así las cosas recibirá mil y un comentario tipo, sin El jugamos mejor, no era necesario que viniese chupa mucho y no digo nada como juegue al golf, entonces más vale q no venga, esta es la sectaria y vergonzosa realidad antimadridista todo ello aderezado con una infame ocultación de todo lo que rodea al negreilona, f.c. desde la explotación de los operarios del nuevo campo nuevo hasta las famosas palancas y chanchullos mil...en fin nada nuevo bajo el sol,...una sugerencia paea mis queridos madridistas, NO COMPREN RELATOS y si, es un grandisimo jugador sin duda alguna junto con Vini y Jude los mejores...hala madrid
Totalmente de acuerdo contigo JB. Que puede romper el clima del vestuario? Los climas hay que evolucionarlos, la relación se estanca si no; y si Kylian se mete en el compromiso de un equipo sano, subirá el nivel. Que si el tema económico? Nadie como el presidente para poner límites, lo ha demostrado. En cuanto a publicidad y otros, es justo pagarle lo que genera, porque también lo generará para el equipo. La posición en el campo? Pensar en jugar con Vinicius y un Mbappé con hambre, despeja dudas: en dos o tres partidos se acaba este debate. Tema político? El fútbol no va de temas políticos, y así es el Madrid: nuestros rivales, que se han servido y se sirven de temas políticos, han salido escaldados a la larga.
Más me preocupa la venta de Joselu. Ese perfil de delantero no lo tenemos si se va. Ha cumplido con creces su papel y debería quedarse, le necesitaremos: habrá muchos partidos cerrados que exigen balones colgados, remates de cabeza, cuerpeo con centrales y cazar rechaces.